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-____, ... 3.0- suelta un largo suspiro agachando la cabeza después de escuchar eso. Toma todas sus cosas, agradece a su maestro y sale de su instituto.
Camina hacia el solo estacionamiento mientras su vista se nubla ante las lagrimas de total impotencia que empiezan a llegar. Realmente se esmero, estudio día y noche, hasta hizo video llamada con su mejor amiga para escuchar sugerencias...pero, al parecer el problema era que simplemente no nació para eso. O eso era lo que ella pensaba en ese momento, en el que pequeñas gotas de lluvia caían sobre su cuerpo. La lluvia es linda, pero no cuando pierdes un examen de lo que más te gusta a hacer en la vida; cantar.Subió en su bicicleta, rosa, como su vestimenta y empezó su camino hacia casa. Las lagrimas se confundían con el agua más sin embargo no tenía ninguna expresión en su rostro. Estaba sola, en un país al cual vino solo a tratar de cumplir sus sueños, pero, nada estaba yendo como lo planeo un año atrás en brazos de su madre.
Era extraño, a pesar de la suave llovizna que caía había una linda y tenue luz que iluminaba la calle, era azul.
Alzó su vista y se dio cuenta de que la Luna estaba en su máximo esplendor, sin ninguna nube a su alrededor solo ella, brillando para el mundo. Sonrío ante la sensación que esta le trasmitió <<esperanza>> mientras seguía pedaleando... hacía frío, y estaba triste, pero en ese momento todo era paz en su interior.Volvió la vista hacia el frente y fue como un reflejo rápido, en el una pequeña bolita de pelos se atravesó en su camino haciéndola gritar del susto, movió el manubrio de la bicicleta tratando de esquivar aquella bolita, y aunque lo logró, la llanta entró en un hueco haciéndola caer fuertemente al áspero suelo de la calle, raspando sus rodillas y un poco sus manos.
-Agh..-se quejo ante el dolor. Pero no le tomo importancia ya que tenía miedo de que algo le hubiese pasado a lo que sea que se le atravesó. Se movió un poco, y buscó con la mirada, pero no vio nada, ni nadie, de hecho, la calle no podía estar más sola esa noche.
Con dificultad trato de levantarse pero un agudo dolor en su pie la hizo chillar. Aún en el suelo volteó a verlo y aparentemente se veía bien, lo sobo un poco y volvió a dolerle..<un esguince> pensó.
-Miau-escucho de repente, se giró ante el sonido y vio a un pequeño y delgado gato blanco a su lado mirándola, tenia su patita ligeramente alzada y su pelaje aunque tenía manchitas de suciedad, la luz azul de la Luna se reflejaba en este haciendo que brillara cual perla.
Ella parpadeó y dedujo que esa fue la pequeña bola de pelos que la hizo caer. Bueno, en realidad fue culpa de ella por estar mirando a otro lugar.
-Oh, ahí estás...- le dijo y este solo movió sus orejitas ante el sonido.
Ella lo reparó con la mirada buscado señales de alguna herida pero estaba completamente bien, salvo por su patita que aún estaba levantada.
-Te lastimaste?..-pregunto ella estirando su brazo para cogerlo, pero este inmediatamente se alejó corriendo, aunque cojeaba por aquella patita.
Se sintió muy culpable, aún estaba lloviendo un poco y hacía frío. Y por su culpa había dos individuos lastimados, y bueno, la bicicleta y sus luces también.
Como pudo se puso en pie doliéndole todo, busco a el gatito con la mirada y lo vio debajo de una silla del paradero del bus, solo se veían sus patitas asomadas. No podía dejarlo así, no tenía corazón para eso, y si se iba no dormiría por el resto de su vida sabiendo que lastimó a un pobre gatito por no estar atenta. Ella camino, más bien, salto para no apoyar su pie y se agachó como pudo al frente de la silla.-Ven aquí, gatito...-dijo suave mientras estiraba su brazo, movía sus dedos y hacia sonidos con sus labios para tratar de llamar su atención y que fuera hacia ella. Pero no lo hizo.
Después de varios minutos intentando, solo suspiraba con impaciencia ya que no quería salir, antes escondió del todo sus patitas. Agacho su cabeza rendida y empezó a hacer maromas para levantarse sin lastimarse más.
Al estar de pie otra vez escucho un suave maullido, así que bajo la mirada y lo vio cerca de sus pies mirándola atento. Ella sonrió y despacio se incorporó y lo acaricio. Este se sobre salto un poco pero después de oler su mano se empezó a sobar en ella. Así que aprovecho y tomo su cuerpito para alzarlo, este movió su cabeza a ambos lados confundido pero no se resistió.
-Te tengo...tranquilo gatito, te ayudaré y si quieres, mañana serás de nuevo un gato libre- rio ante su propio comentario y empezó a caminar cojeando de nuevo hasta su bicicleta.
Desabrocho su corta chaqueta de jean y metió ahí al gatito cerrándola de nuevo para que no se fuera a caer, mientras, el solo miraba cada movimiento que ella hacía. Levantó su bicicleta y empezó a caminar apoyándose en ella, hasta su casa, que gracias al cielo, no estaba muy lejos.
Mientras caminaba con su respiración agitada, por el dolor que sentía en su pie y el ardor en sus rodillas y manos, miró al mínimo quien había recostado su cabecita en su pecho y la miraba con ojos azules, atentos a su rostro. Ella sonrió enternecida ante aquellos ojitos y acarició su cabecita haciendo que esté los cerrara ante el toque.
De verdad que era lo más adorable que había visto en su vida.* • ⋆ ☾ ⋆ * •