A pesar de todos los esfuerzos invertidos por los doctores aquella tarde en el Hospital General en Daegu, y con la mano en el corazón, le anunciaron al Teniente Park que su fiel amigo y compañero de equipo, Jung Hoseok, había fallecido.
Al escuchar la noticia, Jimin comenzó a reír como loco, caminando sin parar de un lado a otro en la sala de espera. Era ilógico que algo así le estuviese pasando una vez más precisamente a él. Era una completa estupidez. ¡Una completa idiotez!
Mientras caminaba pasaba insistentemente sus manos por el cabello, una y otra vez intentando aclarar sus ideas, sus pensamientos, su situación.
Al cabo de un par de minutos le flaquearon sus músculos y ya no pudo más, cayó de rodillas a mitad de la sala y comenzó a llorar. Pero no era un llanto cualquiera; gritó y golpeó el suelo tan desesperado y frustrado, que entre cinco doctores tuvieron que someterlo para poder suministrarle un tranquilizante.
Antes de que fuera absorbido por la oscuridad y llevado a la inconsciencia, no pudo quitar la imagen de su amigo de su cabeza: feliz y alegre saludándolo desde la lejanía...
Allí, donde se quedaría para siempre.
—¡Jimin! ¡Jimin! —Ae Rin tuvo que alzar la voz y removerlo un poco para que este enfocara su vista en ella —Los padres de Hoseok quieren hablar contigo —Aún sin poder comprender lo que decía la chica, asintió desde su posición.
Era el día del funeral de su amigo y Jimin, con una botella de soju en la mano, no se había movido un milímetro del frío suelo en la sala del velatorio. Parte de él había muerto en el momento en que cayó en cuenta que no volvería a ver a aquel chico que estuvo a su lado tantos años; soportando sus idas y vueltas de actitud, sus desplantes y groserías, aceptando con un asentamiento de cabeza todas y cada una de sus alocadas ideas.
Jung Hoseok ya no volvería a estar con él.
—¿Qué...? —Tuvo que aclararse la garganta, ya que sonaba pastosa —¿Qué necesitan sus padres? —Tuvo que agarrarse de la pared próxima a él para poder ponerse en pie. Ae Rin le extendió la mano pero la ignoró.
—No me dijeron —La voz de ella era apenas un susurro.
Acomodándose la corbata y soltando la botella en la mesa, se encaminó al cuarto contiguo donde estaban los padres de su amigo.
Desde que ellos llegaron no pudo darles la cara. Hoseok le había dicho muchas veces que sus padres en Gwangju solían visitarlo a menudo pero nunca tuvo la oportunidad de conocerlos con antelación y que ese haya sido su primer contacto, era realmente lamentable.
Jimin estaba lleno de culpa. Una vez más se culpaba por la muerte de su compañero.
"Si tan solo no hubiese rogado por ir a Daegu..."
"Si tan solo no hubiésemos salido a pasear ese día..."
"Si tan solo yo hubiese muerto en su lugar..."
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SNIPER - Park Jimin
Fiksi PenggemarUn francotirador de élite, tan experimentado y capaz de salir ileso de cualquier situación, se topa con el problema más grande de toda su existencia. Park Jimin ha vivido parte de su vida al borde del peligro; sin embargo, un acontecimiento que para...