Decisiones [Love#1] ✔️

❦Capítulo 18❦

CAPÍTULO 18 ✔️

"¿Amor o Atracción?"

Le conté a mi amiga los hechos, como había ocurrido todo. Y sorprendentemente ella me apoyó.

—Nos vemos Lu. Te voy a ayudar con todo.

Después de todo era mi culpa...

—Claro, amix. Te espero... Ah, y Nahi.

—¿Si? —le pregunto con el ceño fruncido, aunque se que ella no puede verme.

—Sé que estás mal por otra cosa también, te conozco. Así que después hablamos bien. Cuídate —Y con eso cortó.

No podía creer que tanto se me notara, en mis actos, en el hablar... Algo dentro de mí estaba roto.

Después de varios días, lo de Alex seguía doliendo y con el dolor las esperanzas de que todo sea mentira o haya una explicación cuerda permanecían.

Rendida me levanté de mi cama y me miré en mi espejo, ¡dios, mío! Parecía una chica en pura crisis existencial y depresión emocional. Sí, era lo que sentía.

De a poco me fui arreglando, cambio de ropa, poco maquillaje, eso subió mi autoestima y para despejarme opté por salir a tomar un helado. Pero no en el café de siempre sino en un lugar diferente, ya que si iba a esa cafetería definitivamente sufriría el doble.

Al entrar al café "Eleph" directamente fui al mostrador para realizar mi pedido y me dieron un decodificador para avisarme cuando esté. Tranquilamente fui caminando a un asiento libre con mi cartera y el aparato en manos. Cuando me dirigí hacia el último asiento del pasillo, se me hizo ver una silueta muy familiar, creí ver a Lucas sentado en la sexta mesa del lado derecho; de igual forma cuando voltee no había nadie sentado.

Okey, creo que me estoy volviendo loca. Fue lo que pensé pero, sin embargo eso era mentira...

Me senté luego de acomodarme y esperé pacientemente mirando hacia afuera, con la diferencia que en este lugar tenía que mirar al frente para tener que ver el paisaje y no a mi derecha o izquierda.

Vi aturdida como Lucas se sentó frente a mí y con una sonrisa pícara y arrogante. Habló.

—¿Por qué tan sola mi querida Lore?

Abrí los ojos en grande, desde hace mucho que no me llamaba así.

—¿Por qué me estás siguiendo, Emiliano?

El rió y su voz ronca hizo que me atontara.

—Te dije miles de veces, a mi no me molesta que me llames por mi segundo nombre.

Le di una sonrisa falsa, hasta el día de hoy no encuentro algo que lo ofenda verdaderamente.

—Y decime, Lucas. ¿Vas a dejar de fastidiarme?