Capítulo 8

978 91 18
                                    

Estamos en su inmensa oficina, confieso que me da un poco de temor estar aquí los dos solos, pero esta bien lo voy a escuchar, y le daré la oportunidad y el beneficio de la duda, solo espero que mi lado necio no salga.

— ¿Y bien? ¿De que quiere hablar señor Harrison? — pregunto, y doy gracias a dios que el esta lejos de mi, debo reconocer que su cercanía me pone nerviosa. Él me mira y trata de buscar mis ojos pero yo desvío la mirada.

— yo quiero saber Mariam, quiero saber ¿por qué nunca me contestaste las cartas que te envié? Quiero saber ¿Por qué no contestabas mis llamadas? Quiero saber ¿Por qué te fuiste a estudiar lejos de California? Quiero saber ¿Por qué dejaste de amarme? — de verdad que no entiendo sus preguntas.

— ¿De que cartas hablas Daniel? ¿Cuáles llamadas? Y yo nunca salí de California, te espere siete años Daniel, siete largos años, con la esperanza de que tú un día regresaras por mí, por esa promesa que hiciste en el aeropuerto siete años Daniel siete años en los que sentí que mi vida no valía nada, porque mi corazón se había ido contigo, siete años en los cuales me canse de llorar y pedir que regresaras y nunca lo hiciste, pero en esos siete años me di cuenta que yo era una ilusa, una estúpida y decidí olvidarte, y lo conseguí e hice mi vida — su mirada de dolor ante mis palabras estrugan mi corazón. Y si mentí, porque a pesar que habían pasado siete años y comencé una relación con samuel aún seguía pensando en él.

— No. Me niego a creer eso, sé muy bien que te pones nerviosa cundo estoy junto a ti, no me puedes engañar Mariam tu no puedes, no pudiste dejar de amarme, porque yo nunca dejé de hacerlo. - dice acercándose a mi y yo me alejo.

— Quieres que te crea Daniel, cuando se que estuviste casado. Ya no soy esa adolescente a la que enamoraste dejé a esa niña tonta e ilusa atrás, por que se perfectamente que tú si me olvídate. Hiciste tu vida y yo hice la mía, esto no tiene caso Daniel ya son diez años, diez años, donde las personas cambian y los sentimientos también.

— Sí, hace tres años me case con la esperanza de poder olvidarte, porque tú ya te habías ido, también pasé por mucho en esos siete años y traté de hacer mi vida y dime a que iba a California si tu no estabas ahí, tres años duro mi maldito matrimonio, donde no había amor, porque la única mujer que he amado eres tú, la única mujer que ha estado n mi corazón eres tú. — se acerca de nuevo, y yo maldigo al notar que ya no puedo escapar, pues su escritorio está tras de mí.

— No sé, de dónde sacas eso Daniel, pero para mi son excusas, no me moví de California te esperé como una estúpida, y no sé de que llamadas hablas , no sé de que cartas me hablas, jamas recibí nada y Robert se nejagaba al igual que yo a creer que te habías olvidado de nosotros y más de mí, si tu decías que me amabas. — estoy a punto de llorar, al recordar el tormento que fue mi vida, después de su partida.

— Yo te llame muchas veces y todas esas veces te negaste a contestarme. — me dice él ya casi en un grito los dos estamos muy alterados y no sé a donde nos llevara esto.

Narra Daniel.

Mariam y yo estamos discutiendo, esto está lejos de ser la platica que yo esperaba, la escucho y me doy cuenta que tal vez fue su madre la que me mintió, sera mejor ya no decirle nada por ahora y esperar el momento adecuado para decirle todo. Sé que Mariam y su madre no se llevan bien, siempre fue así desde que la conocí y dudo mucho que eso haya cambiado.

La cercanía que tenemos en este momento me hace abrazarla, ella intenta separarse, pero yo me aferro a ella.

— sueltame Daniel, por favor, no hagas esto más difícil. — dejo de abrazarla, pero lejos de separarme de ella, lo que hago es tomar su rostro entre mis manos.

¿Podrías Volver A Amarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora