Me interesa porque parece alguien que tal vez merezca estar a tu lado.
Bien, Yoongi sentía que algo dentro de sí mismo ardía como el infierno, porque Yoongi nunca, jamás, decía mentiras que tuvieran una importancia real en sus vidas. El problema era que, de hecho, él había hablado con profunda sinceridad, haciendo inexplicable entonces aquel terrible sentimiento de culpa que lo inundó nada más pronunció las palabras. Ah, Yoongi había estado sintiendo culpa los últimos días más que en toda su vida junta, y algo le decía que aquella sensación tan amarga se alargaría.
Recordar la sonrisa de ilusión que había iluminado el rostro de Taehyung ante lo que sus palabras implicaban hacía que su corazón doliera extrañamente y de forma poco acostumbrada, y la angustia de Yoongi no hizo más que aumentar al día siguiente, cuando tras una semana sin ir al Atrium subió de nuevo con Taehyung tras las clases y pudo apreciar con sus propios ojos oscuros lo mucho que había avanzado la relación entre el nuevo camarero y su muchacho, sorprendiéndose de lo cómodos que se veían el uno con el otro aun cuando Taehyung ya le había contado y con lujo de detalles cada pequeña conversación que habían ido tenido a diario.
Al principio Yoongi había creído que el chico sólo estaba siendo amable y Taehyung, como siempre, se estaba dejando llevar demasiado, pero ver la forma en la que Jungkook lo miraba y le sonreía mientras hablaban lo hizo, lo obligó a aceptar que tal vez él, así como Taehyung, sentía una atracción sincera, lo que no sabía si le alegraba o le disgustaba, indecisión que, a su vez, lo hacía sentirse un completo y total imbécil.
Luego, como si no fuera ya suficiente el caos que había en la cabeza de Yoongi, ese brillo... ese bendito brillo en el pecho de Jungkook por momentos era tan intenso que Yoongi podía verlo incluso a través de la multitud que abarrotaba la cafetería, frustrándolo y agobiándolo más, confundiéndolo, porque no importaba qué tanto miraba a Taehyung, el atog del chico seguía estático, opaco, apagado, como había estado siempre y como siempre debía estar.
Yoongi había perdido la cuenta ya de cuántas veces se había preguntado para sus adentros quién diablos sería el Ángel del Amor de Jungkook, y si se estaba volviendo igual de loco que él mismo ante la singularidad del atog del pelinegro. Tal vez ya habría incluso consultado a sus superiores, así como había hecho él con Namjoon, pero lo que más lo atormentaba no saber, era si aquel Ángel del Amor sabría ya quién era la otra persona cuyo atog brillaba junto al de Jungkook, pues por más que buscaba, Yoongi simplemente no la encontraba, como si rehuyera de sus ojos, empeñándose en arrebatarle su tranquilidad, así como el hilo, el jodido hilo de luz blanca y tenue que unía a los dos muchachos, como burlándose de Yoongi, haciendo más y más grande el enigma que se había presentado en su monótona vida con el nombre de Jeon Jungkook.
-Estás distraído, Yoon... otra vez. ¿Estás seguro de que estás bien?
Yoongi apartó los ojos del cielo, que aquel viernes se encontraba oscuro y enturbiado, como si quisiera representar gráficamente sus pensamientos, ambos invernales.
-Disculpa.
-¿Vamos a la barra? Tengo hambre.
-Ve tú... tráeme un café.
Taehyung bufó, y Yoongi no apartó los ojos de los suyos, intentando mostrar seguridad ante su rostro preocupado, hasta que el pelirrojo se dio por vencido, se levantó y se alejó. Yoongi lo siguió con la mirada, como si no supiera hacia dónde se dirigía, y observó la interacción entre ambos humanos, que se alargó debido a la escasez de estudiantes que ocupaban el Atrium durante una tarde de viernes.
Yoongi había tomado una decisión: no influiría. Se mantendría apartado de ambos, especialmente de Jungkook, y dejaría que las cosas fueran como tuvieran que ser. Porque así era Yoongi, porque no entendía ni lo que sucedía a su alrededor ni lo que le sucedía a él mismo, y era incapaz de actuar sumido en tal incertidumbre, dando tumbos en una noche cuya única estrella sólo parecía oscurecer todo aún más.
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Ángel del Dolor y el Error - KookGi
FanfictionDos humanos y un ángel. Una persona destinada, un alma ambulante y un ángel errante. Los ángeles no rompen las reglas, los ángeles no cometen pecados. Los ángeles no se equivocan, pero Yoongi nunca ha acertado. Yoongi, en contra de todas las reglas...