Perfect Dragon

Capítulo XVII

El caos se había desatado en Exodus cuando JongIn llegó, acompañado de su equipo y su cuñado. No había lugar que no estuviera bañado en fuego; el humo dominó su sentido del olfato, explosiones y chillidos resonaron en sus oídos y la presencia preocupante de la sangre en grandes cantidades rondaba su campo de visión.

Era el infierno en la tierra, y en ese infierno estaba su familia.

Gruñó, amenazante, sintiendo el poder iracundo comenzando a llenar cada gramo de raciocinio que pudiera llegar a albergar, pensando en su compañero, en su huevo, su madre, hermanos y sobrino siendo amenazados por los malditos dragones sin nombre ni rostro que atacaban todo a su paso. JongIn iba a cobrar cada gota de sangre que pudiera haber expulsado el cuerpo de su amor o su familia, él iba a despedazarlos a todos y cada uno de ellos sin remordimientos.

Sus alas se batieron con fuerza en un punto medio entre la bestia y el humano, demostrando la violencia que recorría su cuerpo caliente, deseoso de muerte y venganza, y un nuevo gruñido nació desde lo más profundo de su garganta. Sus fosas nasales expulsaron humo y el fuego predominó en el conducto en su garganta, listo para salir y quemar todo a su paso.

La tierra tembló violentamente entonces, como un gran terremoto de inmensa magnitud sacudiendo Exodus sin misericordia, y, de forma majestuosa e increíble, pilares gigantes, puntiagudos y robustos de roca salieron de la misma nada para comenzar a atacar a los dragones enemigos que habían llevado el caos a las tierras pacíficas de Exodus. EXO notó con sorpresa cómo varios dragones quedaban clavados en las armas terrosas, como los suelos se movían, serpenteando, bajo el mando de un ser desconocido, antes de tomar forma y atacar, una y otra vez, sin detenerse, errático y acertado.

Era sencillamente impresionante e inaudito.

Kris compartió una mirada llena de complicidad con su Líder y este último asintió lentamente, con el pecho hinchado y los ojos sagaces volviendo al frente, a los pilares de tierra que no dejaban de salir con impresionante belleza y letalidad.

—Ha despertado su poder finalmente, y no es más que impresionante —dijo el dirigente de Diamond con su suave voz llena de orgullo y Kris asintió, de acuerdo con él—. Creo que debemos ayudarlo. Buscaré al Líder Jo y daré fin a esto cuanto antes. JongIn... tienes un compañero increíble —el Líder sonrió con amabilidad y genuino afecto, bajo la mirada impresionada y descolocada del alfa, y luego se lanzó al aire—.

El cuerpo del Líder de Diamond cambió en cuestión de segundos; escamas azules brillantes llenaban su inmenso cuerpo, las crestas en su cabeza crecieron, poderosas, filosas y letales, las garras llenaron los dedos de sus patas y al final de su cola inmensa y fuerte, creció una punta afilada que se sacudía en una clara amenaza natural. El Líder les dio una última mirada y luego remontó el cielo con determinación, dispuesto a llevar a cabo su propósito sin más dilación.

JongIn corrió hacia su líder antes de unirse a la batalla, un poco más adelante, y Kris lo recibió con una tranquilidad absurda dada la situación en la que se encontraban.

—Kris, ¿a qué se refería el Líder? ¿Acaso KyungSoo...?

—Así es. Tu compañero está haciendo todo esto. Ahora vamos a ayudarlo. ¡Todos! Quiero que se desplieguen. SeHun, Kim y JongDae, ayuden a las personas heridas y lleven a quienes lo necesiten a un lugar seguro en las montañas, cuando acaben, vuelvan inmediatamente y únanse a ChanYeol, JongIn y a mí en la pelea. JongIn y ChanYeol, los quiero atentos en esto, ¡no se desconcentren ni desvíen de su tarea, tampoco rompan la formación! Ahora vamos, ¡ya, ya, ya!