Capítulo 15: Conexiones.

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Sin percatarse, Nix se había introducido de lleno en la pequeña resistencia. Jonan no le puso ningún obstáculo, sentía como si la muchacha fuese un reflejo de su antigua amada y pensaba que le debía algo muy profundo a la difunta. Amanda consiguió ser un misterio para aquellos que la conocieron, sobreviviendo sin importarle su imagen y, más tarde, suicidándose.

El policía mantuvo esa espina clavada en su corazón durante muchos años, culpándose por no haber actuado más temprano. Pero... ¿Qué podría haber hecho él? La mujer le dejó las cosas muy claras la última noche que se vieron; debía centrarse en su propia vida y alejarse del mal.

De un mal que Jonan nunca alcanzó a comprender.

Lejos del calvario de sus pensamientos, Nix empezó a ayudar a Robert con sus misiones. El pelirrojo había acudido a ella como si fuera la única que compriendese sus alocadas acciones y,  como era de esperarse, la inocente bondad de la adolescente aceptó su petición.

El grupo de resistentes admiraba aquella virtud en silencio, la bondad natural que poseía la joven de ojos claros sorprendía gratamente y, aunque otros se horrorizasen, no entendía de clases sociales. Le daba igual el daño que hubieras hecho, lo traidor que fueras o las acciones de una persona, porque al fin y al cabo, la empatía reinaba su carácter. Por eso aceptó la propuesta del atractivo pelirrojo, ayudaría a los traidores que escondían del gobierno.

Teddy fue incapaz de apartar su mirada de ambos esa noche, preocupado y con un extraño vacío en el pecho. Notó la mano de Gaya posarse en su fuerte hombro y tuvo la sensación de que su hermana lo entendía sin tener que explicarselo. Gracias a ella se armó de valor para acercarse a Nix antes de que abandonase la reunión.

Sus ojos azules lo analizaron mientras iban a un lugar más privado, subieron a la parte superior del hogar y se quedaron callados en el pasillo. La estudiante se cruzó de brazos, esperando a que el mayor hablase.

—¿Qué ocurre?—Preguntó Nix con nerviosismo, le incomodaba aquel tenso silencio.

—¿Estás segura?—Teddy apoyó la espalda contra la pared, sin poder mantener el contacto visual. Sabía que si seguía aguantando su mirada, algo en él explotaría.

—Intento estarlo.—Contestó la morena mientras le regalaba una tranquilizadora sonrisa, el rubio consiguió captar su inseguridad detrás de aquel positivo gesto.

El joven se acercó a ella, armándose de valor, tomó su mano y acarició con delicadeza sus nudillos. Nix lo examinó con confusión por el acto, no obstante, no se alejó; él estaba muy lejos de ser alguien que pudiera hacerle daño y eso lo tenía bastante claro.

—Ten cuidado...—Le pidió volviendo a prestar atención a su iris azulado. La adolescente sintió sus mejillas calentarse, Teddy se comportaba muy diferente a como se habían conocido. Aún así, le pareció tierna aquella faceta.

—No te preocupes, aún tengo que ganarte una carrera.—Contestó y le sacó la lengua, divertida.

Aquel acto fue suficiente para tranquilizarse.

Teddy la observó marcharse en la penumbra y suspiró, necesitaba que eatuviera bien.

Teddy la observó marcharse en la penumbra y suspiró, necesitaba que eatuviera bien

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