La Excéntrica Relación de un Chico Frío © [Completa✔️]

Capítulo Final

Finalmente el día había llegado, por fin había llegado el momento de graduarme e irme de la preparatoria y, realmente, no sé cómo me siento.

Fue un viernes, el último día de la semana, el último día en el que iría a la preparatoria FordHumblet. Me desperté temprano, casi a las seis de la mañana y me quedé pensando acostado en mi cama. Recordaba todo lo que viví, todo lo que pasé, vi e hice desde mi primer año hasta el último; siento que debería sentirme aliviado porque dejaré una gran etapa de mi vida atrás y daré un paso e inicio en algo más, pero, por otro lado, me siento un poco triste, pero no entiendo por qué.

Esa semana no hicimos nada realmente, ya nos íbamos, así que de nada servía repasar o ver más clases. Es absurdo. También estuve unos últimos momentos con los estudiantes que logré establecer una pequeña relación o un lazo. William, Keyla, Kevin, chicos que pensé que nunca llegaría a intercambiar miradas e incluso palabras, para Charlotte fueron días tristes porque ya íbamos a salir de ahí y no nos veríamos más, bueno, la gran mayoría, Charlotte tiene contacto con Keyla fuera de clases.

Me mantuve recto en estos últimos días, no dejé libre un sentimiento ni nada igual, no expresé tristeza o felicidad por saber que me iría de una vez de la escuela y ya estaría de camino a una universidad. El jueves, específicamente ayer, fui a despedirme de la doctora Rosales, ella era la única que se tenía ganada unas últimas palabras y minutos, fue una gran amiga, de Scott y de mí, estuvo aquí desde que entré, siempre me echaba un ojo cuando yo menos lo esperaba, siempre he dicho que parece una ninja. Fernanda Rosales fue mi primera amiga en la preparatoria antes de Charlotte, y eso se lo manifesté ayer en su consultorio. Nos dimos un abrazo al final, fue extraño porque ella y yo nos acostumbramos a sólo hablar, jodernos la paciencia y otras cosas más, pero nunca tener un contacto físico y significativo como un abrazo, pero el momento se dio y fue algo realmente bonito.

Creo que el que más voy a extrañar es a William, el chico sabía que nos íbamos e igual seguía bromeando. Siento que con él tuve ese impulso de querer cuidarlo, tuve la idea de ser un amigo para él, uno mayor que lo enseñara a cuidarse, aunque igual se graduará el próximo año escolar y va a pasar limpio y tranquilo, nadie nunca lo molestó o se le acercó, para mí quedó como un misterio. Además, me llamaba la atención mucho su estado y su síndrome.

En todo el tiempo que compartimos, nunca vi a William perder el control con sus tics, tampoco lo vi yendo a consultar a Rosales; llegué a investigar un poco más sobre el Síndrome de Tourette, sin embargo, nunca le confesé a William que estaba enterado de su situación, nunca le toqué el tema, además de que no sabía cómo lo tomaría o reaccionaría, lo guardé como un secreto, ni siquiera se lo conté a Charlotte.

Mi padre entró a mi habitación creyendo que aún seguía dormido, pero no lo estaba. Se acercó feliz a mí y dijo “Hoy es el día”. Y claro que lo es. Él mismo me pidió levantarme y alistarme, cuando iba a meterme al baño a ducharme, inesperadamente, mamá me interceptó y me dio varios besos en la mejilla, ella también estaba feliz, ella actúa así cuando es mi cumpleaños. Estuve en la ducha como por quince minutos, estaba atascado entre pensamientos y gotas de agua cayendo sobre mí, mamá incluso me dijo que tenía que salir de una vez o si no me vestiría tarde y llegaríamos tarde también, pero apenas eran las ocho con catorce de la mañana y la hora a llegar era a las diez. El evento y la ceremonia será en la escuela, en la Sala de Eventos, una sala grande en la escuela de la cual solamente se usa para, claramente, eventos, reuniones y bailes. Estuve por unos largos minutos también mirándome en el espejo, recordando mi primer día en la escuela y mi apariencia para esos entonces comparada con la de ahora. Esa cara ha recibido sus golpes, le han salido ojeras, mi cabello ha tenido muchos cortes, cambios y estilos, mis ojos no han cambiado nada, estos ojos han visto mucho, pero la mirada, las expresiones que la acompañan y las sensaciones que proyecta en cada persona que los mira directamente siguen siendo las mismas.