Postludio: Jungkook

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Era simple. La vida. Jamás pensó que la más absoluta y mundana normalidad, la estabilidad, iba a ser aquello que traería sentido a su vida. Siempre se pensó a sí mismo como alguien extravagante, que necesitaba constantes cambios y emociones intensas para sentirse vivo, una constante montaña rusa. No podía estar más equivocado. Porque, de hecho, Jungkook era absurdamente simple. Su vida nunca había sido tan monótona, y, así mismo, él nunca había sido tan feliz.

Y era realmente curioso, aquello. Porque lo importante no era esa nueva y brillante felicidad, sino lo que ser feliz hacía con su vida, con su mundo, con su ser. Lo que transformaba, lo que mejoraba. Su padre aún no terminaba de creer que el jodido muchacho que tenía por hijo lo llamara casi cada día. Después de meses, cada vez que Jungkook lo llamaba, el pobre hombre seguía preguntándose si había aparecido en un universo paralelo.

-Hola, pa -era lo que siempre decía Jungkook cuando abría la línea, y luego continuaba hablando sin darle tiempo a responder a su saludo, el mismo que llevaba pronunciando desde que había aprendido a hablar. -Disculpa el ruido, voy en el autobús hacia la cafetería, y estaba pensando... sabes que el lunes de la semana que viene es festivo, ¿no? Yo no tengo que trabajar, ni siquiera el sábado. Tu tampoco tienes que ir a la empresa... ¿verdad?

-Correcto, este será un largo y buen fin de semana.

-Uh hum... Y, por casualidad, a ti no... ya sabes... ¿no te gustaría venir? Y antes de que digas que puedo ir yo, ¡yo fui las últimas dos veces! Además... yo... bueno... tal vez me gustaría que... ya sabes. ¿Quieres conocer a Yoongi?

Curioso, muy curioso... -pensó el hombre, conteniendo la risa ante el ligero nerviosismo en la voz de su hijo. Amaba escucharlo tan alegre, tan él. Tan parecido a ese chiquillo que la muerte de su esposa se había llevado.

-Yoongi... -murmuró, haciendose el tonto, como si Jungkook no llevara mencionando al muchacho como seis meses consecutivos. -¿Tu novio... pero que no es tu novio... porque él jamás te lo pidió, y tú tampoco?

-Sí es mi novio... o algo así. ¡Eso no es lo importante! Quiero que vengas...

-¿Y sabe tu novio o algo así que quieres presentarnos?

-El plan es fingir sorpresa cuando me llames para que vayamos a buscarte a la estación de trenes.

-¿No crees que quiera conocerme?

-No es eso... pero Yoongi es... especial. Si le digo que vas a venir casi que exclusivamente para conocerlo, aunque él también quiera conocerte, van a lloverle del cielo, literalmente hablando, ochocientas excusas por las que tendrá que desaparecer todo el jodido fin de semana.

-Lo estarás obligando, entonces.

-Claro que no... cuando me llames para que vaya a buscarte, le ofreceré venir conmigo... No tendrá tiempo a inventarse excusas, pero podrá decir que sí o que no.

-Eso es una vil y cruel manipulación emocional, Jeon Jungkook. Respeta al muchacho.

-¡Papá! Se supone que estás de mi lado...

-Y lo estoy, hijo, pero, si estás seguro de que quiere conocerme, ¿por qué habría de excusarse para no hacerlo?

-Ya te lo dije, papá... Yoon es... complicado. Jamás ha tenido una relación... o algo así antes, ni ha tenido que conocer a los padres de nadie. Si le aviso con tiempo de que vendrás, se pondrá nervioso, y Yoongi realmente odia estar nervioso, y odiar estar nervioso mientras está nervioso sólo hace que esté más nervioso aún, con lo que terminará sentándose en un rincón de su casa con el ceño fruncido y las mejillas rojas, y no dirá ni una palabra en horas. Luego estará avergonzado, y, ya cuando esté tranquilo, tendrá que pasar como por cuatro horas de autoreflexión para entender por qué se siente como se siente y no de otra manera... Atravesará tres crisis existenciales diferentes que sólo lo guiarán a una respuesta que se negará a aceptar por días: no tiene ni idea de cómo funcionan las emociones, y, papá, te juro que no tienes ni idea de lo irónico que es eso.

Ángel del Dolor y el Error - KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora