Día 16: Rutina de la mañana.

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Rutina.

Severus se despertó sin la necesidad de que los rayos de sol que se colaban entre las cortinas de su habitación llegaran a la cama, desde siempre ha sido una persona madrugadora y nunca ha necesitado de ayuda externa para despertar.

Al levantarse de la cama, después de librarse del enredo de sábanas y el abrazo de pulpo de brazos y piernas por parte de su marido, se dirigió al baño para cepillarse los dientes, lavar su cara y peinarse un poco el cabello con los dedos. Al salir del baño se topó con la escena de James roncando y abrazando como un koala la almohada que ocupaba hace un momento, solo lo dejo ser y salió rumbo a la cocina.

Al llegar a su destino encendió la cafetera y la dejó funcionando mientras colocaba unas rebanadas de pan en la tostadora para comenzar a preparar unos huevos revueltos.

Sí, es un mago y podría hacer todo eso con un movimiento de varita. Sí, está casado con James Potter, el ahora jefe de una de las familias más antiguas y respetadas de Inglaterra mágica, por lo tanto tiene acceso a un montón de elfos domésticos que podrían hacer esto por él, pero fue criado en el mundo muggle,  está acostumbrado y prefiere hacer las cosas por su cuenta, James lo entiende y apoya, mientras lo haga feliz siempre lo hará.

Por esa razón no viven en la mansión de la familia Potter sino en una acogedora casa de dos pisos en una pequeña zona mágica entre los muggles, la casa es perfecta para sus tres habitantes, pero no significa que no visiten la mansión regularmente, después de todo es su responsabilidad. Después de su boda y que los padres de James decidirán mudarse a Francia dejándoles la mansión, tuvieron una larga charla. Ya que era demasiado grande para solo ellos dos, así que al final decidieron hacer algo para la comunidad mágica y convertirla en un orfanato y refugio para niños maltratados, Severus no quería que otro niño pasara lo que el sufrió, tanto él como James van al menos una vez a la semana, no necesariamente juntos, para asegurarse de que todo está bien con los niños, los cuidadores y los elfos, estos últimos están más que extasiados de poder cuidar a tantos niños.

Cosas de elfos suponen.

Con los huevos listo, los panes tostados y el café caliente volvió a subir al segundo piso. Entró a la habitación de su hijo, obviamente estaba ordenada, no permitiría viviera en un chiquero como lo hacía su padre de joven.

- Harry, hijo. Levántate, ya es de día.

-  Nuuuuu muy temprano - el niño no se quitó la sábana de la cabeza.

- Mi amor, ya es hora de desayunar.

- Pero es sábado.

- Harry, hoy es miércoles.

Al no recibir respuesta quitó las mantas, dejando al descubierto a su hijo de cinco años, vistiendo su pijama celeste con nubes blancas, su oscuro cabello revuelto y abrazando su peluche de perro negro. El niño extendió sus brazos hacia él sin abrir los ojos.

— Besito.

— Nada de besos hasta que te cepilles los dientes.

Harry se quejó levemente, pero dejó que su papi lo sacara de la cama y diera un empujón hacia su baño, por intentar caminar con los ojos cerrados chocó con el marco de la puerta, fue ahí que decidió medio abrir un ojo.

Cuando se aseguró que su hijo se estuviera cepillando, salió de la habitación de regreso a la suya, dónde encontró a James en la misma posición que cuando salió.

— James, despierta — le quitó la sábana y sacudió levemente su hombro — levántate.

— Es muy tempraaaano.

— Es hora de desayunar. Vamos, arriba.

— Pero es sábado.

— James, es miércoles — definitivamente, padre e hijo son idénticos.

En ese momento y sin abrir los ojos, James soltó la almohada y rodeó la cintura de su esposo con sus brazos, mientras frotaba la mejilla en su vientre, sobre la camisa del pijama verde oscuro.

— ¿Y mí besito de buen día?.

— Nada de besos hasta que te cepilles los dientes. Ya lo sabes.

— Seeeeev.

— Arriba. Ahora.

Al de lentes no le quedó de otra más que obedecer, se levantó de mala gana y fue hacia el baño, solo con un ojo medio abierto.

Con su misión cumplida, el pelinegro regresó a la cocina donde sirvió tres platos de huevos revueltos con tostadas, dos con mermelada de fresa, la otra con mantequilla, dos vasos de leche fría y una gran taza de café. Al terminar de colocar todo en la mesa en ese momento James y Harry entraron juntos, rascándose el estómago y bostezando. Severus se tomó un segundo para apreciar lo iguales que son, incluso sus pijamas se perecen solo que la de James es más oscura.

— ¿Ya despertaron?, ¿O necesitan otros cinco minutos?.

Ellos no contestaron, entrecerraron los ojos hacia él con idénticas expresiones y sin decir palabra lo rodearon con lo que solo se puede definir como un abrazo de oso.

— Buenos días... — murmuró James con la cara contra su hombro.

— Días... — repitió Harry con la cara contra su pierna.

— ¿Beso, ahora? — preguntaron ambos al mismo tiempo.

Severus rió bajo y cargó a su hijo para darle un beso en cada mejilla y otro en la nariz, luego volteó en dirección a su esposo para dejar un beso en cada mejilla y otro en los labios.

— Buenos días.

Después de los besos de buenos días llevó, casi arrastrando, al adormilado par a la mesa, dejó a Harry en su silla y le colocó enfrente su plato, el pequeño agarró una tostada con mermelada y la comenzó a mordisquear, por su lado James cuando tuvo su plato se llevó un gran bocado de huevos revueltos y una gran mordida a una tostada con mantequilla, que pasó con un trago de leche, Severus solo le dió un pequeño trago a su taza de café mientras los veía comer, todavía más dormidos que despiertos.

Ésta es su rutina, todos los días lo hace y le encanta, porque se siente necesitado e importante, ya que si no fuera por él, el par de dormilones que todavía intentan despertar frente a él seguirían durmiendo hasta medio día.

Definitivamente, los Potters no son madrugadores, hasta donde sabe el padre de James es igual ¿Será algo de genética? No está seguro, pero tiene el resto de su vida para averiguarlo y también de paso si pasa en todos los que tienen sangre Potter.

Tal vez debería ir pensando en decirle a James que está embarazado, quizás durante un desayuno, eso seguro lo despierta enseguida. Solo espera que no se desmaye como con la noticia de Harry.

~~~FIN~~~

Hola, no les dí diabetes ¿Verdad?.

Por favor no mueran, todavía falta.

No sé si la mermelada de fresa sirve para desayuno, a mí la verdad no me gusta ¿Y a ustedes?.

¿Ideas?, ¿Consejos?, ¿Dudas?, ¿Estrellitas?.

Nos leemos en la siguiente parte.

(✿ ♡‿♡)

Escrito: 16/11/2020.
Publicado 22/11/2020.

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