Un Jazz clásico adornaba la noche acompañando de un tenue azul que pintaba las pieles de aquellos chicos. El suave ronroneo de Taehyung se convertía en un calmante especial para las temblorosas piernas de ___, ya que aunque su corazón palpitaba fuertemente empezaba a sentírse segura en los brazos de él.
Taehyung había sido criado y tratado como un niño, aún después de cumplir los 12 años, su abuelo siempre se encargó de consentirlo de una manera exagerada; Por el simple hecho de que quería reprimir por completo algún instinto salvaje o peligroso que pudiese surgir, o en lo que el pequeño Seolí podría llegar a convertirse. Por eso su forma de actuar, hablar y pensar...pero en este instante, él mismo se desconocía, actuaba conforme a sus impulsos e "instintos", sin dejar de lado lo que su abuelito alguna vez con suma delicadeza, decencia y detalle le había explicado, y estaba seguro de este era ~ese momento~ y no podría estar más ansioso por eso. Salvo por la forma en la que sus encías palpitaban al ver el cuello y pecho desnudo de ___, deseando con desespero clavar sus dientes hasta lo más profundo de su suave piel.
Gimió en sus labios ante ese pensamiento y en respuesta sólo sintió como ella lo rodeaba por el cuello con sus delicados brazos para acércalo más a ella.Las piernas de ___ estaba cerradas, y él tenía sus rodillas a los lados de la cadera de ella, y aunque el tiempo en los labios del otro era un segundo para ellos, en realidad llevaban un buen tiempo ahí, tanto así que las cederás de Taehyung se empezaron a mover encima de ella inconsciente, lo hacía respondiendo a la necesidad de no dejar de sentirla, haciendo una fuerte y marcada fricción entre sus intimidades logran que algunos gemidos involuntario salieran de la chica.
Ahora ella también quería más.
Taehyung había empezado a llorar al escucharla, era tanto el desespero que sus ojos se llenaron de lagrimas y a la vez emitiendo leves sonidos de quejidos por el deseo. Ella se separó al escucharlo e hizo que la mirara tomándolo de su rostro acariciandolo.
-Tranquilo, mi bebe.-le susurró mientras aún acariciaba su rostro.
Era gracioso, gracias a sus ronroneos había logrado calmar los nervios de ___ pero ahora era él quien necesitaba calma.
Ella siguió acariciando bajando por sus hombros, brazos, espalda hasta llegar en el broche de jean. Lo soltó, y estiró un poco su brazo para ayudar a bajarlo sin quitar su mirada de la de él.Taehyung tomó aire y se incorporó para quitarse el jean, y una vez lo hizo, se volvió a sentar con cuidado encima de ella detallando desde arriba cada parte del cuerpo de la chica, sintiendo como su garganta se secaba y su entrepierna dolía mucho más. Mordió sus labios y notó como ella trataba de cubrirse un poco con sus delgados brazos al ver la forma en la que él la miraba.
-No...-le pidió él deteniendo sus brazos con su mano. Ella solo trago grueso mirandolo. Si, estaba más tranquila, pero no dejaba de sentir cierta ansiedad y vergüenza, nunca antes nadie la había mirado así, como si literalmente quisiera comérsela.
Al alejar las manos de ella el empezó a tocar su cuerpo, empezando con sus brazos, caderas, cintura y deteniéndose antes de llegar a sus pechos, se saboreó y realmente sentía que si los tocaba la lastimaba, eran precioso, para él, se veían sumamente delicados. Aunque ya antes como gatito los había sentido cuando dormía en ellos, y le encantaban por su suavidad, golpeaba diferente el tenerlos frente a sus ojos.
Bajo de nuevo y sin aviso lamió uno de ellos haciéndola suspirar por la repentina acción. ___ cerró sus ojos con fuerza mientras ahogaba algunos gemidos que golpeaban en su garganta por la sensación de humedad y suavidad de la lengua de Taehyung.
Él se sentía comiendo el dulce más puro y ella sentía que iba a morir.Continuó la acción, chupando también, y acariciando con suma delicadeza el otro libre, le encantaba, estaba pensando que después de sus ojos y labios, sus pechos eran la parte favorita de ella.
Bajo su cadera un poco fuerte buscando sentirla, y se movió encima de ella, algo que la hizo gemir más que todo porque le había dolido.
Él soltó algunos gruñidos ya que no encontraba cómo sasear su deseo, y como, si aún tenían su ropa interior puesta, él se dio cuenta de eso y se volvió a incorporar para quitarla, pero notó que ella aún tenía sus piernas cerradas, y ahora nuevamente su expresión de miedo en su lindo y delicado rostro.
Él frunció su ceño en preocupación y pensó en que hacer para ella se sintiera bien.