Extra 7

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Extra 7-La vida del Taennie a futuro

Las luces nocturnos de la ciudad se reflejaban con cierro aire romántico y nostálgico en las gotas de agua de la reciente lluvia en los cristales del coche que los trasportaba.

-¿Estás cansada amor? -La voz de Tae, más gruesa por el paso de los años, resonó como una caricia de terciopelo en el silencio del coche.

-Sí, cada año cuesta más hacer las coreografías de Kookie. -Bromeó, Tae rió ligero con ella acariciando su lacio cabello negro corto.

-A mí no me mientes, estás igual de activa que siempre. -Las cejas anchas del chico se levantaron y sonrió con picardía. La carcajada de ella resonó haciendo reír también al chico durante unos segundos acompasados.

-Señores Kim, hemos llegado. -Su chófer les avisó, ambos asintieron y agradecieron.

Unidos como siempre, cogidos entrelazando sus dedos y pegados uno al otro, subieron por el ascensor privado a su departamento en el último piso del lujoso edificio de Seúl. Ese departamento que compartían desde hacía más de diez años cuando formalizaron su relación a un nuevo nivel.

Al llegar vieron a su Nana dormitar viendo un viejo programa de cocina en televisión, ambos sonrieron y la llamaron levemente para despertarla y agradecerle sus servicios antes de que se marchara.

Aquella noche habían sido de nuevo, otro año más, los Asian Music Awards, y como cuando se conocieron, ganaron varios premios con así respectivos grupos además de que se presentaron en actuaciones impresionantes.

Nobles y ARMY's jamás los abandonaron, todo lo contrario, crecieron y vivieron juntos a ellos.

Jennie fue la primera en entrar al cuarto de paredes rosas y mariposas de colores donde una pequeña cama de sábanas violetas estaba en su centro siendo el refugio de los sueños del pequeño príncipe consentido de la casa.

-¿Duerme? -Cuestionó TaeHyung acercándose también a la cama para ver a su adorado hijo. Ella asintió con una amplia sonrisa.

-Como un angelito. -Susurró de vuelta, ambos estaban agotados, pero todo cansancio, pena o dolor desaparecía al ver al mayor fruto de su amor.

-Mami, papi. -Susurró entre el mundo de los sueños y el real el pequeño abriendo solo un ojo tiernamente.

-Sí cariño, ya hemos llegado. -Jennie se sentó al borde de la cama y acarició el lacio cabello de su niño.

-Habeis cantado y bailado muy bien. -Alagó el niño encogiéndose entre las mantas, ambos padres sonrieron enternecidos.

-Mañana hablamos de ello, vuelve a dormir San. -El niño asintió cerrando sus ojos y recibió un beso en cada mejilla de uno de sus padres volviendo a dormir rápidamente.

Minutos después, el matrimonio Kim entraba a su cama de matrimonio tras darse una ducha rápida entre ambos.

-Sigue sorprendiéndome tu fetiche de hacerlo en los aseos. -TaeHyung lo murmuró dejándose caer rendido en su lugar de la cama.

-Lo haces sonar como si lo hubiéramos en cualquier baño público bebé, solo lo hacemos en nuestra bañera o ducha. -La chica rueda sus ojos fingiendo molestia. -Tu fetiche de la cocina es más extraño.

-Eso tiene una explicación. -Acotó él colocando su brazo derecho bajo la almohada de ella para que Jennie se acerque a abrazar su torso con su brazo derecho. -La luz en las cocinas siempre es más clara y fuerte, me gusta ver lo que como.

La risa de Jennie fue alta y trató de acoplarla pegándose y escondiendo su rostro en el cuello de su marido, él contrajo su estómago conteniendo la risa que siempre resurge en él cuando el amor de su vida ríe feliz.

Meraki; entre letras y sobrenombres (Taennie y KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora