Decisiones [Love#1] ✔️

❦Capítulo 31❦

CAPÍTULO 31 ✔️

"Prejuicios"

Abrí los ojos lentamente, permitiendo que vea la foto que estaba pegada en la pared al lado de mi cama. Era una foto en la que se encontraban Lucia, Mateo, Alex, Nacho y yo... Justamente en el bar "Donnet".

Sonreí al vernos en esa foto, y luego se esfumó mi sonrisa al hacerme acordar que él que me había hecho adicta a las fotos era Lucas.

A mi antes no me gustaban ese tipo de cosas, después decía que salía escarchada con una cara más estúpida que la de la foto anterior. Sin embargo, a los doce años Lucas me había enseñado que esos aparatos que permitían sacar fotografías eran en realidad muy sagrados ya que en cada una de sus fotos capturaba hermosos momentos de los recuerdos que guardamos en nuestra mente.

"Si algún día de anciana sufres Amnesia, ¿Cómo te voy hacer acordar todos los momentos que vivimos juntos, Nahi?"

Recordé las palabras del rubio de doce años...

Y volví a sonreír en ese momento, porque una vez más entendí todo...

Él nunca fue solo un amigo...

Empecé a sentir unos besos cálidos en mi espalda y hombro, y me acordé. No estaba sola y estaba desnuda.

—Buenos días —murmuró mi chico, en mi oreja.

—Buenos días.

Me dí vuelta y le di un corto beso en sus lindos y carnosos labios.

Alex estaba por continuar el beso, pero mi celular empezó a sonar con una llamada entrante.

¿Quién llamaba a las seis de la mañana?

Alex atendió quejándose por la llamada...

—Hola, ¿quién habla? —habló el chico apenas apoyo mi celular en su oreja —Oh, ¡Hola Nacho! —saludó a los segundos, y yo inmediatamente le hice señas a Alex para que me pasara la remera que estaba en el suelo, a unos metros de su pie. Mi novio me la pasó y me guiñó el ojo —Lo lamento, amigo... Estoy un poco dormido todavía y no vi tu nombre en el celu de Nahi... sí, sí. Ella está acá... aguardame, te paso con ella.

Alex me extendió el celular y se levantó de la cama, para dirigirse directo al baño.

—¡Hola Nachito! —saludé contenta al saber que mi amigo había llamado.

—¡Hola Nahi! —me saludó él también contento —Amiga... sabes, creo que llamaré después... ya que no estás sola...

¿Qué?

—No, no, no. Podemos hablar tranquilamente...

—Ah, okey...¡Me alegro mucho oírte!

—¡Yo igual!, ¿Cómo están?