Capitulo 8

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—Hace mucho no pasaba tiempo contigo— comentó Esme mientras Dion terminaba de pintar sus uñas

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—Hace mucho no pasaba tiempo contigo— comentó Esme mientras Dion terminaba de pintar sus uñas.

—A mí también me alegra estar contigo mamá, es tan relajante— contestó Larissa sonriendo gentilmente.

—¿Te sientes lista para la universidad?— preguntó Esme de repente sorprendiendo a la ojiazul.

—Aún no he tomado una decisión— respondió Dion encogiéndose de hombros.

—Cariño, te irá bien en cualquier universidad a la que vayas, y todos estaremos muy orgullosos de tí, especialmente Carlisle— habló Esme con su reconfortante sonrisa maternal.

—Será difícil hacerle justicia, ha salvado a millones de personas— expresó la rubia sin dejar de concentrarse en el esmalte.

—Lala, sé que Rose va a enojarse por esto, pero ¿Has pensado en volverte como nosostros?

Dion cerró el esmalte, y se recargó en la silla, acomodó los lentes que raramente usaba, y puso una expresión pensativa.

—¿Tú crees que debería... Convertirme?— preguntó clavando sus ojos azules en los ámbar de Esme.

La matriarca le acarició el dorso de la mano con dulzura, y le dió una mirada comprensiva.

—Bueno cariño, a mí me encantaría tenerte con nosotros por siempre— expresó Esme— Pero, no quiero que te apresures, antes de tomar esa decisión, debes estar segura de que es lo que quieres, y de que no hay ninguna experiencia humana que no hayas disfrutado, debes estar segura, para tener una inmortalidad plena.

—Yo no quiero convertirme— soltó Lala finalmente después de que Esme terminó de hablar.

Esme abrió sus ojos con sorpresa, y la miró con cierta confusión.

—No es que no quiera estar con ustedes durante mucho tiempo, es solo que, no puedo imaginarme llevando la vida que ustedes tienen— Dion soltó un suspiro y después siguió— Sin comer, sin dormir, sin nadie permanente en su vida además de la familia, sin poder fortalecer relaciones para proteger el secreto, yo no podría hacer todo eso, no quisiera permanecer mudandondome tan seguido, o siendo tan reservada para que no nos descubran, ya no sería mi vida.

—Cariño, lo que tú decidas, siempre va a estar bien para nosotros—

El sonido de la alarma interrumpió la conversación, Larissa recogió su teléfono de la mesa y la silenció.

—Debo irme, Edward me dijo que podía ir por el y Jasper, después del instituto— explicó Dion poniéndose en pie.

—Entonces ve, puedes llevarte el auto de Carlisle— dijo Esme señalando el garage.

—¿En qué se fue él entonces?— preguntó Dion.

—Oh, ya lo verás cuando regrese— contestó Esme con una sonrisa divertida.

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