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Gilbert estuvo sonriendo como un bobo todo el día

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Gilbert estuvo sonriendo como un bobo todo el día. No paraba de pensar en la chica del cabello de fuego y todos en el equipo lo notaron.

—Pero todas miraban a Gilbyyyyy —se burló otro pelinegro en la ronda. El  equipo se había reunido en la casa de Moody por la noche y no paraban de hablar del partido.

—Cállate, Roy —Gilbert tomó las palabras de su hermanastro con humor. Sí, hermanastro.

—De todas formas, tú no has dejado de andar en las nubes —le recordó Moody de forma pícara, sabiendo o deduciendo a qué se debía tal acto.

Gilbert negó e intentó dejar de pensar en Anne, pero le era imposible.

Ella ya vivía en su mente. Por alguna razón, esa desconocida era un enigma que le encantaba encontrar y al que quería descifrar a como dé lugar.

—Entonces... ¿ya ha pasado algo?

—Ya para, Roy, no te contaré de mis sueños con ella —durante la noche, Gilbert le había hablado a su hermanastro acerca de Anne, y ahora no paraba de hacer preguntas al respecto.

—Si es tan linda como me la describes, yo que tú no dudaría en besarla, MÍNIMO —le reprochó Roy con indignación— ¿Tan mal te eduqué? Eras todo un ganador.

No, las chicas nunca faltaban con él, y le era fácil porque solo necesitaba de una sonrisa para tenerlas a sus pies. Pero desde que Anne apareció en sus sueños algo hizo que el interés en las demás se perdiera. Porque por alguna razón allí, en esa delgada figura, había una esencia que nadie más poseía.

—No me he animado a más, ¿de acuerdo? Un día casi... pero llegó su madre —Gilbert bufó al recordar aquel momento. ¿Qué hubiese ocurrido si se besaban? De que iba a ser el chico más feliz de un sueño no había duda.

Roy intentó no reír, pero le fue imposible — ¿Su madre? Mierda, Blythe, sí que tienes mala suerte. Encuentras al amor de tu vida en un sueño y ni siquiera un beso puedes darle.

Gilbert solo rodó los ojos y le lanzó con la almohada más cercana, puesto que ambos estaban tirados en su cama hablando de aquello antes de dormir.

—Está bien, te dejo, pero más te vale que cuando despiertes mañana le hayas partido la boca. Y hasta que no le hagas una radiografía de garganta con la lengua, no despiertes —amenazó Roy.
————

—¿De verdad te dijo eso? —Anne rió melodiosamente, agradeciéndole con una sonrisa a Patricio Estrella por el recorrido (quien estaba vestido como cocinero oriental y manejaba una de las calesitas del parque, el mismo en el que estaban un par de sueños atrás. Pero esta vez se trató de una Peppa Pig en traje de baño quien les ofreció los boletos)

—Sí, fue bastante incómodo —admitió Gilbert, dejando que Anne se acomodara primero en el juego al que se subirían próximamente.

—¿Planeas mentirle? —inquirió ella luego, cuando la rueda de la fortuna comenzaba a moverse— Mentir es malo.

Gilbert sonrió acomodándose de forma que su brazo rodeara a Anne por los hombros.

—¿Me ayudarías a no mentir? —alzó una ceja con diversión, pero en sus adentros estaba demasiado nervioso.

Sí, conocía esa clase de actos, actuaba de maneras similares con otras chicas. Pero Anne no era como las demás, porque Gilbert nunca se había sentido tan nervioso y emocionado en cómo actuar con una chica hasta que ella apareció.

Su mirada lo hipnotizaba y su sonrisa encandilaba sus pensamientos.

Anne se mordió el labio y llevó una mano a la mejilla de Gilbert. Ninguno de los dos podía dejar de mirar los labios del otro. Y el momento perfecto para el beso fue cuando la rueda de la fortuna volvía a quedar estática con ellos en lo alto.

Sus labios se rozaron, causando que sus corazones se aceleraran, y entonces...

—Oye, oye, Chico de las cejas expresivas —Gilbert se descolocó y comenzó a parpadear, aún presente en el sueño.

Se lo había imaginado todo.

—Hey, te quedaste trabado en medio del relato —Anne sonrió tiernamente. Estaban en aquel parque, a punto de subir a la rueda de la fortuna, pero Gilbert quedó totalmente trabado recordando lo que Roy le había dicho.

—Yo em... oh... sí, nada. Es decir, ganamos y fin —concluyó nervioso, haciendo asentir a Anne— ¿Y tú?

—La profesora aprobó mi rutina, le gustó bastante y creo que la sorprendí —la pelirroja obvió el hecho de que prácticamente se enfocó en deleitarlo a él durante el acto. Como él obvió la voz que oyó al terminar el partido.

Y no, no se besaron. Gilbert no se animó a tanto.

Y por momentos Anne moría porque eso ocurriera. Anhelaba aunque fuera un roce con los labios del pelinegro.

—Si un chico me atrae, ¿por qué debo esperar a que él me bese? —se preguntó la mañana siguiente, regañándose a sí misma por ser tan lenta— Aguarden... ¿El chico de las cejas expresivas me atrae?

Oh, mierda.

《》

838 palabras okay

Estamos jodidos ya se enamoraron

No me gustó mucho la frase del principio pero bueeeeno peor es nada

Acabo de notar que cuando publico la historia wattpad me cambia a guiones cortos, ahggggg. Perdón, imaginen que son los largos:(

Si llegaste hasta acá, gracias por leer. Espero que te haya gustado🤍

No te olvides de votar en la estrellita para no ser un lector fantasma;)

—Mort🪐

IN MY DREAMS; Shirbert [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora