Teddy pasó el brazo por el hombro de Nix amistosamente y dejó, juntando ambas cabezas, que Kai les colocase la medalla del segundo puesto. Los flases de las cámaras de los periodistas provocaban que la joven se marease un poco, sin embargo, la felicidad invadió su casi esquelético cuerpo y permitió que su entrenador les tomase una fotografía a ambos ganadores.
Las mejillas de ambos muchachos permanecieron pegadas un largo tiempo, atrapados en medio de una ola de admiración y aplausos. Nix, como si la realidad la golpease en medio de tanta euforia, se cuestionó la moral de todos los presentes. ¿Estarían festejando de aquel modo si fueran conscientes de que era una mujer? Teddy pareció darse cuenta y se incomodó cuando uno de tantos espectadores exclamó el nombre del líder de Optilium.
Kotren Mask.
La adolescente siempre se había imaginado al gobernador como un hombre alto y con un aspecto terrorífico, al fin y al cabo la influencia de este en el país era magnífica, todos hablaban de él como si fuera un héroe. Tal vez, por aquel pensamiento, tuvo que analizarlo varias veces para poder asegurarse de que era el mismísimo jefe de Optilium. Al contrario de su creativa imaginación, Kroten era tan pequeño que apenas superaba el metro y medio, su calvicie brillaba ante los rayos de sol y sus gafas de montura amarilla ocultaban unos ojos pequeños y sumamente negros. El bigote solo le daba un aspecto más ridiculo.
El rubio colocó una mano en la cintura de su compañera, echandola hacia atrás como si quisiera protegerla de algo. Nix frunció el ceño, sin comprender la acción del todo.
Kroten aplaudió, silenciando a todos los presentes, y se dirigió hacia los ganadores. Le dió la mano al muchacho del primer puesto y, seguidamente, se acercó a ambos con una mirada intensa.
—Tú—Señaló a Nix. Teddy apretó aún más el agarre, queriendo calmarla de alguna forma. Pero, por el contrario, la muchacha no parecía asustada. —. ¿Cómo te llamas?
—Bruno, Bruno Selander—El joven contestó por ella, llenando el aire de una extraña confusión e incomodidad.—. Es mudo, señor.
El líder levantó una de sus cejas y asintió sin dejar de admirarla. A Nix le pareció que quería conocer todos sus secretos y, sabiendo que aquello era totalmente imposible, se asustó por dudar de si podía leerle la mente. Le extendió una mano con amabilidad y Kroten la atrapó entre su cayosa, casi despellejada, mano.
—Eres el claro ejemplo de que el gobierno de Optilium es eficaz en las personas— giró su regordete cuerpo hacia la estupefacta multitud y alzó los brazos como si acabase de presenciar un milagro— . ¿Lo habéis visto todos? ¡Bruno! ¡Bruno es la viva imagen de nuestro gobierno!—bramó—. La bondad y humildad que habita en su pequeño cuerpo es todo obra de la influencia de Optilium.
Nix se agobió, aturdida por la absurdas palabras que salían por la boca del gobernante. Tuvo la necesidad de arrancarse la gorra y dejar a la vists su largo cabello, callando de esa manera aquella asquerosa hipocresía, sin embargo, no muy lejos de donde estaba, consiguió reconocer un rostro demasiado familiar que le impidió actuar.
Habían pasado cinco duros y agotadores años, aún así, Nix nunca dejó de soñar con el hombre que le estaba devolviendo la perpleja mirada. Teddy consiguió sostenerla antes de que sus rodillas golpearan la tierra del suelo.
Layton.
El famoso pintor la observó con detenimiento, como si después de todo aquel tiempo le costase reconocer a la pobre chiquilla que había destrozado. El sudor cayó por la frente de la deportista y se estremeció al recordarlo todo una vez más.
—¿Se encuentra bien?—Cuestionó uno de los periodistas al apreciar la palidez de la muchacha. Esta apartó los ojos de Layton, intentando salir de su propia pesadilla e, incapaz de hacerle frente a sus miedos, notó como una arcada subió por su garganta.
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Liberty
Science FictionLa guerra nunca es fácil y Nix, rodeada de sangre, lágrimas y bombas, luchaba por ocultar un gran secreto.