Luchando Por Amarnos. ® [En Proceso]

«05»

Liliana.

Traté de prestar atención a las palabras de Harry, pero cada intento era en vano ya que sentía la mirada se Jasón sobre mí, en realidad no era es el problema principal pero en mi imaginación idealice que el aún lograba sentir algo por mi.

Pero no podía ser real, estaba comprometido.

Al terminar la reunión, Jasón fue el primero en salir y después lo siguió Cameron.

—Tengo que ir a mi oficina —anuncié tomando mis cosas de la mesa.

—¿Cenamos? —propuso Alicia.

—Por mi no hay problema —respondí, me levanté de la silla caminando a la entrada— tendría que ser en mi habitación del hotel, aún no quiero que Blair salga.

—¿Ocurre algo con ella? — se interesó Harry.

—Es una niña complicada —sonreí de boca cerrada.

—Todos los niños son complicados —dijo Alicia saliendo al último de la sala.

—Tal vez —sonreí.

Alicia se marchó a casa con sus hijos, Harry me siguió hasta mi oficina temporal, no dijo nada mientras tomaba asiento frente a mí.

—¿Quieres decirme algo? —pregunte, coloqué mi portátil sobre el escritorio— conozco tu mirada de hermano sobreprotector.

—No tengo una mirada así —se defendió.

—Si, si la tienes —aseguré— ¿qué es lo que sucede?

—¿Piensas en decírselo?

—Las personas cambian, el me enseñó eso —recordé con algo de tristeza— posiblemente el haya cambiado de opinión, tal vez sepa sobre Blair.

—¡Claro que lo sabe! ¡piensa que Blair es hija de Ömel! —no había pensado en posibilidad— Jasón también es mi amigo, estuve con el cuando lloraba por tu partida.

Su confesión me había hecho notar lo mucho que había lastimado a Jasón, si deseaba comenzar de nuevo se que debía pedir disculpas por todo el daño que había ocasionando.

—Lo lamento, lo lamento mucho —le sostuve la mirada— pero ahora el es feliz con Sofía.

—También eres mi amiga, pero necesito saber lo que en verdad pasó —pidió antes de salir de mi oficina.

En otra ocasión iría detrás de él para aclarar las cosas, pero tengo algo más importante que hacer.

La puerta se abrió al instante y hablé sin levantar la mirada; —¡Te dije que lo haré!

—Soy Sofía —su voz me hizo que mis ojos la observarán.

Fruncí el ceño, ¿qué hace ella aquí? —¿Necesitas algo?