Capítulo 18: Una nueva vida.

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En cuanto Kassiel se llevó a Layton por una de las puertas secretas, Teddy cerró la entrada al despacho con las llaves que guardaba en su traje, sus manos temblaban tanto que le costó meterla en la cerradura, agobiado.

—Nix, ya no podemos seguir en Winterseint. Alguien nos ha delatado...—Se giró hacia la perpleja joven y la tomó de las manos para que lo mirase a los ojos. —Kassiel ha venido a por nosotros, tu familia ya está a salvo y nos están esperando.

La muchacha se quedó inmovil por unos segundos, abrumada por la repentina noticia. Aún podía sentir las manos de Layton sobre la piel y su corazón latía tan fuerte que explotaría en cualquier momento. Teddy actuó por ella y la obligó a andar por el pequeño pasadizo que se encontraba tras una gran estantería. Nix pensó que se había quedado encerrada en una pesadilla, su muñeca se encontraba atrapada por la mano del mayor y sus pies caminaban por si sólos, pérdida en lo que había ocurrido minutos antes.

La oscuridad del pasillo aumentó el miedo de los muchachos y la humedad se quedaba impregnada en sus fosas nasales. La luz del exterior no tardó en aparecer y, empujando las viejas ramas que ocultaban el lugar, salieron al jardín trasero.

Nix notó como la realidad la golpeaba en el momento que el rubio la ayudó a subir al camión que los esperaba en la salida. Allí dentro, Kassiel se encargaba de retener a Layton y colocó una cinta alrededor de su boca para mantenerlo callado durante el trayecto.

—¿A dónde vamos?—Demandó Nix con los nervios a flor de piel. La presencia del pintor no ayudaba en absoluto, además, lo estaban secuestrando.

Robert entró en la parte trasera del vehículo, cerrando las gigantes puertas tras él, y se sacó la gorra que cubría su rizado y pelirrojo cabello.

—Nos marchamos a una zona segura.—Murmuró mientras se sentaba al lado de Kassiel y sacaba una pistola de su pantalón por si el millonario trataba de atacarles cuando despertase. Nix apretó los labios y llevó su mirada hacia la rojez de sus manos, no quería pensar en lo ocurrido, pero el terror seguía recorriendo sus venas.

Los minutos transcurrieron en pleno silencio, no podían ver el camino y la incertidumbre del peligro creaba un ambiente tenso e indescriptible. Por otro lado, Teddy se encontraba perdido en sus propios pensamientos, afectado por la escena que había presenciado en la mansión, debía mantener la calma, no obstante, la figura de Layton ante él lo enfureció.

—Hemos llegado.—Un militar con el traje de Optilium abrió la puerta, Nix se asustó al fijarse en su vestimenta, pero la agradable sonrisa de Kassiel la calmó. Era un aliado.

Descendieron del monta cargas con cuidado y, una vez fuera, unos hermosos prados les dieron la bienvenida. Habían salido del país, el aire puro llenó los pulmones de Nix, quien fue incapaz de retener las lágrimas de emoción. Robert tocó su cintura para que siguiera al pequeño grupo y murmuró sobre su oído.

—Ya somos libres.

—Ya somos libres

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