𝐀 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐘
Los seguidores del señor tenebroso llevan años moviendose entre las sombras esperando el momento adecuado para resurgir y todo apunta a que el gran momento se acerca.
Isabelle Stone, bruja, hija de muggles, alum...
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Ya eran mediados de Octubre y cuatro chicas corrían siendo alentadas por una de ellas ya que llegaban tarde a la última clase del día puesto que en su hora libre se habían entretenido planeando la broma contra un grupo de estudiantes de Hufflepuff, y es que dentro de dos días tenían partido contra los de esa casa y sería el primero de una de las pelirrojas. Con el pelo y ropas revueltos y la respiración entrecortada llegaron a la clase de pociones, el profesor Voulston estaba sentado en su escritorio hablando con un alumno que parecía pertenecer a otro curso, quizá primero o segundo por lo que no se percató de que cuatro de sus alumnas se sentaban en sus respectivos sitios veinte minutos después de que empezara la clase.
- Hola Dan. - Susurró Issi a su amigo y compañero de clase.
Después de todo el lío con Barbara Crouch, Isabelle acabó sentada con Daniel Thomas detrás de James Potter y Scarlette Harrison, que estaba especialmente enfadada con las de la 390 por haberle gastado una broma a ella y sus amigas que consistía en convertir su maquillaje en gominolas.
- Stone, que raro que llegues tarde... - Dijo sarcástica con su aguda y repelente voz. Le dió un repaso con la mirada y añadió. - Y con esas pintas ¿Sabes lo que es un cepillo? Te podría dejar uno, pero a lo mejor me pasas los piojos.
- Parece que no te miraste al espejo, Harrison, que pena que te hayas quedado sin ese maquillaje de payaso, que nos hace un favor de tener que verte la cara al natural. - Se oyeron risas por lo bajo de la gente que tenían alrededor. La oji-gris no tenía pensado callarse ante las burlas de nadie y menos de una "víbora" como ella.
- Comencemos la clase. - El profesor Harold Voulston dio paso a su explicación cuando el niño al que parecía explicar algo salió del aula.
[...]
- Eso es todo por hoy. - Los jugadores suspiraron aliviados cuando James dio fin al entrenamiento. Justo a tiempo para ducharse y llegar a la cena, lo cierto es que hoy se había alargado un poco. - Recordad descansar bien para este sábado, el partido será por la mañana así que tendréis que madrugar porque tenemos que repasar las jugadas.
Dos días para su primer partido, Isabelle estaba muy nerviosa, durante los entrenamientos había demostrado que tenía capacidad para el deporte y agilidad en cuanto al vuelo, pero de un entrenamiento a un partido hay una gran diferencia. James era bueno en lo que hacía, de eso era fácil darse cuenta. Serían pocas cosas las que el azabache se toma en serio, pero definitivamente el Quidditch es una de ellas. En los entrenamientos siempre trabajaba en ejercicios para sacar a relucir las virtudes de los jugadores y pulir un poco los defectos. Lo cierto es que la pelirroja había mejorado mucho desde que entró al equipo y había conectado realmente bien con el Potter en el campo, donde parecían dejar de lado sus diferencias.