CAPÍTULO 05

2.3K 107 11
                                    

I M P R E S I O N E S

Camille.

— Si, me gusta mucho el ambiente de tu casa — Mapi está en casa recorriendo hasta el más mínimo rincón.

— Ya te dije que no es mi casa y ...— Susana me corta.

— Claro que es tu casa cariño — la voz de Susana aparece en la sala, lleva puestos unos lentes de lectura, carga su bolso junto a unas llaves del auto.

— ¿Cómo estas Susana? — dice mi amiga acercándose a ella para luego saludarla con un beso en la mejilla.

— Hola Mapi — responde con la sonrisa que le caracteriza — Cami, me voy a la empresa ocurrió algo y tengo que ir a solucionarlo, necesito saber si ya fuiste a recoger tu traslado.

Ha pasado una semana que estoy viviendo aquí y puedo sentirme cómoda gracias a Susana, Richard es igual o más atento. Me he dado el tiempo de organizar mis cosas como pedir mi traslado y presentar mi renuncia.

— Si — voy a la entrada de recepción y lo tomo para dárselo.

— Bien lo presentare hoy, buenas noches chicas — Susana desaparece por la entrada.

— Bien, vamos a tu habitación — Mapi sube sin saber dónde está mi habitación con toda la confianza y no me queda más que ir tras de ella.

— Me encanta tu habitación Cami — dice abriendo la puerta de vidrio para salir al balcón, mientras yo la miro echada desde la cama.

— ¿Podrías venir? — dice haciendo muecas mientras mira en dirección a la calle.

— ¿Qué pasa? — le digo acercándome a ella.

— Ahí esta — señala con su vista — Caleb Herault.

Cuando observo por el balcón me encuentro con el chico de la fiesta. Ese día no lo volví a ver ya que nos terminamos yendo minutos después

— Ya ¿y? — quito la mirada de él y le restó importancia.

— ¿Y? — ríe — a mí no me engañas.

— No me dijiste que lo conocías.

— Si antes me llevaba muy bien con su hermana se podría decir que era mi única amiga. A demás vamos a la misma universidad.

— Va en tu facultad, pero creo que a el solo e falta un semestre para terminar.

— ¿Estudia derecho?

— ¿Acaso no me escuchaste? es Caleb Herault.

Entonces empiezo a entender. Su padre es Christian Herault. Cabe recalcar que el apellido resalta por todas las firmas de abogados que tienen en varios Estados. Que su hijo estudie derecho no debería sorprenderme.

— Buen partido, lo sé — Mapi juega con sus cejas — pero no es mi tipo, parece ser más el tuyo.

— Baja la voz podría escucharte — miro al chico que se encuentra apoyado en la puerta de su auto mientras habla por celular.

— ¿Que dices? — empieza a gritar para llamar la atención con designio — No te escucho puede hablar más fuerte — empieza a reír escandalosamente.

— Demonios Mapi cállate ya, tenemos 20 años— tiro de su blusa para que me escuche.

Vuelvo a mirar al chico, guarda su celular, cuando se da cuenta de los gritos y nos mira a ambas.

Mi rostro se calienta y me adentro para que no me vea.

°°°

— Cami te necesito despierta — escuchó decir a Mapi.

— ¿Quién demonios te dejó entrar? — digo abriendo los ojos con pereza.

— Susana que es un amor, ella me dejo entrar — dice bajándose de encima mío ¿en qué momento se subió?

— Le pediré de favor que no lo vuelva a hacer — Mapi se hace la ofendida, pero yo sé que le da igual, sabe que no lo haré.

— Oye tus clases empiezan en una hora.

— Carajo — me levanto de un brinco y me lio sin saber que hacer.

— Yo te llevo nena — dice sacudiendo las llaves de un auto — escogí tu ropa, está lista para que te cambies, de nada.

Agradezco que lo haya hecho, me meto a la ducha por 10 minutos y salgo de inmediato para cambiarme. Una vez que termino me miro una y otra vez en el espejo y me veo bien.

Ya vestida para irnos a las clases bajamos a desayunar lo que Tatiana había preparado para nosotras.

Estoy consiente de que me será difícil alinearme a la universidad, ya que estoy acostumbrada a otra currícula, pero tengo fe de hacerlo bien, además tengo a Mapi de apoyo.

— Buenos días — Susana entra a la cocina un poco adormilada usando su bata de dormir y con el cabello un tanto desordenado, toma siento en la mesa — suerte en sus clases — nos brinda una sonrisa afable y ambas le agradecemos.

— ¿Quieren que las lleve hoy? — pregunta amable.

— No Susana, nos iremos en mi carro — Nos levantamos de la mesa, agradecemos y nos despedimos.

Antes de ingresar, paso por mi horario de clases y escojo uno por la mañana para que no se me haga pesado.

Caminamos por los pasillos de la universidad cuando una señora nos detiene.

— Facultades de Derecho, administración y Relaciones exteriores van a aula 6 — la señora mira a Mapi y sonríe — Bienvenidas a ambas, María del Pilar tu ya deberías saber que el regidor da una charla de cada inicio de semestre.

— Claro si , de hecho ya íbamos para ahí solo le estoy dando un recorrido por su facultad a mi amiga — nos mira asiente y se despide.

— ¿Lo sabias?

— No, lo olvide — me toma de la mano y me guía hacia otra dirección — prepárate para la famosa incentivadora del regidor.

Cuando llegamos al gran auditorio ingresamos en silencio. Todo esta a oscuras, la luz mas prominente viene del gran proyector donde esta el regidor hablando. Nos sentamos en uno de los lugares mas altos y empezamos a escuchar de estrategias para organizar el tiempo y tener éxito.

Realmente necesito escuchar esto.

— Créeme que cuando llegue también tenía el mismo interés que tú para escuchar esta parte — susurra — ¿pero sabes qué? — alzo el mentón para indicar que continúe — no sirve para una mierda. El regidor piensa que tenemos sus mismas rutinas, además tener sexo no está en su programa — lo último que dice me hace soltar una carcajada sonora y me callo cuando noto como dos filas de abajo y la del costado se voltean a verme.

Los observó con vergüenza y pienso que ha sido una suerte que no se me haya escuchado más allá. Cuando una voz prominente llama mi atención.

— La señorita del fondo, quisiera compartir el chiste para todos — habla el regidor mirando en dirección.

Siento como mis orejas y rostro se calientan enseguida y lo que era tres filas ahora son más de cincuenta. Me miran con curiosidad y diversión, mientras se escuchan murmullos por parte de ellos.

Junto mis labios y con vergüenza niego con la cabeza. El regidor dice algo como necesito que tomen atención y vuelve a su mismo rollo.

Miro hacia los demás y veo que también han dejado de mirarme, suelto aire y miro a Mapi con las mejillas calientes.

— Discúlpame por favor — asiento y ella me toma la mano y la aprieta y suelto aire. Hasta ahora la mayor vergüenza de mi vida.

Vuelvo a dirigir mi mirada a una fila debajo de mi derecha y lo veo.

Caleb Herault.

STAY WITH ME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora