CAPÍTULO 04

3K 144 31
                                    

M A R I A  D E L  P I L A R

Camille.

— Disculpa, me tengo que ir — rápidamente se inmuta y trata de alejarse. La vuelvo a tomar de la mano para confirmar si es quien creo.

Mi confusión se eleva al cien por ciento cuando confirmo mis dudas y mil preguntas empiezan a formularse en mi cabeza cuando la veo.

María del Pilar.

— Mapi ¿qué haces aquí? — la sostengo del brazo evitando que se vaya.

— No lo sé, creo que me equivoque de casa — se excusa y trata de zafarse de mi agarre.

— ¿Me explicas? — la suelto y me cruzo de brazos esperando una respuesta de su parte.

— No pasa nada Cami, solo...

— Hija ¿has visto a Fabiola? — la señora que se acerca me observa y sonríe — ¿Y no me presentas a tu amiga? — dice extendiendo la mano para que la salude.

— Mamá ahora no por favor — le dice Mapi mirándome.

— María del Pilar — menciona su madre molesta.

— Mamá no empieces, no ves que estoy en medio de una conversación importante — típico de Mapi enfadarse por lo más minimo.

— Mucho gusto señora, soy Camille Brown — me presento sola ya que Mapi no lo hará, le estrecho mi mano junto a una sonrisa genuina.

— El gusto es mío querida — responde de la misma forma — no te preocupes yo me retiro — mira a Mapi molesta — hablaremos en casa María — es lo último que dice y se aleja.

— En realidad no tienes porque darme explicaciones — me alejo antes que pueda decir algo o protestar y veo a Susana a lo lejos a hablando con una mujer.

Me acerco y dudo en hablarle para no interrumpir su conversación, es decir solo quiero hacerle saber que me voy a casa.
Esta se percata de mi presencia y voltea por su cuenta.

— Camille ¿la pasas bien? — me observa con emoción. Realmente no se que pensar de la noche.

— Si, pero no me siento bien — el rostro de Susana cambia por uno de preocupación — yo creo que me voy adelantando a casa, no tiene porque acompañarme, no planeo arruinar su noche.

— Por supuesto que no, nos vamos juntas — busca con la mirada y coge su bolso, se despide de su amiga y la sigo a donde vaya.

— Déjame despedirme de Fabiola y agradecerle por la invitación — dice buscándola con la mirada.

— ¡Oh! — exclama — Caleb ¿cómo estás? — Es que debo estar pagando algo para que me pasen estas cosas.

El chico que se encuentra apoyado en el pared hablando con sus amigos se percata del llamado de Susana y le deja a su amigo de la derecha la botella de cerveza que tenía en las manos y se acerca.

Junto mis labios en una línea y miro hacia otro lado.

— Hola ¿cómo esta Susana? — responde amablemente junto a una sonrisa. Es la primera vez que lo veo sonreír de esta forma. Un hoyuelo se le forma en la mejilla izquierda. Y por más que trato de verlo con discreción no lo logro y solo hago que note mi presencia.

— Ella Camille — Susana me presentar sin tener idea de que yo ya me presenté y solo logré la ignorada del siglo.

— Hola Camille — se acerca, y besa mi mejilla, su perfume invade el ambiente al acercarse, y siento que se queda impregnado el olor en mi mejilla.

— Hace mucho que no te veo y cada que lo hago noto que ya no eres un niño y te pones más apuesto — habla Susana y el solo escucha con una sonrisa de labios cerrados que me mantiene entretenida — ¿has visto a Fabiola?

— No, pero si quiere la busco por usted — Susana se adelanta.

— No es necesario me despides de ella, Camille no se siente bien y mejor me la llevo a casa.

El me mira y quiero esconderme detrás de Susana para ocultar mi vergüenza ¿Era necesario que Susana mencionara que me siento mal? — Deberían esperar un poco más, Keyla tuvo un problema y por eso esta tardando en llegar — coloca una mano en uno de los bolsillos de su pantalón— Es cosa de que te adaptes ¿Quieres que te haga compañía?

Toma mi mano y me jala a su lado — yo me encargo — mira a Susana y me lleva con él. Volteo a ver a Susana con miedo y pidiendo ayuda, pero ella solo me incita con dos pulgares arriba y se voltea.

— Me tengo que ir a casa — para en seco haciendo que le preste atención.

— Tranquila, solo trato de que te sientas cómoda — el y sus amigos solo causan que me siento todo lo contrario — veo que este ambiente no te resulta favorable.

— ¿Eh? — si bien es cierto no tengo dinero o alguna otra cosa que demuestre que soy rica, pero quien se cree este chico para restregármelo en la cara.

— Me he explicado mal...

— En serio — frunzo el ceño sin entenderle nada. Primero dijo que no pertenecía a este ambiente y luego que se explicó mal.

Observó que mi mano sigue agarrada con la suya y la quito de inmediato.

— Gracias por tu compañía — intento irme pero su voz me detiene.

— No me voy a disculpar, solo quise decir que nunca te he visto en otra reunión. Entonces es verdad que no es tu ambiente — mira hacia otro lado — eres la chica de la cafetería.

— ¿Que afán con eso? — le interrumpo ya molesta.

— Tu eres la que trabaja con Mapi ¿verdad? — dice y espera a que diga algo, aún no asimilo lo que paso con Mapi.

Que mencione su nombre me sorprende — ¿Conoces a Mapi?

— No mucho, en realidad es mi hermana quien la conoce — no digo nada y me quedo ahí pensando — y que está detrás de tuyo.

Volteo en seguida para confirmar si esta y es cierto se encuentra apoyada en el muro mirándome fijamente, se ve muy bien, es que ya lo he dicho es muy bonita.

— Nos vemos — pasa por mi lado y el de Mapi hasta desaparecer.

— Solo — empieza a decir Mapi — escúchame, no digas nada solo escúchame por favor ¿puedes? — Mapi mira al suelo esperando a que yo de alguna respuesta.

— Si — afirmo, no puedo ser tan mala como para dejar así a una persona, que Mapi no me haya dicho cosas de su vida me duele siempre mentía pero supongo que no confía en mí, lo entiendo.

— Mira — comienza — sé que soy una mentirosa, siempre te oculte mi vida de alguna forma cuando me decías para acompañarme a casa me negaba, me da miedo sabes — muerdo mi labio al verla de esta forma — siempre tuve amigos falsos, siempre se apoyaban en mi por mi apellido o por lo que son mis padres, pero ya estoy harta siempre terminan traicionándome, no sabes lo feo que se siente. Cuando mis papás se enteraron que rechace mi oportunidad de intercambio, de alguna forma me castigaron mandándome a trabajar, su amigo le propuso que trabajara en su cafetería y realmente no me apetecía, hasta que te conocí, los días me parecían más divertidos ahí trabajando y ver que tu empatizaras conmigo si saber que venia de una familia con dinero o que mi nombre resaltara por algo fue muy lindo. No sabes cuanto prefería estar trabajando que en casa con mis padres. Y hasta yo me sorprendí de ver que era capaz de aguantar ahí mas de medio año.

— Lo siento —digo sin más — soy yo la que debería comprender, no tiene sentido que me moleste, entiendo tus razones — no me dejo terminar ya que se acercó a mí a abrazarme efusivamente.

Entiendo que hay muchas personas que traicionan tu confianza y lo feo que se siente, me culpo por no haberlo pensado antes. Me dedico a abrazarla mientras llora, pero estoy feliz de haberla conocido. Además de Jayden solo la tengo a ella como amiga.

---

STAY WITH ME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora