𝐀 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐘
Los seguidores del señor tenebroso llevan años moviendose entre las sombras esperando el momento adecuado para resurgir y todo apunta a que el gran momento se acerca.
Isabelle Stone, bruja, hija de muggles, alum...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de salir de Ollivanders se dirigieron a Flourish and Blotts entre bromas de los Scamander. Isabelle estaba más callada, eso lo notaron todos. Pero es que, ¿Como no estar distraída cuando te dicen que tienes familiares mágicos, que esperan grandes cosas de ti o te hablan de muchas cualidades que se supone que tienes y de las cuales crees que careces? Además de que se había enterado de una guerra mágica, que los magos usan otro dinero o que, después de tantos años con tan solo su hermano y Abby de compañía, había conseguido hacer amigos. Cuando compraron los libros, las plumas y la tinta se dirigieron a "El emporio de las lechuzas". Isabelle se compró una que era entera de color negro, y bajo su plumaje destacaban unos ojos verdes. Después de comprar la lechuza volvieron al caldero chorreante, donde esperaron tomando una cerveza de mantequilla, a la pelirroja le pareció la bebida más rica del mundo. Al llegar los padres de la niña, esta se despidió de todos y agradeció que la acompañasen a comprar el material de Hogwarts. Los siguientes días estuvo escribiéndose tanto con los chicos, como con Maddie, pero seguía sin saber nada de Abby. Unos días después al fin llegó el 1 de septiembre, el día en que empezaría una nueva aventura en un nuevo mundo, el mundo mágico. Will, que ya había vuelto del campamento, fue a despertar a su hermanita.
- Isabelle Andromeda Stone, si no te despiertas ahora mismo te quedarás todo el curso conmigo, con papá y con mamá. - Pero Isabelle ya estaba despierta, casi no había dormido en toda la noche, pues estaba muy nerviosa. Esperaba encontrar a sus amigos en la estación, especialmente a Abby, ya que no la había visto en todo el verano.
- Will, llevo toda la noche despierta. - Contestó ella cansada.
- Pues levántate,dúchate y vístete. O si no, no llegaremos a la estación.
Isabelle hizo todo lo que su hermano le dijo. Se puso unos pantalones vaqueros cortos con una sudadera a rayas blancas y negras, peinó su pelo como medianamente pudo y bajó a desayunar. Comió unas tortitas que había hecho su madre, y después, con la ayuda de su padre subió su baúl y su lechuza al coche. Cuando llegaron a la estación fueron hacia la columna de los andenes nueve y diez, tal y como el profesor Longbottom se lo había indicado. Una vez allí, Isabelle les explicó a sus padres que como ellos eran muggles, no podían pasar la barrera. Su padre la miró desconfiado, pues Susan y Thomas Stone, creían imposible que su hija pudiese traspasar una columna para coger un tren mágico, e irse a estudiar interna a un colegio invisible para ellos pero aun así se despidieron de ella, pensando que si le dejaban creer que podía irse, en un par de días se le pasaría. Después de despedirse de sus padres, abrazó a su hermano.
- Prometo escribir todos los días. - Dijo la pequeña.
- Más te vale, pequeñaja - Contestó su hermano. - ¡Nos vemos en navidad!