Capítulo 39

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Narra Daniel.

Estoy tan feliz que nada, absolutamente nada, podría apagar mi felicidad, tengo a mi lado a las personas más importantes de mi vida, Mariam y mi abuelo.

No les mentiré, aún no sé, si algún día perdonaré a mi madre, por todo lo que hizo, aunque en cierta forma, Mariam tiene razón ella ya está pagando, por todo y de la peor forma.

Ella está confinada en un reclusorio, en silla de ruedas, pagando una condena perpetua, realmente no se que será de ella, pero solo espero que todo esté tiempo le sirva, para darse cuenta de cuánto mal hizo en su vida.

En fin, como dije, ya nada puede apagar esta enorme felicidad que tengo, después de todo ya no podía estar un minuto más separado de ella, este mes sin ella fue una completa tortura. Mariam y yo nos encontramos camino al restaurante que recerbve ayer, para hoy en la tarde. El restaurante está reservado solo para nosotros, pedí que en medio de este pusieran una mesa muy grande, somos muchos y más contando las dos familias de mi esposa.

- ¿lista? - le digo tomando su mano, ya que hemos llegado y estamos en el estacionamiento, vemos autos aparcado aquí, eso significa que ya están todos aquí - si, solo que no sé cómo tomen la noticia - tendrán que entendernos y ser felices como lo somos nosotros - le digo y ella asiente y antes de salír del auto suspira.

Después de salir del auto, tomo su mano y nos encaminamos al lugar, puedo notar lo nerviosa que está y yo aunque trato de aparentarlo, también lo estoy.

- buenas tardes, bienvenidos sean señores Harrison, sus invitados ya han llegado - nos dice la recepcionista del restaurante, al vernos entrar, y he de confesar que se escucha también eso de señores Harrison - por aqui por favor - dice la amable chica y nos encamina a la mesa donde toda la familia y amigos nos esperan.

Llegamos a ellos y el impaciente de Jack hace preguntas - vaya par de tortolitos, se puede saber el motivo de esta reunión - ya dejalos llegar - reclama mi suegra y yo río.

El sommelier, llega con las botellas de champagne y los meseros empiezan a servirla, Mariam se muere de los nervios y desde que llegamos no he soltado su mano. Tomo una gran bocanada de aire esto hay que hacerlo en caliente y sin esperar más.

- bien, el motivo de esta reunión es porque Mariam y yo queremos darles una noticia, pero antes de eso yo... - se me quiebra la voz - yo quiero agradecerles a todos, por brindarme su apoyo, por no dejarme y no condenarme junto a la mujer que me dio la vida - Mariam toma la palabra.

- no tienes nada que agradecer amor, todos y cada uno de nosotros sabemos perfectamente que no eres igual a ella, lo has demostrado, todos aquí presentes sabemos que eres un hombre de buen corazón y el amor de mi vida - termina de decir ella y no se porque, pero sus palabras hacen que mis ojos empiecen a derramar lágrimas.

- te amo - le digo y todos aplauden. Jack toma la palabra - te conozco desde hace mucho tiempo, eres mi amigo y mi cuñado, sé la clase de persona que eres, siempre dispuesto a ayudar a las personas y ser defensor de las causas injustas, si no fueras así, ella no estaría aquí - señala a mi preciosa. Él continúa - y si no fueras la clase de pesona que eres, no hubieras hecho hasta lo imposible, con tal de atrapar a los responsables de aquel accidente.

Me quedó callado, pues no se que decir, mi suegra Alice, habla - yo he de reconocer que en un principio creí que no eras lo suficientemente bueno para ella, fue por eso que siempre fui mala contigo, me arrepiento de eso, ya que por mi culpa estuvieron separados por mucho tiempo - madre, eso ya no tiene caso, pues en todo ese tiempo nunca deje de amarlo - me dice mi preciosa esposa mirándome a los ojos.

- lo sé, me di cuenta que su amor fue tan fuerte, a pesar de haberlos separado y Daniel, tu eres el hombre perfecto para ella, pues ahora se que darías tu vida por ella, lo demostraste, al estar pendiente de ella, durante el tiempo que estuvo en coma, no le quedaas que agradecerle a la vida, por haberle mandado un buen hambre a mi hija - termina de decir con algunas lágrimas en sus ojos, y yo ni se dija, últimamente me he sentido muy sentimental.

¿Podrías Volver A Amarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora