Estaba en la biblioteca de la escuela, era la hora de receso y me separé de Bascilini, parece que no le importó ya que ahora tiene amigas. Hoy fue el examen de física, Charlotte se vio preparada y confiada de pasarlo, no mostró temor o nervios. Y lo pasó.
Su nota final fue 92, era una de las notas altas, básicamente, en segundo lugar, después de mí, que saqué un 98, todos estaban por debajo de 90, pero me sorprendió y me enorgulleció ver la nota y la emoción de niña de trece años de Bascilini, incluso me restregaba el examen en el rostro mientras yo le decía "fue pura suerte".
Estaba buscando un libro para despejar un poco mi mente, tenía mi teléfono y audífonos en mano, revisando las grandes y largas estanterías de libros buscando algo interesante y que me llamara la atención. Sí hubo algo que me llamó la atención, pero no fue un libro. En una biblioteca se supone que debe haber silencio, pero escuchaba unas voces susurrantes cerca, supuse que estaban del otro lado de la estantería que yo revisaba. Guardé mi teléfono con los audífonos y indagué un poco, aunque no debía, y caminé a la izquierda lentamente, las voces se hacían fuertes a cada paso.
—¿Me trajiste lo que te pedí…?
—Te dejé claro que ya no haría más tratos contigo, siempre que te atrapan mencionas mi nombre y me perjudicas. Te dije que no te traería más nada.
Reconocí esa voz a la defensiva, fue un claro acento mexicano discutiendo un poco por lo bajo con alguien, pero no parecían estar solamente dos, presiento que hay más, tengo una corazonada. Carlos estaba hablando más que sospechosamente con alguien.
Dí tres pasos más a la izquierda y me dí vuelta contra la estantería para escuchar mejor.
—Escucha, Carrillo, tú traes todo a cambio de algo, ¿verdad? Pues te daré lo que…
—No quiero ninguna estupidez de ti. Déjame en paz y no me jodas la paciencia.
—Tendré que darte una lección para que lo hagas...
—Me das asco, se supone que "defiendes" a nuestro salón y no te metes con nadie de él. ¿Vas a golpearme?
—Oh, ya verás que sí, ya no eres uno de nosotros desde hace tiempo...
Mi instinto defensivo se activó, mi mente me decía que entrara en acción y que hiciera algo aunque no fuese mi problema, era el Cartero quien peligraba, sería común que le reclamaran con varias razones, pero esta vez iba a ser abusado, y creo que sé por quién. Tengo esa mala costumbre de meterme en problemas ajenos solamente para convencerme y hacerme pensar que estoy haciendo algo bien.
(Sí... ¡Te metes en problemas en los que no deberías involucrarte!)
Caminé al final de la estantería y le dí la vuelta, entrando al otro lado, donde se daba la escena. Lo sabía, Carlos estaba a punto de ser golpeado, no por uno, sino por tres chicos, uno de ellos era Yoel Sparks, es el bravucón número uno de 3-B, el peor salón del lugar por sus estudiantes barones de mala conducta, es quien estaba de cuarto lugar después de mí en la lista que le arrebaté a Keyla. Yoel era de mi mismo tamaño, era moreno de cabello castaño, un poco musculoso pero eso no intimidaba, tenía sus debilidades claras, no jugaba en el equipo de baloncesto, se centraba en lo suyo: molestar. Sus ojos eran oscuros y siempre cargaba una sonrisa que decía "tú serás el próximo", el próximo en ser molestado. Es la misma mierda que Alexandra Del Salvador pero versión hombre de pocos huevos y de 3-B.
—Vaya, vaya, miren con qué me encuentro aquí: el rey rata de 3-B —dije llamando la atención, luciendo sereno y duro. Yoel tenía a Carlos tomado del cuello de la camisa contra la estantería. Se dio cuenta de mí y giró su cabeza con una sonrisa divertida pero mala en sus labios.
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La Excéntrica Relación de un Chico Frío © [Completa✔️]
Teen FictionBradley Jones piensa que una vida feliz no depende sola y únicamente de amistad y amor, y de otros factores; no todo es color de rosas o azul como un cielo despejado de nubes. Jones solamente se centra en graduarse en el último año de preparatoria c...