Primer capítulo. Un desastre en mi colegio acaba con mi vida.

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Muchos creen ver una luz blanca cuando están al borde de la muerte, sin embargo, solo es la oscuridad la que te abraza fuertemente. ¿Cómo lo sé? Pues digamos que morí pero volví para contarlo, y yo les contaré mi historia y entenderán que la muerte, es solo el comienzo…

La vida nunca fue sencilla, no para mí. No cuando la escuela era mí peor enemiga junto a los maléficos profesores, en especial, el profesor de matemáticas. Que estaba empeñado en darme una mala calificación por hablar en clase. Ni que fuera un delito. En fin, después de la desastrosa clase de matemáticas, mis compañeros y yo, bajamos al laboratorio de ciencias naturales, donde debíamos hacer un trabajo de laboratorio que será la última nota del primer semestre. Bajando por las escaleras con mis amigas, un chico que tanto odiaba, me empujó al bajar rápidamente junto a los idiotas de sus amigos. El grupo de los Idiotas. El chico que me había empujado se llamaba Leonel García, un chico bastante estúpido para no saber cuánto era dos más dos. Y lo peor de todo, era que estaba enamorado de mí. Sí, enamorado.  El verano anterior intentó besarme, pero yo le empujé lo cual cayó al estanque que estaba detrás de él y todos lo vieron. Lo sé, fui muy cruel. Pero se lo merecía, por idiota.

Prácticamente no me consideraba una persona atractiva, más bien normal y algo aburrida. Mis padres me creían irritante y molesta, por la cual tenían razón. Era ese tipo de chica rebelde y un toque alocado, pues me encantaba teñirme el pelo de todos los colores que existían, pero ahora no tenía nada en mi pelo castaño.  Mis ojos eran de los más comunes, marrones y aburridos; mi estatura era normal para una chica de mi edad y mi cuerpo era rellenito. Pero aun así, algunos chicos pensaban que era atractiva.

En mi curso como en todo el mundo, se dividían en grupos: el grupo de las “divas” que eran como seis chicas, el grupo de los “nerds” que eran apenas tres, el grupo de los “idiotas” que yo misma los había nombrado que eran como cinco y el grupo “normal” en la cual yo estaba, éramos los restantes, los que no podían ser lo bastante geniales o interesantes como los demás. Me valía una mierda. Mis amigas de clases eran Lisa y Candela, eran las únicas que entendían mi locura, las únicas que soportaban mis días de mierda y las únicas a quien en verdad le importaba. ¿Por qué digo “días de mierda”? Pues porque era una chica que tenía problemas con la mitad del mundo, no por gusto, sino porque no soportaba a la gente falsa y no me costaba decirles lo que sentía por aquellas personas. Era muy directa y sarcástica, o eso es lo que ellos pensaban de mí. También solía pelearme con mi madre por tonteras y con mi hermano igual. Yo era la hija menor, y odiaba serlo. 

En fin, llegué al laboratorio de Ciencias Naturales que mi escuela tenía y entré junto a mis dos amigas. Los demás entraron más tarde y luego llegó la profesora. Hoy debíamos hacer un trabajo que requería de mucho cuidado, ya que íbamos a usar químicos altamente peligrosos; muy peligrosos para personas como los Idiotas. Y lo peor de todo, era que la profesora había salido del laboratorio para hablar con el director en una reunión que tenían, dejando que los chicos hicieran lo que quisiesen, y eso iba  a dar resultados a problemas. Ignorando el bullicio de los chicos que no trabajaban, me puse a hacer mi trabajo con mis amigas. Era un trabajo complicado y se requería la supervisión y la ayuda de un profesional, pero no estaba.

Tubos de ensayos con ácido clorhídrico y otros con ácido nítrico estaban muy al descubierto, si alguien hacía un mal movimiento podía tirar todos ellos y provocar un desastre químico. También había otros de igual de peligrosos como el ácido sulfúrico y cianuro. Obviamente trabajaba con guantes y lentes de protección, pero aun así tenía miedo de hacer algo incorrecto y crear una explosión. Mis amigas me habían dejado para ir a preguntarle unas cosas a la profesora que estaba en reunión, tenían el derecho, pues sino íbamos hacer una bomba nuclear. Pero fue la peor decisión de todas, debí ir yo. ¿Por qué? Porque Leonel estaba acercándose a mí, a molestarme. Le iba ignorar.

The Last Warrior- La Última Guerrera. Alice De Niro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora