Capítulo 20

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Narrador.

Lucrecia y los chicos decidieron hacer algo un poco elaborado, por lo que decidieron ponerse a cocinar pechuga de pollo azada con una ensalada.

Pasados los 10 minutos que Lucrecia había puesto previamente en temporizador, finalmente ella fue a la sala donde aun se encontraba Max.

Lu: Príncipe.- Llamó al adolescente el cual volteó su vista dejando ver su carita llorosa.- Ven aquí cariño.- Dijo con la voz calmada y una sonrisa mientras abría sus brazos ofreciendole un abrazo.

Max soltó un fuerte sollozo y corrió hacia su amiga para abrazarla y esconder su carita en el cuello de esta.

Max: Lo siento mami, no quería portarme mal.- Dijo mientras trataba de calmarse.

Lu: Lo se cariño, no estoy molesta, tranquilo.

Max: ¿No soy malo?

Lu: No mi amor, no eres malo.- Dijo quitando las lágrimas de sus mejillas.- Eres muy muy lindo y bueno.- Continuo, pellizcando las mejillas de Max, lo que provocó una sonrisa en el.

Max: Lu... hambre.- Dijo sonrojado, mientras jugaba con sus deditos.

Lucrecia simplemente asintió con una sonrisa.

Lu: Vamos, príncipe, ya no tardó en estar la comida.- Respondió llevándolo a la cocina.

Ambos caminaron a la cocina y al llegar pudieron observar a los chicos ya sirviendo los platos y poniéndolos en la mesa.

Adam: Siéntense ya está la comida lista.

Sin más los cinco se sentaron y se dispusieron a comer.
El resto de la tarde pasó normal, Max jugaba con sus bloques mientras los chicos estaban con el y Lucrecia por fin se disponía a subir a descansar un rato en su habitación.

Narra Max.

Lu subió su habitación porque tenía sueñito, así que yo me quedé aquí abajo jugando con mis amiguitos.
Estamos jugando con los bloques, hacíamos casitas y luego las tirabamos para hacer unas nuevas.

Me gusta mucho estar con ellos, también había invitado a Jerry, pero el no pudo venir.
Después de un momento jugando, fui con Adam, el estaba en el sillón, recién colgó una llamada.

Max: Adam.- Dije sentandome junto a el.

Adam: ¿Si?, nene.

Me puse rojito y tape mi cara.
Adam solo río y me abrazo.

Max: Adam...- Volví a decir.

Adam: Dime.

Max: Mis abuelitos... ¿son felices?

Narrador.

Adam no sabia que decir, noto que su amigo lo miraba algo triste y esperanzado.

Adam: Así es baby, ellos son felices.- Le dijo con una sorisa tranquila.- Y también cuidan todos los días de  ti y de Lucrecia.

Max: Los extraño mucho.- Respondió con un puchero y sus ojitos cristalizados.

Adam: Lo se... yo también extraño a mis abuelos a veces.

Max: ¿También son algelitos?

Adam: Así es, unos muy hermosos angelitos.

Max: ¿Crees que sean amigos de mis abuelitos?, ¿O de mi mami, papi o hermanita?.

Esa pregunta provocó una pequeña punzada en el pecho de Adam.

Adam: Tal vez si.- Se limito a decir, mientras le sonreía.

Max se subió a orcajadas al regazo de Adam, se abrazo a el poniendo sus brazos al rededor de el cuello de este, y recargo su cabeza en el hombro de el contrario, quedado su nariz en el cuello de su amigo.

Álvaro: ¿Todo bien?

Marcos: Si, nos dejaste jugando solos.- Dijo a Max, el cual los miro con un pequeño puchero.

Max: Siento...- Dijo bajito, volviéndose a esconder en el cuello de su amigo.

Álvaro: ¿Estas cómodo?.- Pregunto con una sonrisa al notar como Max medio cerraba sus ojos.

Max: Sueñito.

Después de eso, Max llevo su dedo a  su boquita y comenzó a succionarlo.
Los chicos que presenciaban la escena, no sabían si era algo habitual en el adolescente, o si tenia algo para dormir, al final optaron por dejarlo así.

Álvaro: Es tan tierno.- Dijo viendo al chico dormir.

Marcos: Así es.

Adam: Quien diría que un chico de muestra edad nos tendría tan mensos.

Álvaro: Nos robo el corazón muy rápido.

Marcos: Demasiado...

Después de esa pequeña conversación se quedaron el silencio observando a Max dormir.

Luego de unos minutos trataron de poner a Max en el sillón para que descansara mejor, pero parecía que el adolescente tenia otros planes, pues cada que intentaban separarlo de Adam, sollozaba bajito y lloriqueaba o se quejaba hasta que lo dejaban seguir durmiendo sobre su amigo.

Al final los tres se rindieron, y ayudaron a Adam a acostarse aun con Max sobre el, para que ambos estuvieran más cómodos.
Una vez logrado esto, los últimos 2 se recostaron en otros sillones, para al final cerrar los ojos con una sonrisa... adoraban a ese chico.

¿SOY UN NIÑO BUENO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora