CAPITULO 41

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Pov Lucía

Ale estaciono su auto primero y yo el de Mariana detrás de ella. A ella no le gustaba la idea que nos fuéramos en autos separados, pero tenía que llevarle su auto a mi amiga. Caminamos hacia la entrada saludando a todas las personas y nos dirigimos hacia el ascensor.

- Princesa, pasaré a la oficina de Isabell. Te adelantas ¿Si? - me abrazó de la cintura y yo asentí dandole un corto beso en los labios.
Ale se quedo en el piso de Recursos Humanos y yo ya había llegado a nuestro piso.

- Lu, ¿Que tal tu noche?- Mariana me preguntó con cara pícara.

- ¡Excelente! Fue una gran noche Mar- le guiñe un ojo.

- ¡Golosaaaa!- ambas empezamos a reír.

Entre a la oficina y vaya sorpresa la que me lleve. En el escritorio de Ale había un arreglo de Rosas Rojas. Fruncí el ceño al imaginarme quien había sido la que había puesto esto aquí. Me acerque más al arreglo y vi que había una nota.

Tú belleza, es envidiada por las flores más hermosas del mundo.

Siempre tuya, Tania.

Juro que me dieron ganas de tirar el arreglo a la basura. Pero esperaré a que venga Ale, total son para ella ¿No? Entre al baño para poder calmar la molestia y los celos que tenía en este momento.

- ¡Simpri tiyi Tini! ¡Estúpida!- Dije secando mi cara.

Salí del baño y vi que Ale ya estaba en la oficina observando el arreglo con una amplia sonrisa. Se percató de mi presencia y me sonrió acercándose a mí.

- Hay que detallista mi novia. ¡Me encanto el arreglo mi amor! ¡Muchas gracias!- me abrazó y la molestia se aumento aún más en mi, al ver que ni siquiera vio de quién eran. Me solté de su abrazó y ella me miró confundida.

- ¿Que pasa amor?

- Pasa que ni te fijaste en la nota que tenía el arregló- caminé hacia el arreglo para poder tomar la nota y ponerla en la mano de Ale. - ¡Leé!- Ale leyó la nota y cambio de cara automáticamente. Trago en seco y arrugó la nota depositandola en el bote de basura que estaba a la par de mi escritorio.

- ¡Perdón princesa! Yo creí que habías sido tú- en este momento me sentía muy molesta, ¿No les pasa que cuando se enojan no quieren hablar con nadie? Pues a mí sí, prefiero hablar hasta que se me pase el enojo para no cagarla.

- ¡Déjalo así! Ahora ¿Me permites? Debo hacer mi trabajo. - ella negó sería con la cabeza.

Pov Ale

No entiendo porque Lucía se molesto conmigo. Si yo no tengo la culpa de que Tania me haya dejado esto en mi escritorio. Además que yo creí que había sido ella, pero bueno. La verdad no me gusta la forma en la que me habló así que decidí dejar que se le pasará su enojó.

Estaba revisando el balance de este mes y nos estaba yendo de ¡Maravilla! Esto me había subido un poco el ánimo, ya que Lucía ni siquiera me volteaba a ver. Escuché que tocaron la puerta y pedí que pasaran.

¿Esto podía empeorar más? Me pregunté a mi misma cuando vi que Tania estaba entrando a mi oficina.

- ¡Hola Ale! Que hermosa amaneciste hoy- me sonrió y vi que Lucía la estaba fulminando con la mirada.

- Gracias- me limité a contestarle.

- ¿Te gustó el arreglo que te di?

- Si, está muy lindo. Gracias - le conteste sin mirarla a los ojos y Lucía aclaro su garganta.

- ¡Me alegró! Bueno Ale yo venía porque tengo una ¡Gran idea!- me dijo  muy emocionada.- Quiero que hagamos una convivencia de empleados. Ya sabes para mejorar el ambiente laboral y volverlo más unido.- Pensé en lo que me estaba diciendo Tania y la verdad ¡No era mala idea! Eso nos ayudaría a desestresarnos un poco.

- ¡Me parece una gran idea Tania!

- ¿Entonces estás de acuerdo?

- Si, claro que sí.

- ¡Genial! Yo me encargo de todo así que no te preocupes ¡Chocolatito!- escuché que Tania me había dicho Chocolatito y anhele que la tierra me tragara por completo.

Tania salió muy feliz de mi oficina y yo con miedo volteé a ver a Lucía quien muy seria se levantó de su escritorio y camino hacia donde yo me encontraba.

- ¿Porque putas Tania te dijo Chocolatito?- me tomó de mi saco con ambas manos obligándome a que la viera. Debo admitir que se veía demasiado ¡sexy! en esa pose ruda.

- ¡Esa boca Sandoval!- apretó más mi saco acercándome mucho más a ella.

- ¡CONTÉSTAME PUTA MADRE!

- Era un apodo que ella me tenía antes, pero no le tomes importancia princesa- la vi a  esos ojos verdes que parecían dos esferas de fuego.

- ¡No quiero que dejes que ella te vuelva a decir Así! ¿Me entendiste? ¡CONTÉSTAME ALEJANDRA! ¡¿ENTENDISTE?!- ¡Carajo! ¿Cómo es posible que me haya excitado con esta forma autoritaria que tenía? No le contesté y me levanté pegandola a mi para robarle un beso demasiado intenso.

- No sabes cuánto me prendes cuanto te pones así- besé su cuello, ella intento safarse de mi agarre pero yo la sujete con más fuerza y ella se dio por vencida. - ¡Quiero hacerte mía en este momento Lu!- ella sonrió traviesa mente. Se acercó a mí oído y me dijo.

- ¿Olvidás que aún no puedo verdad?- mordió el lóbulo de mi oreja. Ella tenía razón ¿Pero que hacía yo ahora? La calentura había invadido mi cuerpo y la erección que tenía en este momento era muy notoria.
Lucía observó la erección que era muy visible en mi pantalón y se acercó a mí desabrochando el botón y bajando el cierre.

- ¿Lu que haces?

- ¡Shhh! ¿Que no es obvio? Siéntate y no hagas ruido- me emoujo hacia la silla. Lucía se arrodilló enfrente de mi, bajo de mi pantalón y mis boxers.  Acarició la erección que tenía y cerré los ojos al sentir lo cálido de su boca. Empezó a masturbarme, moviendo su mano de arriba hacia abajo y yo reprimía los gemidos que querían salir. Lucía llevo mi miembro a su boca y empezó a chupar de él. Yo tomé su cabello en una cola de caballo y la embesti rápidamente. Yo gemía lo más silencioso posible, hasta que sentí mi cuerpo vibrar. Termine en la boca de mi novia.
Abrí los ojos para ver la sonrisa victoriosa de Lucía, quién se levantó de dónde estaba para acercarse a mi y besar mi boca.

- Me encantas mi amor- le susurre cerca de sus labios y ella sonrió tomando mi rostro para volver a nuestro besó.





¡DAME CHOCOLATE ! - (Luciale) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora