Capítulo 26

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Narrador.

Lucrecia se quedó pasmada unos momentos, sin saber exactamente qué contestarle a Max.

Lu: Am... príncipe, no creo que eso sea posible.- Informo de forma suave.

Max: ¿Por qué?.- Pregunto el chico con un puchero en sus labios.

Lu: Bueno... pues por que no dormirán agusto todos juntos, es mejor que utilicen una habitación disponible para que duerman más cómodos.

Max: Pero... ¿Pueden leer un cuento conmigo?.- Pregunto nuevamente ilusionado.

Álvaro: Claro, nos encantaría leer algún cuento contigo, hermosura.

Max aún más emocionado pega un grito de emoción h corre hacia la cocina, donde se sienta a esperar por su cena.

Por otro lado los 4 "mayores" sonreían embobados por ese chiquillo tierno que les robó el corazón.

Después de cenar subieron a la habitación de Max, donde los chicos miraron curiosos, asombrados y enternecidos por la vista.

Narra Adam.

Ver los peluches de Max fue algo que me provocó una gran ternura, imaginarlo durmiendo con un chupete mientras abraza a su Mushu y está rodeado de más peluches, hacen que sienta un agradable calorcito en el pecho.

Vi como Laura y Max entraban a lo que supongo yo es el baño de la habitación de Max.

Marcos: No puedo creerlo.- Dijo mientras observaba la habitación.

Alvaro: ¿Qué no puedes creer?.- Pregunto volteando a verlo al igual que yo.

Marcos: No puedo creer que ahora alguien tan especial forme parte de nuestras vidas... no puedo creer que ahora siento que daría mi vida por alguien que no estaba ni hace un año, no puedo creer que un par de ojitos nos robara el corazón ni que un pequeño puchero pueda hacer que nos dobleguemos como si nada... simplemente no puedo creerlo.- Menciono sonriendo.

Álvaro: Sonara ridículo... pero ni siquiera recuerdo como eran nuestras vidas antes de Max, no lo recuerdo y no quiero recordarlo... este pequeño travieso, juguetón y chantajista adolescente adorable es tan necesario ahora en mi vida... que no quiero ni pensarla sin el.

Adam: Los entiendo... también forma una parte muy importante en mi vida... aún recuerdo cuando esa vocecita me habló la primera ver preguntando donde estaba la oficina de el director... la primera vez que me chantajeó y logró que fuera a comer con ellos... parece un recuerdo tan fresco pero a la vez tan lejano... se a convertido en algo esencial en mi vida.- Mencione mientras sonreía como tonto.

Álvaro, Marcos: Nuestra vida.

Adam: En nuestra vida.- Dije riendo junto con ellos.

Los tres volteamos a la misma dirección al escuchar la puerta abrirse, la imagen de Max en una pijama de dos piezas, azul y con estrellas amarillas, fue suficiente para provocarnos un pequeño infarto por tanta ternura que Max desprendía.

Lu: Tirra llamando a todos.- Dijo Lucrecia moviendo su mano frente a nosotros.

Adam: Lo siento.- Dije mientras rascaba mi nuca.

Lu: Esta bien, pero dejen de ver a mi príncipe de esa forma.- Dijo a modo de broma mientras abrazaba a Max, el cual sonreía sin entender bien de qué hablábamos.

Luego de unos segundos más de risa, todos volteamos nuestra vista a Max, el cual estaba bostezando mientras hallaba si ojito... sin duda mas lindo y tierno no puede ser.

Lucrecia con una sonrisa lo llevó hacia su cama, donde el acostó y lo arropó.

Max: Mi cuento Lu.- Sontio mientras abrazaba a Mushu.

Adam: Ahí es donde estamos nosotros.- Dije con una gran sonrisa mientras me acercaba a la orilla de la cama de Max para sentarme, mientras que Álvaro y Marcos hicieron lo mismo pero de el lado contrario, dejando a Max rodeado por nosotros.

Alvaro: Muy bien, ¿qué cuento quieres Max?

Max: Hercules.- Menciono el feliz.

Mis amigos y yo volteamos a ver a Lucrecia, la cual ya se acercaba con un libro con dicho cuento.

Lu: Es su favorito.

Adam: Muy bien... comenzamos.

Yo comenze la lectura de el cuento, de ahí le pase el libro a Marcos y el a Álvaro, rodando el libro los tres le leímos su cuento a Max, el cual al terminar ya estaba profundamente dormido.

Salimos en silencio de la habitación de este y Lucrecia nos informó que dormiriamos en una habitación con una cama muy espaciosa, a petición de nosotros.

¿SOY UN NIÑO BUENO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora