Capítulo 14

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 Jeongukie... yo... —se le quebró la voz.
   
Jungkook no necesitó oír nada más. Por su tono de voz y por su forma de bajar la mirada, supo que no iba aceptar.
   
—¡Mierda! —se levantó.
   
No tenía sentido estar desnudo frente a él si no iba a decirle que sí.
   
—Eres maravilloso —continuó diciéndole Jimin —. Estoy completamente loco por ti.
   
—¿Entonces por qué no me dices que sí? —preguntó Jungkook, agarrándolo por los hombros.
   
—Bueno —Jimin se puso de puntillas para darle un beso en los labios—. A lo mejor lo has olvidado, pero hay una palabra de cuatro letras que he echado de menos en tu proposición.
   
Jungkook lo miró con el ceño fruncido.

—De acuerdo, en ese caso, te amo, Te amo con locura. Eres mi único sueño de felicidad. Cásate conmigo, Jimin. Dime que sí.
   
Jimin posó entonces la mano sobre su pecho.
   
—Sé que tienes corazón, Jeongukie. Lo siento latir con firmeza dentro de ti.
   
—¿Qué demonios significa eso?
   
—Significa que por fin sé lo que quiero.
   
—¿Y qué es exactamente lo que quieres, Jimin?
   
—Lo quiero todo, no voy a conformarme con menos. Quiero todo lo que tienes, no solo tu protección, tu fidelidad, tu brillante cerebro y tu sentido del humor. Quiero también tu corazón. Y sé que todavía no lo tengo.
   
—Mi corazón —Jungkook miró con recelo hacia el balcón de hierro forjado.
   
—Sí, tu corazón —respondió Jimin con entusiasmo—, exactamente.
   
—¿Y qué me dices del tuyo?
   
—Yo te entrego mi corazón y tú me entregas el tuyo. Así es como funcionan estas cosas.
   
Jungkook curvó los labios en algo parecido a una sonrisa.
   
—Te estás poniendo muy sentimental. Lo que estás diciendo son solo palabras.
   
—No, no son solo palabras. Y hasta que no lo comprendas, no voy a casarme contigo.
   
—Jimin, piensa en ello, ya te lo he ofrecido todo.
   
—No, no me has ofrecido todo, pero lo harás —respondió confiado.
   
Solo la ligera tensión que se percibía alrededor de su boca insinuaba sus dudas.
   
Jungkook decidió verlo de forma optimista. Al fin y al cabo, todavía no le había dicho que no. Además, estaba precioso bajo la luz de la mañana. Incapaz de resistirse, le acarició el cabello. Jimin  no protestó. De hecho, se le quedó mirando con los ojos resplandecientes e incluso dejó escapar un ligero suspiro cuando Jungkook deslizó el dedo a lo largo de su cuello.
   
—Me deseas —le recordó Jungkook, como si temiera que pudiera decirle que lo que había pasado la noche anterior había sido un error—. Me deseas y yo te deseo.
   
—Por supuesto que sí —contestó Jimin sin vacilar.
   
—Quiero casarme contigo y no voy a renunciar.
   
—Por supuesto que no —su voz era delicada, casi tierna—. Eso es lo que más me gusta de ti. No quiero que renuncies.
   
Jungkook hundió los dedos en su pelo.
   
—Ya que no vas a decirme que sí, lo menos que puedes hacer es besarme.
   
—Me encantaría besarte.
   
No hizo falta nada más. Jungkook bajó los labios hasta su boca mientras Jimin le rodeaba el cuello con los brazos.

Jungkook lo agarró por la cintura y la levantó del suelo. Jimin le rodeó con las piernas, Jungkook lo llevó a la cama y lo depositó sobre las sábanas revueltas. Jimin no protestó, todo lo contrario. Continuó besándole profundamente, con pasión.
   
Todavía no se había comprometido a casarse con él, pensó Jungkook, pero, de momento, lo tenía en su cama.
   
Una hora después, Jimin le tendió su magnífica sortija, le besó por última vez y le pidió que fuera a su habitación para ducharse y vestirse. Apenas acababa de salir Jungkook cuando llamaron a la puerta.
   
Michelle asomó la cabeza.
   
—Buenos días ¿Quiere desayunar en el dormitorio o...?
   
—Ahora bajo. Comeré algo, visitaré los establos y daré un paseo a caballo por la finca.
   
Michelle permaneció donde estaba, mirándolo perpleja.
   
—¿Qué pasa? —preguntó Jimin.

How Marrying With A Prince?[ADAPTACIÓN KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora