Capítulo 26: ¿Esperanza?

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CAPÍTULO 26

¿Esperanza?

Narra Álvaro

Aquí estoy, en el camerino, sin ni siquiera poder calentar la voz.

¿Dónde estará Sparky?

Ya no solo me preocupa donde estará, sino también, como estará Andrea. Me ha llamado hace ya una hora y sé, que estará por ahí buscándolo. Me preocupa como se lo esté tomando. Sparky era como nuestro bebé y encima, es el único que le hace compañía cuando yo no estoy. Andrea lo pasa fatal estando sola y sin Sparky pues…no sé cómo podrá estar sin él.

-Alegra esa cara ¡chiquillo! –me dice David entrando al camerino.

Lo observo, ahí está, derramando felicidad, despreocupación, despiste incluso…lo pienso y, a veces, me gustaría ser tan despreocupado como él.

-David, Sparky no está…

-Hombre claro que no está, ¡se ha quedado en Madrid con Andrea!

-No David, ha desaparecido…

-¿Qué? Si hombre ¿de verdad? ¿Lo dices en serio? –dice incrédulo.

-Andrea no lo encuentra…

Se acerca a mí y me pasa el brazo por el hombro.

-Lo encontrará. –dice dándome una palmada en la espalda.

-¿Y si no lo encuentra?

-Lo hará.

-Pero…

-¡Lo encontrará! –dice cortándome- ¿Dónde está el Álvaro positivo?

-David…

-¿Dónde?

-Aquí…-digo desanimado.

-¡Vamos! Dentro de nada nos traen la cena y después ya el concierto, ¿no tienes ganas de salir? Hay un montón de personas ahí fuera. –dice nervioso mientras empieza a dar pequeños saltitos.

-Claro que tengo ganas de salir a cantar…-digo intentando sonreír.

Pienso en el día en que quise regalarle algo especial a Andrea, algo que nos uniera un poco más. Ese día caminaba por la calle para ir a recoger a Andrea de la universidad, ese día fui caminando y entonces lo vi. Vi a Sparky, durmiendo en el escaparate de una tienda nueva de mascotas.

Entonces recogí a Andrea y con la máxima ilusión del mundo, me la llevé a rastras hasta la tienda. Recuerdo la respiración alterada de ella por haber corrido desde la universidad hasta la tienda. Llegamos y solo bastó que la pusiera delante del escaparate para que ella se echara encima del cristal señalándolo y diciendo: “Lo quiero, lo quiero” Cuando le dije que se lo regalaba se puso a dar saltitos y como una niña pequeña entro diciéndole a la dependienta que yo se lo iba a regalar.

La dependienta nos dijo que si preferíamos otro perro, que Sparky era muy solitario, dormilón y feo. Andrea siguió insistiendo y bueno, a mí Sparky me había gustado desde el principio.

Aunque nunca se lo dije, sé que ella lo quería porque se sentía identificada. Cuando era pequeña era el patito feo de la clase, marginada e inferior al resto. Sé que ella lo cogió para darle el cariño que allí no le daban.

Sparky al principio nos tenía miedo, pero al final, nos cogió confianza. Andrea lo mimaba demasiado, diría yo. Y yo, bueno, yo hacía el papel de padre. Cuando hacía alguna trastada era yo el que le regañaba, ella siempre se reía de la situación y nunca le castigaba. Y aunque minutos más tarde yo también me reía, él tenía que aprender a comportarse adecuadamente.

Lo que decía…Sparky parece nuestro hijo.

Lo que más odiaba es que Sparky se subiera a la cama a mitad noche y se pusiera entre nosotros dos, separándonos. Y, quizás, cuando estropeaba nuestros momentos románticos…Pero si él no vuelve a aparecer, eso, será lo que más echaré de menos…

Entran los chicos con bandejas de comida, hoy cenaremos en el camerino. Yo no dejo de pensar en Sparky y Andrea, ni comiendo puedo estar tranquilo.

-Chicos, en diez minutos salís. –nos informa Magí.

Yo con mi cara sin sonrisa como diría Andrea, asiento.

Empieza a sonar Rolling in the Deep cantada por nosotros, entonces como loco voy a por mí móvil que está al otro lado de la habitación. Ese es el tono que tengo cuando llama Andrea.

¿Y si Sparky ha vuelto?

*Llamada telefónica*

-¿Ha vuelto? –pregunto eufórico e ilusionado.

-No…-dice casi inaudible.

-Joder, ¿dónde estará? Tiene que aparecer…

-Álvaro, escucha, ¿vale? Sé cómo estás, ¡no puedes salir al escenario así! ¿Me escuchas? ¡No puedes!

¿Cómo sabe cómo me siento? ¿Tan predecible soy? O quizás, es que me conoce demasiado bien…

-Pero joder Andrea, no puedo pensar en otra cosa que no sea Sparky, ¿y si le ha pasado algo?

-Estará bien, seguro.

Intenta parecer segura, para así poder subirme el ánimo. Pero la conozco, ella está peor que yo. Seguramente ella está más preocupada y con menos esperanzas que las mías…

-¿Y si no aparece? ¿Qué hacemos?

-Recuerda, la esperanza es lo último que se pierde. Pero yo llamaba para decirte que ¡o sales con una sonrisa de las tuyas al escenario o me enfado contigo eh!

-No quiero que te enfades conmigo… -digo poniendo morritos, aunque ella ni siquiera me ve.

-Bueno, pues entonces ¡comete el escenario! Quiero que mientras cantes te olvides de Sparky, de mí, de los problemas…cantar te hace feliz y hoy quiero que se lo trasmitas a todas esas personas que te apoyan.

Me río.

-Lo intentaré, ¿vale?

-No, lo intentarás no, lo harás. Acabaré enterándome si sonreíste o no, así que, si quieres que no me enfade ¡disfruta!

-Lo haré mi amor.

-Muy bien, además, seguro que Sparky vuelve pronto.

-¡Tres minutos! –grita Magí.

-Cariño…

-Lo sé, acabo de escuchar a Magí. Te amooo un montooooon, disfruta o, me enfadaré.

Suena muy amenazante e incluso por teléfono le tengo miedo.

-Yo te amo más, pequeña, lo sabes ¿no?

-¡Dos minutos! –vuelve a gritar Magí.

-¡Te amoooooo! –le repito antes de colgar.

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Bueno, lo prometido es deuda...aquí tenéis el capítulo.

Está narrado por Álvaro y describe un poco como se siente ante la desaparición de Sparky. Vosotras que pensáis que le ha pasado...

Bueno, ¡comentad y votad!

Muuuuuuuchisiiiiiiimas graciiiiias por el apoyo que me estáis dando...

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Remembering [Auryn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora