Capítulo 14: Choque Cultural

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Esa tarde, después del colegio y del trabajo, Mateo, Erunestian y David trabajaron muy duro cavando en la arena. Intentaban hacer una piscina entre las rocas para que Satragtinel pudiese estar más cerca del fuego. A Erunestian se le había ocurrido esa idea puesto que la gente del mar no puede permanecer mucho tiempo fuera del agua.

Satragtinel los observaba trabajar con mucha curiosidad, estaba oculto a lo lejos y los humanos nunca se percataron de su presencia. Todos los hombres del mar son expertos en el sigilo y el espionaje.

Mientras tanto, Helena e Isabel habían ido al mercado a conseguir leña, pescado, y todos los pequeños detalles que hicieran falta para el picnic de esa noche.

ー Tengo miedo de que alguien nos vea, pero los vecinos vienen solo en vacacionesー dijo Isabel algo nerviosa ー. No creo pase nada, ¿No?

ー Satrag es experto en esconderse ーañadió Helena ー. En todo caso, él sabrá como evitar  el peligro.

La marea empezó a subir y los chicos observaban impacientes, a la expectativa de que el agua alcanzara la piscina para que se llene. Las olas se acercaban una tras otra, pero no llegaban, así que tuvieron que cavar un canal para desviar el agua. De esa manera fue que finalmente funcionó y agotados, festejaron su hazaña.

Una enorme luna llena se alzó en el cielo de la noche dándole un toque místico al paisaje. Satragtinel, cuyo apodo era  "El mensajero joven", sacó su cabeza del agua tras oír el llamado de su señor Erunestian. Había estado patrullando varios kilómetros a la redonda unas horas antes para asegurarse de que no hubiera Mannen cerca. Los delfines estaban entrenados también para avisarle a su amo sobre la presencia de cualquier intruso, pero de todos modos estaba muy nervioso.
Siguió a Erunestian a lo largo de la costa hasta llegar a su pequeña piscina secreta. Con cuidado se arrastró por la arena húmeda y se sumergió en ella sigilosamente. El agua allí era muy agradable y cálida.

Erunestian se sentó sobre una de las rocas que rodeaban la piscina y Satragtinel se arrimó a la misma con la mitad del cuerpo fuera, para ser capaz de conversar más cómodamente.

ー Con paciencia. Pronto vendrán mis amigos humanos trayendo la comida y la música.

ー No puedo creer que vaya a hacer esto ーdijo Satrag estremeciéndoseー. Me siento muy mal al respecto.

ー ¡No haces nada malo! ーreclamó Erunestian ー Dime, ¿qué actos son "malos"?  Pues aquellos que hagan daño a los demás, como asesinar, robar, ser ocioso o mentir. Ahora no le harás daño a nadie.

ー ¡Pero es traición a mi pueblo!

ー ¿Por qué?

ー Porque está prohibido...

ー Y ¿por qué lo está?

ー Porque... los humanos son inicuos y sucios y nos pueden contaminar con su perversión.

ー ¿Y eso es cierto siempre?

ー Sí... No lo sé... Tal vez no... Helena parece buena...

ー Cielos... ya habíamos hablado de esto Satrag... ¡Sé valiente! ー Satragtinel titubeó ー. Ser valiente no significa sólo luchar contra animales feroces con tu lanza. ¡A veces significa atreverte a cuestionar tu propia forma de pensar o la de tu gente! ¿Realmente nos beneficia todo este miedo y odio hacia los Ardennen? ー Satragtinel no respondió ー. ¿Acaso el miedo, el rencor y el odio no son precisamente aquellos venenos que corrompen el alma, de los cuales queremos alejarnos?

ー ¡Oh! Cielos... eso es verdadー dijo Satrag un poco conmocionado al darse cuenta ー. Estamos haciendo justo lo que odiamos de ellos... ¡Odiar!

ー Tranquilo, es natural...

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⏰ Última actualización: May 30, 2022 ⏰

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