Capítulo 10

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Ahí abajo, en la Tierra, había algo que Yoongi no sabía cómo llamar, si cultura popular, mito o un intento estúpido de justificar las acciones humanas, pero el cine y la literatura habían propagado la idea de una representación doble del yo, un pequeño ángel y un pequeño demonio, ambos susurrando continuamente a los oídos del yo real, aconsejando desde la bondad y desde la malicia, desde la verdad y desde la mentira, desde lo correcto y lo erróneo, desde el deber y el egoísmo.

La primera vez que vio aquello, dos personas en miniatura aparecer repentinamente sobre los hombros de un personaje en una película, él realmente se había reído. De hecho, cualquier representación mundana de los ángeles solía hacerlo reír, aunque a veces no diferían demasiado de la realidad, todo ello gracias a los Mensajeros que por cualquier motivo se habían aparecido ante los humanos a lo largo de la historia. 

El caso era que en ese momento, mientras subía lentamente las escaleras del edificio en el que vivía, él realmente podía ver un angelito, con alas blancas y aureola, balanceando los pies sobre su hombro derecho, y un pequeño diablo, por supuesto vestido de rojo, con cuernos y larga cola, apoyado con desinterés en el izquierdo. 

-Todo va a estar bien, has hecho lo que sentías correcto -le decía el angelito, intentando controlar la inusual ansiedad que carcomía a Yoongi desde que había salido de la habitación de Taehyung, después de haber tenido una conversación tan extensa como exhaustiva, y de que el chico se quedara finalmente dormido, presa del agotamiento tanto físico como mental. 

-Acabas de reducir a cenizas la última oportunidad que tenías de no irte a la mierda -le decía el demonio, y lo peor de todo era que, aunque no se arrepentía, Yoongi sentía que aquellas palabras no podían ser más ciertas. -Deberías rezar porque el Guardián del niño no te haya visto romper la regla más grande del Cielo.

-Si hacemos las cosas correctamente, encontraremos la solución a todas las adversidades que se nos presenten -replicó con determinación el angelito, cruzandose de brazos en señal de seguridad. 

-¿Adversidades? Lo de este ángel ya no puede llamarse adversidad, esto ya es directamente catástrofe, una situación insostenible -se burló el demonio, y Yoongi rodó los ojos, preguntándose para sus adentros qué tan mal de la cabeza tenía que estar para que aquello estuviera sucediendo. No tenía jaqueca simplemente porque su cuerpo no podía padecer dolencias humanas, pero él casi podía sentir el martilleo en su cráneo. Las representaciones en diminuto de sí mismo, sin embargo, eran ajenas a su agonía interna. 

-Yoongi está pasando por una etapa compleja, hay muchas cosas que no entiende del mundo y de sí mismo, es normal que haya necesitado a alguien en quien apoyarse con honestidad. 

-Hablando de cosas que no entiende, ¿cuánto más vamos a posponer el hablar del otro muchacho? Porque lo tiene todo el día en el cabeza, pero ojo, ¡ni una palabra al respecto! ¿Qué decías de la honestidad? 

El pequeño ángel guardó silencio y agachó la cabeza, apenado, y el hecho de que ni su propio angelito fuera capaz de defenderlo de aquella realidad hizo que Yoongi sintiera con aún más certeza que estaba, simple y llanamente, hundido. 

-Hundido es irse al extremo, Yoongi... -intentó nuevamente animarlo el ángel, dándole palmaditas en el hombro en señal de apoyo. -Estás confundido, sólo es eso. Necesitas pensar las cosas con claridad

-Pero si lo único que hace es pensar, pensar, pensar. ¡Sentir! ¡Sentir es lo que tiene que hacer de una vez por todas! 

-¡Pero no puede olvidar quién es! No hay error lo suficientemente grande que lo haga dejar de ser un ángel. 

Ángel del Dolor y el Error - KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora