CAPÍTULO 19

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Camille

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Camille.

El sol que entra por la ventana me da a los ojos provocándome molestia e incitándome a que me despierte. Miro la habitación y todo lo que hay a mi alrededor. Y es cuando caigo en cuenta todo lo que paso ayer.

Mis mejillas se sonrojan al verme desnuda y solo cubierta con sabanas. Caleb se me viene a la cabeza y volteo a verlo al otro lado de la cama, pero no está.

La decepción me invade y siento mi respiración pesada, pero decido tragármela.

— Deja de pensar que me fui — la voz masculina me sorprende y alzo la vista en su dirección — te dije que no lo haría.

Caleb aparece en la puerta del baño, lleva puesta una toalla en las caderas, se sacude el cabello mojado con las manos. Y puedo jurar que las vistas son espectaculares.

Su abdomen marcado también se lleva mi atención y lo único que puedo pensar es en lo sexy que se ve así, una que otra gota resbala por su abdomen hasta llegar a su V marcada, venas se asoman por la toalla y tengo la necesidad de arrancarle la toalla para ver lo que sigue.

— Buenos días — hace una pausa esperando mi respuesta — ¿No me vas a dar los buenos días? — Caleb hace un puchero, se acerca un poco más y tengo que tomar aire para regular mi respiración.

— Si — reaccionó — buenos días — le muestro una sonrisita que escapa de mis labios, se me queda mirando por un rato y luego se agacha me toma de la mandíbula y presiona sus labios contra mi cabeza dejando un corto pero fuerte beso ahí.

— Si lo son, gracias ­­— ¿Planeas que me vaya así? — señala la toalla — la ropa está mojada — Lo miro con indagación.

Trago saliva al recordar las escenas bajo el agua y el parece notarlo y una sonrisa divertida sale de sus labios.

— Deja de pensar en eso, Camille — ¿cómo puede pedirme eso estando así?

— Mhm yo... — pienso — te parece si me baño y luego voy a pedirle a Mapi que me preste algo de ropa ¿te parece?

— No te preocupes llame a una tienda para que me traigan ropa, gracias.

— Okey — es lo único que digo.

Intento levantarme para recoger mi mochila, pero antes de que lo haga el me la pasa así que me dirijo al cuarto de baño.

Entro al baño de inmediato sin decir nada y con la mirada busco mi ropa o la de Caleb, pero no hay rastro de ella por ningún lado.

Decido preguntarle luego, por el momento solo quiero una ducha caliente.
El agua recorre mi cuerpo relajando mis músculos y aliviando el dolor de estos.

Salgo de la ducha, me seco y me coloco la ropa que traje, saco mi cepillo dental de la mochila y me aseo. Me miró en el espejo y decido peinarme el cabello con los dedos para que no luzca desordenado.

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