Remembering [Auryn]

Capítulo 31: Allá voy

CAPÍTULO 31

Allá voy

Narra Álvaro

Me aterra que se enfade conmigo, que se eche atrás con su propuesta y que no me pueda perdonar.

Y entonces, cuando creo que está todo perdido, habla.

-No pasa nada. -dice secándose las lágrimas.

-Pero, pero yo...

-Pedí una oportunidad para empezar de cero, creo que me la han dado.

-Ya pero yo...no puedo dejar de sentirme culpable.

No solo provoqué de alguna manera el accidente, sino que también le engañé. Aunque nunca fue mi intención.

-No importa, quiero que el accidente sea nuestra forma de empezar de cero.

-Para mi lo fue, me demostró que todo lo que puedes tener hoy, mañana quizás ya no estará. Creí que te perdía.

Mis lágrimas vuelven. Siempre la quise, pero quizás no la valoré lo suficiente. La primera vez no debí de ocultarle nada, la segunda, no debí ser tan irresponsable y emborracharme.

-Por eso mismo, no sabemos mañana que va a pasar. -se seca los ojos con las manos.-Quiero olvidar todo lo malo que pasó antes del accidente, te quiero y me quiero casar contigo.

-¿Aún después de todo esto?

-Sí, solo espero que todo esto te haya servido para algo, que no vuelvas a hacer los mismos errores.

-No quiero volver a ser ese Álvaro.

-Ni yo quiero volver a ser esa Andrea desconfiada, que se lo tomaba todo a pecho y, diría yo, que era bipolar.

Se ríe un poco, yo sonrío.

Todo está bien.

Se acerca a mi y me abraza.

-Valoro mucho que me lo hayas contado, me demuestra que no eres el mismo Álvaro que antes.

-Yo...te quiero.- es lo único que puedo decir.

Nervioso me miro al espejo. Reviso la ropa. Camisa, el traje, la corbata...y, la cajita en el bolsillo.

-Cariño ¿ya estas? -dice mi madre entrando a la habitación.

-Ya estoy.

-Se te ve nervioso ¿qué pasa? -me pregunta sentándose en la cama.

-No me lo puedo creer, Fanny se va a casar.

-Pero cariño, por eso no debes de estar nervioso.

-Es que...

En realidad, hay más. Hoy, delante de todos, tengo pensado pedirle a Andrea que se case conmigo. Ya sé que me lo pidió ella, pero quiero pedírselo como dios manda, con anillo y todo eso.

-Bueno, tranquilo, yo también estoy nerviosa.

Me siento a su lado.

-Anda, ven aquí mi pequeñín. -dice abrazándome.

Aspiro su aroma.

-Sigues oliendo igual, mamá.

-¿Qué? -pregunta riéndose.

-Hueles igual a cuando yo era pequeño.

-Nunca he cambiado de perfume desde que tenía dieciséis.

-¿Por?

-No lo sé, supongo que es alguna manera de mantenerme siempre la misma.

-Mamá, no te cambiaría por nada del mundo.