Capitulo 5

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Había pasado una semana desde el beso de despedida que Edward le había dado, él no había llamado, y ella tampoco lo había intentado

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Había pasado una semana desde el beso de despedida que Edward le había dado, él no había llamado, y ella tampoco lo había intentado.

Su madre estaba decidida a arrancarle la cabeza en cuanto el cobrizo volviera a poner un pie en la casa, con ayuda de su padre obviamente, mientras que sus tías Alice y Mary se encontraban un poco renuentes a hablar del tema, el único consejo femenino que había tenido después de aquel gran suceso, era el de su mamá Esme. Carlisle y Jasper la habían reconfortado diciéndole que Edward volvería pronto, y que de no ser así, a ella le faltaba muy poco tiempo para terminar el instituto, y entonces podrían irse con él.

Su madre obviamente había protestado en cuanto se enteró de aquella promesa, sin embargo, Larissa sabía bien que si Carlisle lo decía sin duda se haría, sin importar las pataletas de su madre.

—¿Irás a la fiesta que dará Michelle el Viernes?— preguntó Tracy mientras la tomaba del brazo.

—Él mismo me invitó está mañana, con su habitual intentó inútil de seducción— contestó Dion— Así que tuve que darle un rotundo no

Tracy rodó los ojos en respuesta y luego se interpuso en el paso de la rubia.

—Debes ir, has ido solo a tres fiestas en todo el tiempo que llevamos aquí— dijo la castaña haciendo un puchero— Esta última debe ser épica— terminó Tracy haciendo un gesto exagerado con las manos.

—Debo pedir permiso, además, con todo esto de la graduación, mi mamá querrá ir por un vestido de infarto— comentó Larissa— La graduación está muy cerca.

—Tú mamá tiene un gusto tan perfecto, ojalá pudiera darle unas clases a mi madre—respondió Tracy.

—Tal vez podamos llevarte con nosotras, y también podríamos invitar a Nora— ofreció Dion mientras comenzaban a salir del edificio.

—Es una maravillosa idea, pero eso no te libra de la fiesta del viernes— amenazó Tracy señalando a Dion con un dedo.

—Lo pensaré— contestó la ojiazul haciendo una mueca, y después siguió caminando.

Esperaba encontrar a Jasper esperándola, o a Mary y Alice, desde que Edward no estaba todos los demás se turnaban para saltarse algunas clases e ir por ella, pero en cuanto vió el Volvo plateado en el estacionamiento no dudó ir corriendo hasta él.

El cobrizo rodeó el automóvil, se recargó en la parte trasera del vehículo y le sonrió, Dion corrió hasta él con entusiasmo, y sin dudarlo se lanzó a sus brazos, Edward la tomó de la cintura y la alzó en el aire, ella enredó sus piernas en las caderas del lector de mentes y sin pensarlo le plantó un beso en los labios.

No iba a irse y esperar regresar fingiendo que nada había pasado, o no, eso definitivamente no funcionaría con ella, ella tenía el control, y se lo iba a dejar muy en claro.

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