Día 9: Saliendo con amigos.

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*AU moderno.

Viaje a la playa.

Severus no diría que odia a los amigos de su prometido, es solo que le parecen que todos son idiotas, excepto Remus con él sí puede tener una charla intelectual, así que cuando James le pidió, o mejor dicho rogó ya que poco le faltó para tirarse al suelo a rogarle, que le acompañara a un viaje a la playa junto a Los Merodeadores aceptó, pero con una condición.

No se creía capaz de sobrevivir a pasar cuatro días con sus noches rodeado de las constantes estupideces del grupo de ex Gryffindors, así que para estar en igualdad de condiciones invitó a Barty, Regulus y Lucius como apoyo intelectual.

La distancia desde Londres hasta la playa más cercana es un trayecto extremadamente largo por medios muggles pero, bendita sea la magia, ellos no tuvieron problema, un viaje por floo y ya están admirando la arena, sol y mar de una hermosa playa y justo al lado una pequeña ciudad de una comunidad mágica.

El primer día se pasaron la mayor parte recorriendo una parte de la ciudad y en la tarde tuvieron una pequeña discusión sobre dónde hospedarse, al ser una ciudad pequeña no tenían muchas opciones y a los sangre pura, más específicamente a Lucius, Regulus y sorprendentemente Sirius la posada elegida les pareció muy poca cosa, Severus y Remus al ser de familias de pocos recursos les pareció más que perfecta a Barty y Peter no les podía importar menos mientras tengan comida y una cama donde poder tirarse a dormir todo bien y James, mientras pueda dormir con su Sev no le importa nada más.

Después de que un cansado Severus terminó con la ridícula rabieta de los niños ricos y mandara todos a callar, cada uno se fue a una habitación individual. Excepto claro, la pareja de prometidos, ellos sí comparten habitación por obvias razones.

El segundo día el grupo se pasó toda la mañana en unas zonas específicas para bucear, admirando los coloridos corales y una amplia variedad de peces. Después de recargar energías con un gran almuerzo pasaron el resto de la tarde recorriendo el resto de la ciudad, en la noche después de una rápida cena todos cayeron, aunque algunos lo nieguen, rendidos en sus camas.

El tercer día hubo un incidente en la playa. El grupo se había esparcido: Peter junto a Barty hacían un castillo de arena, que parecía una replica de Hogwarts muy detallada, Sirius y James jugaban un uno contra uno de voleibol mágico, Remus se encontraba relajado en el agua en un gran flotador con forma de flamenco, a pesar que el hombre lobo sabe nadar, Regulus anunció que se uniría a Lucius en la barra al aire libre dejando a Severus leyendo un libro bajo una sombrilla.

El joven pocionista se sentía algo abrumado e inseguro en ese momento, el haber vivido tantos años bajo el yugo de Tobías le dejó secuelas y cicatrices, tanto físicas como psicológicas, que hasta el día de hoy lo afectan y aunque sus amigos y pareja le han ayudado a dejar su pasado atrás todavía hay veces en que simplemente es demasiado, justo como hoy.

Al estar rodeado de los cuerpos perfectamente esculpidos, no solo de sus amigos sino también de los lugareños, es un golpe para su autoestima en crecimiento. El día anterior estaba tan relajado que no tuvo quejas al quitarse la camisa para bucear con los demás, pero hoy, analizando su alrededor con más detalle, no es igual.

Los cuerpos contorneados con músculos sin llegar a ser vulgar y perfectamente bronceados comparados con el propio, pálido, flacucho, más pequeño de lo que debería ser y con cicatrices.

Es como comparar un pavo real con una gallina.

No tenía ganas de hacer mucho, así que se quedó ahí, sentado en la silla de playa, refugiándose bajo la sombrilla, vistiendo un pantalón azul oscuro hasta la rodilla, con un suéter gris sin mangas y un gran sombrero de playa verde con una cinta roja.

30 Días de SnamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora