4

495 35 1
                                    

Tras la mesa italiana, el cast nos fuimos a tomar unas cerves y por primera vez Tamara vino con nosotros. Aunque parecía que tenía ganas de integrarse, se la veía muy cortada. Todos nos conocíamos y hablábamos de cosas que ella no había visto o no había vivido. La verdad que se habló poco del guion y yo lo agradecí, ya que aparecía en todas las putas escenas y quería despejarme un poco.

-Tía, qué guay que ahora formes parte de la familia. Me encantan tus canciones. -Decía Alba. Qué pesados estaban todos con que Tamara fuera cantante. 

-Muchas gracias. Estoy ilusionada con la serie, pensaba que no me cogerían. -Se está haciendo la interesante, en el casting se la veía súper segura, pensaba yo.

El tiempo pasaba entre charlas y risas y como llegó la hora de comer, acabamos pidiendo algo para picar. Tamara estaba bastante tímida pero poco a poco se iba soltando. Yo no hablé con ella, casi todo el tiempo hablé con Celia y con Hajar, que me daban la vida con sus paridas. Vaya personajas las dos.

-Chicos, voy al baño. Si llega la comida no me dejéis sin nada eh, que os conozco... -Mientras decía las últimas palabras les señalaba con el dedo índice a modo de amenaza.

-Ehh, voy contigo. -Dijo Alba, interrumpiendo la conversación que estaba teniendo con Tamara.

Ya en el baño, Alba, sin ningún tipo de miramiento, coge y me suelta:

-Qué, ¿qué os traéis Tamara y tú?

-¿Qué? ¿De qué hablas, tía?

-Tronca, que no os paráis de mirar, que os estoy viendo. Que cada vez que hablo con ella veo cómo desvía la mirada hacia a ti.

-Pues será ella, yo no hago nada.

-Irene... No seas ridícula anda. -Por alguna extraña razón siempre me divertía llevarle la contraria a Alba. Era más fácil vacilarle que admitir que se me mojaban las bragas cada vez que Tamara me miraba.

-Ridícula tú. -Me reí.

-Vais a acabar juntas. Las sonrisas que os echabais en la mesa italiana... Vamos, que no se le escaparon ni a Bego.

-¿Qué? ¿Bego te dijo algo? -Se me estaba acelerando el corazón.

-No, idiota, qué me va a decir. Pero es que sois más obvias... ¿A qué esperas a comerle la boca?

-Que lo haga ella, ¿no?

-O sea, que quieres que te la coma... O que te lo coma, más bien...

-Idiota... -Le pegué con el puño en el brazo-Anda, vamos, que lo que van a pensar es que nos estamos liando aquí tú y yo.

Y nada más acercarnos a la mesa volví a sentir su mirada con el brillo que tanto caracterizaba sus ojos.

ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora