𝐕𝐈

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𝟓° 𝐀ñ𝐨

- ¡Isabelle Andromeda Stone! ¡Como no te levantes ahora mismo no irás a Hogwarts este año y te quedarás conmigo y con tus maravillosos padres! - gritó un Will de diecisiete años entrando en la habitación

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- ¡Isabelle Andromeda Stone! ¡Como no te levantes ahora mismo no irás a Hogwarts este año y te quedarás conmigo y con tus maravillosos padres! - gritó un Will de diecisiete años entrando en la habitación.

- Ya voy... - se se destapó Issi mientras lanzaba una mirada asesina a su hermano - Ya ni dormir se puede en esta casa.

Isabelle tenía ahora quince años e iba a empezar su quinto año, las cosas habían cambiado mucho tanto en su casa como en Hogwarts, la relación con su padre se había enfriado tanto que era casi inexistente desde aquel uno de Septiembre en el que llegó a Hogwarts por primera vez. Su madre no parecía estar tan enfadada con lo de que la pelirroja fuese una bruja, Isabelle suponía que la única razón por la que se habían distanciado era su padre. Y en cuanto a Will, estaban más unidos, si se podía, él no entendía el comportamiento de sus padres así que trataba de ayudar a su hermana en todo lo que pudiese incluso si eso implicaba discutir con Thomas Stone.

Isabelle también había cambiado mucho, sobre todo ese verano, no es que ella hubiese crecido, ya tenía asumido que se iba a quedar en ese metro sesenta y seis, pero se había dejado crecer su, ahora más oscuro, pelirrojo y lacio cabello hasta la altura de su pecho y ahora tenía muchas más pecas. Esto aparte de que ya no era una niña y todo lo que eso implica desarrollarse como mujer.

Will, al tener diecisiete años, ya tenía su carnet de conducir y sus padres le habían regalado un Seat Ibiza negro por su cumpleaños. Así que acompañó a su hermana a la estación, Will ayudaba a Issi a cargar el baúl hasta que llegaron a la columna que está entre el nueve y el diez.

- Bueno pequeñaja, te echaré de menos - dijo abrazándola fuertemente.

- Y yo a ti, ojalá pudieras venir. - dijo respondiendole el abrazo

- Por lo menos te lo pasarás mejor que aquí. - se separaron e Issi le dio un beso en la mejilla. - Y haz el favor de sacar buenas notas y no meterte en tantos líos.

- ¡No es mi culpa! Bueno, la mayoría de las veces, ¡Es el idiota de Potter! No esperaras que me quede quieta cuando no me para de gastar bromas. - Will negó con la cabeza con una sonrisa sabiendo que por mucho que le dijese, su hermana no iba a cambiar. Él era quien leía el sin fin de cartas que enviaba la directora Mcgonagall informando del comportamiento de la pelirroja, ya que su padre casi quema alguna más de una vez.

- Te quiero mucho. Y ya sabes lo que opino sobre traer a algún chico, ya tengo pendiente partirle la cara a Bush. Si no, te meteré en un convento hasta los 40.

- Yo también te quiero - contestó Issi riendo debido al comentario de su hermano. - Saludaré a Abby de tu parte.

- Si, y a ver cuando la veo porque la última vez fue en las navidades pasadas cuando se escapó para felicitarnos y su última carta la recibí en Abril

𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora