Capítulo 15: La noche de Aisha & Drew II

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Drew:

Beso a la fresita con deseo, excitación y con vehemencia.

Me pierdo en ella como antes, pero con el único pensamiento claro de no dejarla ir, ya he empezado, no hay forma de que esta noche no me hunda en su coño húmedo y caliente como hace mucho, pero del que aún tengo el recuerdo latente.

Ella jadea buscando mi boca, después de ambos encontrar un poco de aire y recuperarnos del primer beso, en esta segunda vez me encargo de envolver nuestras bocas en un nuevo beso más húmedo y más caliente, percibiendo el sabor de su lengua al tocar la mía, lo que provoca que una emoción se me dispare directo a la entrepierna.

Aisha gime y yo rompo el beso, por mucho que desee sus labios, no es donde me voy a quedar, necesito probar todo de ella.

Hasta el ultimo rincón.

No sé en qué situación nos encontramos ella y yo, pero la conozco y aunque los años hayan pasado, con estas semanas he comprendido que su inseguridad por mi sigue ahí y que no importa cuántas veces le confiese mi amor, al menos hasta ahora, ella seguirá teniendo dudas.

Es por eso que necesito recorrer todo, grabarme cada lugar en mi mente y así tener un recuerdo placentero en mi memoria.

Y dios, hay muchas cosas que quiero hacer esta noche con ella y no sé por dónde empezar, mi cabeza da vueltas mientras imagina mi lugar favorito y no tengo uno, amo cada parte de Aisha Rusett.

Su rostro, sus labios, sus senos, su ombligo, sus caderas y muslos, su entrepierna, su culo.

Joder...

Una maraña de emociones me atraviesa, disparándose por todo mi organismo y recorriendo mis venas.

—No te detengas..—Jadea. Despertándome.

Sus ojos excitados se encuentran con los míos, sus labios yacen hinchados por nuestros besos.

—Drew...—Insiste y comprendo que el mismo nivel de excitación, está creciendo ella.

—Nunca, fresita.—Le prometo.

Vuelvo a capturar esa boca y mis manos van directo a desvestirla. Cojo los bordes de la blusa y la subo hacia arriba, la tela abandona su piel y deja la imagen de sus senos abultados dentro del sujetador.

Trago duro, imaginando poseer sus pezones.

Continuo con los pantalones.

¿Hace cuánto que no la tengo solo en sujetador y bragas frente a mí? Maravilloso regalo de navidad adelantada.

Aisha hace lo mismo, siguiendo mis pasos, me sube la camiseta y me abre el cierre de los vaqueros, los cuales baja hasta mis talones, las manos de la fresita se ubican en el elástico del bóxer y los dobla.

Entonces ella me deja en claro, no a base de palabras, sino con actos, que no soy yo quien va a liderar este encuentro, al menos no al comienzo.

Aisha se agacha con sus ojos siguiendo los míos, se ubica apoyándose sobre sus rodillas e inclina el cuerpo hasta tener mi polla a la altura de sus labios.

Me enderezo y antes de que sus manos la liberen, yo lo hago, Aisha no retrocede, pero sus ojos se encuentran con los míos una vez más, antes de que gustosa se lleve el glande a la boca.

No me sorprende, porque soy yo quien le enseño esto, soy yo quien se llevó esta primera experiencia suya, sin embargo cuanto más mi polla folla su boca y cuanto más ella lo disfruta, yo cabo en cuenta que ya no necesita que mis manos sostengan su cabello, ni que la guíen al inicio y mucho menos la hagan moverse, Aisha sola lo hace muy bien.

Tras Bambalinas ( #4 Odio a las chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora