¿Podrías Volver A Amarme?

Capítulo 40

- buenos días John - saludo y el me sonríe - buenos días Daniel ¿cómo amanecieron los futuros papás? - felices - le digo de inmediato - me lo imagino. Iré a ver como está, si todo esta bien la daré de alta, pero antes de irse, necesito que pasen con la doctora Morrison, ella es la mejor obstetra de este hospital, me tome la libertad de pasar el espediente de Mariam con ella, para que lleve su embarazo.

Sonrío - gracias John, tu eres el experto aquí y claro que lo haremos, lo importante es que los dos estén bien - John asiente con la cabeza. Los dos caminamos, rumbo a la habitación. Mi pequeña ya estaba despierta cuando llegamos.

- Buenos días Mariam ¿cómo te sientes hoy? - pregunta John, mientras le checa su T/A - muy bien - contesta ella - Bueno, todo está bien, ya podrás ir a casa y por favor cuidate mucho, es importante que pases con la obstetra, para que te haga un chequeo - gracia, y mil disculpas por mi familia, de seguro se pusieron un poco intensos.

John ríe - no te preocupes, los conozco, ya se como son - ella ríe al igual que yo - bien, me voy, y felicidades - le dice a Mariam y se despide de ella con un abrazo.

Se preguntaran como es que John sabía sobre nuestro matrimonio. Bueno ese día en el registro civil, necesitábamos a un testigo y no se como fue, pero John andaba por ahí, así que le pedimos el favor y el aceptó gustoso, también le dijimos que nadie más lo sabía, y él prometió guardarnos el secreto, claro está hasta el día de ayer.

Ha, en fin lo más seguro es que toda la familia nos estará esperando en la casa, con mi abuelo.
Ayudo a Mariam a vestirse y salimos rumbo a la obstetra.

Una vez que termina la consulta con la doctora, y nos da la receta, salimos de ahí y hago que Mariam me espere, yo como buen esposo y padre, corro a la farmacia, por el ácido folico y sus vitaminas. Cuando regreso de la farmacia, para ahora si irnos a casa, mi bonita me ve y se burla de mi.

- Daniel ¿podrías tranquilizarte un poco? - me dice con una sonrisa, cuando ya estamos en el auto - estoy feliz, ahora me toca cuidarte mucho - respondo y ella ríe - ¿más? - pregunta y yo asiento con la cabeza - claro, es nuestro primer bebé, y tú eres mi vida, así que te tengo que cuidar.

- Hm... Ya oíste a la doctora, todo está bien, solo tengo que cuidarme de los azúcares y no estresarme, así que no quiero que me digas que no iré a la oficina, porque eso sí que no lo haré.

Suspiro - amor... - No Daniel, hay cosas que hacer y no le podemos dejar todo el trabajo a Mel, así que yo solo la ayudaré, por favor, no quieras tenerme solo en casa, ya perdí un año y medio de mi vida en esa cama, no quiero estar encerrada de nuevo - lo pienso, se que tiene razón, pero no quiero que le pase nada, creo que con esta noticia me volveré más sobreprotector o como muchos dicen un poco tóxico. Suspiro de nuevo - esta bien, pero promete que si te sientes mal, el más mínimo malestar que tengas me lo dirás, de acuerdo - le digo, rindiendome ante ella, me dedica una sonrisa - de acuerdo amor, ahora andando - dice suspirando y pongo en marcha el auto rumbo a casa.

- hemos llegado - digo al estacionar el auto - amor, todos están ahí adentro, el abuelo me aviso, así que tranquila, solo espero que no se pongan intensos - ella ríe al escucharme - tranquilo, yae m siento tranquila - contesta y salimos del auto. Entramos a casa y caminamos hacia el salón, donde todos nos esperan.

Ha decir verdad si me preocupe un poco, pero esa preocupación se fue, al verlos a todos aquí. Mis dos suegras se levantan y corren hacia ella - Mariam, cariño estamos muy felices por la noticia, seremos abuelas -dicen las dos al unísono, tomándonos por sorpresa a ambos - oh, Daniel felicidades, ustedes merecen ser feliz, han pasado por muchas cosas y ya es hora de que tengan felicidad en su vida - me dice una de ellas y yo la miro sorprendido.