La primer mujer Alfa

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AYSEL 

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En cuanto llegamos a la mansión decidimos seguir caminando, había una cabaña cerca donde me gustaba ir de vez en cuando para pensar.

— ¿Qué es esto?— pregunto Artemisa

— Es mi lugar de tranquilidad — dije encendiendo las luces — Vengo cuando quiero alejar un poco de todo.

La mandé a construir el día que me volví alfa, había días en los que me sentía abrumada con todas las responsabilidades y decidía escapar un rato aquí.

— Vaya, es muy bonita — dijo observando el lugar.

Comenzó a recorrer poco a poco la casa. —

— Puedes venir las veces que quieras —

— Puede ser un lugar para los dos — menciono —

— Me encantaría, nuestro lugar secreto — dije acercándome a ella y tomándola de la cintura, ella me beso, un beso tranquilo se transformó en un beso lleno de pasión y desenfreno.

Todo comenzó a descontrolarse, de repente estábamos en la cocina, Artemisa sobre la isla que había y yo tomando su cadera con posesividad. —

— Necesito tenerte, pero. — admití.

— Quiero hacerlo — pidió casi en suplica —

— Segura? —

—Mas que segura— dijo sonriéndome

Yo la volví a besar, un beso lento, suave, en mi vida había estado con una chica, pero con ella, simplemente todo salía de mi sin pensarlo.

— Pero no así, quiero que sea especial — dije haciendo que ella enredara sus piernas en mi cadera y la carga dirigiéndome a la cama que había. —

— Contigo ya es especial — susurro en mi oído.

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Ella se quitó la chamarra que traía y callo al piso, junto con mi chaqueta de cuero, nos separábamos de vez en cuando para quitarnos alguna prenda, yo traía una camisa de botones y ella poco a poco los fue desabotonando uno por uno, yo le ayude con su playera que traía, ella quedo debajo de mí, yo la seguía besando, el beso comenzó a tomar un poco más de pasión, de un beso tierno y dulce, paso a ser uno lleno de pasión y de deseo otra vez.

Nuestras hormonas a veces nos dominaban y este era un claro ejemplo.

Comencé a bajar lentamente a su cuello, y ella sin querer soltó un gemido, le quite el sostén, liberando sus pechos para mí, tome uno entre mis labios, mientras que con mi mano masajeaba el otro, sentí poco a poco se iban excitando, cuando sentí que por fin ambos estaban erectos, volví hasta su boca, para devorarla completamente, ella me tomo de la nuca para profundizar más el beso, estuvimos así un buen rato, besándonos, iba de sus labios hasta su cuello y regresaba a sus labios, de un momento a otros ella comenzó a besarme el cuello, los gemidos en la habitación no se hicieron esperar, se sentía tan bien el sentir sus labios en contacto con mi piel, cuando ella se separó de mí, hice que se acostara en la cama, ya que estaba sentada y yo encima de ella, comencé otra vez un camino de besos y caricias por su cuerpo, hasta llegar a su estómago, su piel se comenzó a erizar, cuando llegue a las líneas que formaban su V pase mi lengua por estas, mientras mis manos poco a poco iban quitando sus bragas, y vi que estaba muy mojada, y lista para mí, me coloque de rodillas sobre la cama para deshacerme de las mías bajo su mirada.