Un francotirador de élite, tan experimentado y capaz de salir ileso de cualquier situación, se topa con el problema más grande de toda su existencia.
Park Jimin ha vivido parte de su vida al borde del peligro; sin embargo, un acontecimiento que para...
—Jimin, en serio, aquí no hay nada —Hoseok repetía por doceava vez lo mismo
—¡¡No, Hope. Vuelve a revisarlo!!
Ambos amigos estaban en la base central en Seúl, discutiendo lo que era más que evidente en la grabación que veían.
Jimin le contó lo sucedido a Hope y con la ayuda de algunos amigos en Anyang obtuvieron la grabación de la avenida principal donde Jimin había visto a Ivanov; sin embargo, en las cámaras de seguridad pública no se veía absolutamente nada... ni a nadie.
—Amigo, ya lo revisamos hasta el cansancio. ¿Estás seguro de lo que viste?
—¡Con una mierda, Hoseok! ¡Estoy seguro! ¡Yo lo vi! —Jimin comenzaba a entrar en pánico.
—Cálmate, no te alteres. Yo te creo, pero en las grabaciones no hay nada —Su amigo señalaba la pantalla del monitor donde la escena se repetía, una y otra vez, siempre mostrando absolutamente nada.
—¡Joder! ¡¿Cómo carajo es posible?!
—Jimin, amigo... No estarías, ya sabes... ¿Un poco alocado?—Ambos se miraban con ojos sospechosos.
—¡¿Qué?! —Park quedó anonadado como rara vez le sucedía —No, no, no, eso ya lo deje. Tiene un rato que no me meto nada, lo prometo. Después de la última vez, pocas ganas me quedaron de fumarlo o probarlo —El fiel amigo inseparable de Jimin asintió en forma de aceptación.
Era cierto, hubo una temporada donde el Teniente solía meterse mierda y media que obtenía de los vendedores clandestinos del bar, pero desde que le cayeron en una redada y lo suspendieron por seis meses, dejó de hacerlo.
—Entonces, solo nos queda una cosa —Hope suspiró fuerte antes de levantarse de su silla y encarar a Jimin —Hay que decirle al capitán. Estoy seguro que él sabrá que podría estar pasando en estos momentos, o por lo menos tendrá una idea de qué hacer.
Park sopesó la idea por un segundo; no era ninguna coincidencia que por segunda vez viera al mismo fantasma. Era algo extraño y fuera de lugar, pero de eso a decirle a su jefe... sería muy distinto. Se trataba de una situación personal y rompía todas las reglas de un militar, pero tenía miedo de que algo pasara.
¿Por qué aparecía aquella figura frente a él?
—Bien, hagámoslo —Así, ambos amigos tomaron camino hasta la oficina del Capitán Kim, un hombre con muchos años de experiencia y quien esperaban pudiera encontrar una respuesta a tanto caos.
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—Y cuando crucé al otro lado de la avenida, no había nadie, Capitán —Jimin terminó de explicar a detalle lo que ocurrió horas antes en Anyang.
Kim Namjoon permanecía inescrutable en su asiento, escuchando atento lo que el Teniente Park decía frente a él. Hope se mantenía parado en una esquina.
