InSung lo sabía, ahí, en el fondo de su corazón, era conocedor de lo que ocurría entre JongIn y KyungSoo. Podía verlo, podía palparlo, notarlo en el ambiente a su alrededor, en las sonrisas suaves y los ojos brillantes, en el contacto prolongado de sus manos y las caricias delicadas y afectuosas en las mejillas sonrojadas.
InSung era testigo en primera fila del afianzamiento del lazo entre el pequeño JongIn y KyungSoo, su mejor amigo, el más importante de todos, quien hacía que en su panza nacieran mariposas revoloteantes que se alborotan al tenerlo cerca. Lo sabía, que se querían, que esas miradas no eran las que compartían simples amigos, que lo que los unía iba mucho más allá. Por supuesto que lo sabía, InSung no era un ignorante, y por ello dolía tanto.
InSung estaba enamorado, realmente lo estaba, y ver a su primer y juvenil amor estando enganchado y encantado por completo por su hermano menor, había sido un duro golpe a su corazón vibrando de dolor; y todo pareció empeorar cuando JongIn se marchó.
Había hablado con su madre en ese momento, llegando a un acuerdo de que él permanecería en Diamond mientras su padre se encontraba de guardia en el Clan, InSung creía que también había accedido a ello porque era conocedora de sus sentimientos obvios por KyungSoo, así que ahí estaba, sosteniendo a un KyungSoo completamente devastado, sollozando y sonrojado contra su pecho luego de enterarse de la partida de su hermano.
Y es que no había nada más doloroso que ver a tu amor tan destrozado por alguien más, sostenerlo, mantenerlo con entereza a pesar de tu propia destrucción, silenciando el quejumbroso sentir de tu corazón mientras te desmoronas en una inexistente fortaleza que se lleva el viento.
InSung creía que era fuerte, o al menos era lo suficiente para no demostrar sus sentimientos y mantener a flote la salud mental y la estabilidad sentimental de su pequeño amigo omega.
De hecho, justo ahí, en el campo floreado al que solían escaparse cuando eran un trío de niños revoltosos, mirando a KyungSoo tomando hierva en sus manos pequeñas para luego soltarlas al aire, se creía bastante fuerte y valiente.
—Lo extrañas, ¿cierto? —preguntó suavemente, con una sonrisa amistosa que distaba fuertemente con su estado personal, y KyungSoo suspiró, miró al frente y contestó con una voz vacía, hueca, como si le hubieran arrancado una parte de sí mismo, y vaya que esa comparación no estaba muy alejada de la realidad—
—Mucho, In. ¿No lo extrañas tú?
—Por supuesto. Es mi hermano, claro que lo extraño; sin embargo, es un gran alivio saber que él está bien. Seguramente JongIn también estará satisfecho con saber que tú te encuentras bien también.
—De alguna forma siento que en mi interior nada está bien desde que él se fue. Duele mucho aquí —tocó su corazón—, y mi dragón no deja de llorar. ¿Te sientes así también, In? —preguntó y su cuello giró para poder verlo a los ojos. InSung no tuvo escapatoria de las grandes cuencas oscuras y brillantes que lo observaban, y fingir se había vuelto un poco más complicado al ser preso de su tristeza infinita y los tonos opacos en aquellos ojos una vez brillantes y rebosantes de vida y alegría—
Un suspiro resignado salió entonces de sus labios y se enfocó en el paisaje frente a él, huyendo de las pupilas empañadas, de la dolorosa y aplastante realidad, de las ilusiones quebradas y los corazones rotos. Se centró en las coloridas flores que, ajenos a ellos, se movían felices al compás de la suave brisa, brillantes y sanas, destilando armonía infinita entre dos almas congestionadas por la agonía. Un par de minutos después, tuvo la valentía de responderle.
—Cada día, Soosie.
El día era hermoso. Cálido, despejado y con inmensas nubes blancas viajando y viajando, cada vez más lejos, para recorrer otros horizontes. InSung tuvo el fugaz deseo de ser uno con ellas, remontar el firmamento y dejarlo todo atrás en un vuelo infinito que no acabara nunca. Sólo entonces dejaría a un lado su sufrimiento, sólo entonces podría dejar de llorar silenciosamente y se sentiría libre en verdad.
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Perfect Dragon
ФанфикKyungSoo es un dragón blanco e inmaculado sumamente pequeño para su especie, dos particularidades que lo convirtieron en un punto de burlas constantes y señalamientos durante su adolescencia y que le dejó una nula oportunidad para emparejarse con al...