☾ Estaba parada enfrente de la puerta de su habitación. Tenía la respiración al mil, y mucho mucho calor, sudaba con todo su ser. Aún escuchaba los sollozos, aún estaba temblando de miedo...pero, Azul estaba ahí y no lo escuchaba, y de alguna forma eso era aún más terrible. Tomó una fuerte bocanada de aire y abrió la puerta de golpe. Los sollozos se detuvieron y ella solo miraba con ojos muy abiertos por toda la habitación. A pesar de que tenía los nervios de punta, no sentía nada malo en el ambiente. Trago grueso y empezó a moverse lentamente sin apoyar su pie, buscando al gatito. Se detuvo al ver su colita blanca moverse, sobresaliendo un poco del armario. Supuso que el sonido de lo ganchos fue producido por Azul al entrar al armario, y eso la calmo un poco.
Se apoyó en la pared y se acercó para coger al minino y salir corriendo a la otra habitación.
Pero cuando abrió su armario, sintió que hasta ese día vivirá.
Una figura humana, acurrucada mirándola con ojos brillantes y muy abiertos.
Su vista se nublo y sintió tambalear, nisiquiera pudo gritar, solo quedó sin nada de aire. Alcanzó a ver cómo aquella figura se movió rápido tratando de salir para ir hacia ella, eso la hizo reaccionar y ahí si gritar con fuerza para después tratar de correr pero lo que hizo fue caer sentada sobre la alfombra. No podía hacer nada, absolutamente nada. Al máximo desespero se tapó el rostro con sus manos haciéndose bolita en el suelo para empezar a llorar con fuerza.
Permaneció así unos segundos hasta que se percató de que no pasaba nada, ni escuchaba nada. Pero si sentía a alguien cerca de ella. Abrió un poco sus manos para mirar a través de ellas y lo que vio la hizo quitarlas por completo.
Un chico, sentado como un perrito, la miraba con ojos rasgados y preocupados, rojos por el rastro de llanto que se alcanzaba a notar. Jugaba con algo entre sus manos, parecía un pequeño collar. Tenía una vestimenta blanca, el cabello revuelto y algo peludito que tenía enrollado entre su cadera.
Se alejó arrastrándose hacia atrás hasta chocar con la pared, mientras este solo la seguía con la mirada sin quitar aquella expresión de tristeza. Eso no era un fantasma, era alguien real, era una persona. Ella al ver que él no se movía, calmo un poco su respiración mientras tragaba grueso asimilando la situación. Si quisiera hacerle algo, ya lo hubiera hecho, además este chico estaba casi en lo huesos, si intentaba moverse lo haría caer con una sola mano. Pero, como entro... ¿dejo la puerta abierta algún día? ¿Hace cuando estaba aquí?¿Donde estaba Azul?
-Q-que...quien...¿Donde está Azul?..- pudo decir al fin, tenía muchas preguntas, pero ella había visto la colita de su gatito allá dentro del armario, de donde está persona salió, si o si estaba con él.
Él ladeó su cabecita haciendo caer su cabello hacia un lado, dejando ver algo blanquito entre sus ondas.
-Yo...-Respondió sin mover su cabeza.
Respiro profundo al escuchar su voz, definitivamente era alguien real. Con una voz muy muy suave. Se percató que lo que tenía entre sus manos era el collar con el cascabel de su gatito. Sintió su pecho doler.
-Quien..¿quien eres? C-como entraste?- tartamudeaba entrando en pánico otra vez por la mirada del chico, que era fija a sus ojos.
-Azul...
Dijo y empezó a gatear hacia ella.
-No!- soltó de una estirando su mano para que no se acercara. Acción que hizo que él se sobre saltara y se quedara en su lugar mirándola confundido.- No te acerques...solo dime quien eres, como entraste, ¿que quieres? ¡Donde está mi gato!- alzo un poco la voz al final por el estrés que estaba empezando a sentir. -llamaré a la policía si no hablas.- le dijo seria mientras se arrastraba lentamente hacia la puerta sin quitarle la mirada.
El chico hizo un puchero y empezó a llorar, tapando su rostro con sus manitos que apenas salían de sus mangas.
La expresión de ____ era de total confusión. Sintió su garganta secarse al no saber que hacer. Por su corta experiencia trabajando en la clínica dedujo que este chico podría tener problemas mentales, y si lo hacía llegar a una emoción muy fuerte podría a ser agresivo. Cosa que la asusto mucho pero la hizo tomar valor para hablarle.
-N-no llores...-trató de hablarle con la máxima calma posible. Él la miro, bajando un poco su manitos dejando ver sus ojos.- todo va a estar bien... s-solo dime como te llamas y...-
-Azul...- dijo casi como un pequeño niño soltando unos hipidos por el llanto.
Ella frunció el ceño sin entender nada, al mismo tiempo sintió ganas de llorar por las cosas horribles que se estaba imaginando, pero debía mantener la calma si quería seguir viva.
-y..y ¿que es lo que quieres?-
Él sorbió su nariz limpiándola con su manito y la bajo para de nuevo sentarse como un perrito.
-mami dijo que necesita amigos...yo quería ser amigo- dijo sollozando un poco aún.
¿Se refería a ella? Recuerda muy bien que antes de salir de la habitación dijo eso en broma, ósea que él estaba ahí escuchándolo todo... ¿cuantos años tenia este chico? Pero sea lo que sea, su actitud estaba dándole algo de pesar, podría ver inocencia en sus ojos, que aún no dejaban de derramar lagrimas mirándola.
-¿Mami?- pregunto ella.
Él solo asintió.
_____ no sabía que más decir o hacer, solo quería salir corriendo. A pesar de que estaba aguantando las ganas de llorar, una lagrima empezó a rodar por sus mejillas, algo que el chico notó e hizo que una especie de orejitas blancas se asomaran en su cabeza. Ella las miro muy confundía y después lo miro a él que de nuevo estaba apunto de llorar.
-q-que es eso...- murmuro haciendo que el chico rompiera de nuevo en llanto haciéndola sobre saltar.
- 날 기억해줘 -
¿Ah?
-mami recuerdate pur favor- dijo en modo de suplica entre el llanto.
¿RecuerdaTe?
Seguido a eso él hizo un movimiento rápido, para acercarse a ella, tal vez en desespero. Su vestimenta blanca se volvió pelaje esponjoso, estirando lo que tenía entre su cadera dejando ver que era una cola, su contextura se hizo más pequeña y cada vez más pequeña hasta encogerse, y ser un pequeño gatito que corrió hacia ella saltando en su regazo.
Que acabada de ver.
Era un gato.
Era Azul.
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