I'm Undone

684 72 4
                                    

Los demonios no necesitan dormir, sin embargo pueden hacerlo. A mí en lo particular no me gusta, así que en las largas noches, encontré un pasatiempo más interesante. No había nada como ver al joven amo dormir.
Sus facciones se relajaban como nunca lo harían despierto, sus largas pestañas inclinadas sobre sus rosadas mejillas y su cabello se extendía por la almohada, su pequeña nariz salía de entre las cobijas, incluso el suave compas del subir y bajar de sus hombros me consolaba. Esta noche comprobé que hacía frío, así que me aseguré de arroparlo más. Mi pequeño amo era precioso.

Entonces sus cejas se fruncieron, solto pequeños ruidos entre sueños y su mano se extendió hacia un lado, buscándome.
-"S-Seb..."- tome su mano y la acerque gentil a mis labios.
-"estoy aquí, Bocchan"- Sus ojos apenas se abrieron, no estaba despierto por completo. Se incorporó un poco y sus brazos se estiraron hacia mí.
-"duerme conmigo... abrazame"-
Cómo no negarme, me adentre en las sábanas y el niño se acurrucó contra mí buscando calor, calidez que no encontró, pero eso no le importó. Lo que más quería era solo contacto físico. Desde hacía muchas noches dormía así (desde el incidente del vínculo) se acurrucaba contra mí y terminaba dormido entre mis brazos, yo le acariciaba la espalda y enterraba mi nariz en sus cabellos despeinados. Nos indundabamos mutuamente de nuestra presencia, ambos tan dependientes al otro como podríamos ser.

Y está parecia ser otra noche tranquila más, sin embargo algo pasó con el niño. Su respiración cambió apenas un poco más de lo perceptible y como estaba dormido, no fue un problema indagar dentro de él. Una sonrisa peligrosa se asomó en mis labios -"Que pervertido sea vuelto, Bocchan. Creo que he Sido una mala influencia para usted"- susurré en su oído, mi aliento choco contra su cuello y eso solo aumento su exitacion, podía ver cómo inconscientemente comenzó a mover sus caderas, una erección se formó entre sus piernas y su respiración se volvió más pesada.

Perece que estaba teniendo un sueño muy... Particular con su servidor como protagonista. «...Bastian, tómame» ese tipo de sueños, eh? Supogo que es normal para su edad.
-"Es un niño muy pervertido, creo que merece un castigo"- me quité el guante con mis dientes y debajo de las sábanas alce un poco su bata de dormir, acaricié su estómago y baje lentamente por su pelvis, me encantaba torturarlo lentamente, él frustrado comenzó a mover más sus caderas. -"Se-Sebas..."- por fin le di un poco de atención a su pene, el cual ya empezaba a chorrear líquido preseminal, lo rodeé con mi mano y jugué con la punta con mi pulgar, los gemidos del niño ya eran un poco ruidosos, pero no lo suficiente.
« más, más rápido» ¿Eso le dijo al Sebastián de sus sueños o a mi?
Sonreí cuando me incline hacia su entrepierna, deje de masturbarlo y con ambas manos separé sus piernas, me relami los labios al verlo así de expuesto solo para mí. Cuando me incline lo suficiente, su pequeño miembro tembló al contacto con mi aliento, sin embargo todavía no le iba a dar el gusto, mejor me concentre en esas pequeñas bolas. Las apreté con los dientes, claro que no los iba a morder, eso lejos de hacerlo sentir bien, le iba a doler. Solo fue una pequeña presión, que hizo que su cuerpo saltará y por los ruidos que hizo le gustó.

Supuse que ya había jugado lo suficiente con él, y yo ya me estaba impacientando, metí todo su miembro a mi boca, y el niño chilló, movió aún más sus caderas y sus músculos se contrajeron, quiso cerrar las piernas por instinto pero no lo dejé y con un gemido sonoro termino por correrse en mi boca.
-" y así despierta la bella durmiente"-
-"ah...ah...Sebas...tian?"- «¿...Todavia estoy soñando?»
-"Buenos días, mi Bocchan"-
-"¡¿Qué haces?!"- El aturdimiento del sueño se esfumó, el niño estaba todo rojo hasta las orejas y se llevó las rodillas su pecho.
-"Solo lo ayudaba, estaba tan necesitado, retorciendose y rogándole por un poco de atención, cómo iba a dejar a mi amo así"-.
-"Maldito pervertido"- sus ojos bajaron por mi cuerpo y cuando notó mi erección, reafirmó -"Maldito pervertido"-
Sin embargo en sus labios de cereza apareció esa sonrisa que me deja desarma -"Creo que debería de enseñarte disciplina, perro"- se acercó gateando hasta mí -"siéntate y quédate quieto...es una orden"- se sentó en mi regazo «Disfrutas esto no?»
-"creo que ya sabe la respuesta...My Lord"-.

Through the agesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora