Una de las cosas que Kun más disfrutaba era levantarse temprano para tener un tiempo para sí mismo. Amaba sus compañeros, pero algunas veces necesitaba un poco de silencio para ordenar sus ideas. Su rutina siempre era la misma, se levantaba a las cinco de la mañana para salir a correr, de vuelta se daba una ducha rápida y comenzaba a preparar el desayuno. Kun gustaba del café más suave que concentrado, más amargo que dulce. Cerca de las seis y media tomaba algún libro de la biblioteca de su habitación y lo llevaba a al comedor. Allí se sentaba a tomar su café en silencio, intentado cumplir con su objetivo de leer aunque sea un capítulo diario. Podía no parecer mucho, pero cuando su completo día se basaba en ir y venir, Kun realmente agradecía aquellos movimientos de paz.
—¿Vas a algún lado? — Kun aún no se acostumbraba del todo en tener a un nuevo miembro en casa y algunas veces se olvidaba que allí estaba Ten.
El tailandés había tardado casi una semana adaptarse a su rutina, pero pronto Kun se dio cuenta que Ten madrugaba casi lo mismo que él, pero prefería quedarse en la cama, revisando su móvil, hasta que fuera hora de irse. En un acuerdo con sus compañeros, habían decidido que lo mejor sería que Ten compartiese habitación con Kun, ya que ambos, Ten como manager y Kun como líder, tenían a aprender a comunicarse lo mejor posible.
—Iré a correr— respondió atando sus zapatillas en la entrada del departamento.
Ten pareció pensarlo un poco antes de volver a hablar: — ¿Puedo unirme?
—¿Crees que puedes seguirme el ritmo?
Pronto Kun aprendió que Ten disfrutaba de correr tanto como él, y que el tailandés parecía una gacela cada vez que corrían carreras, por lo que Kun decidió que lo mejor para su orgullo sería mantener un ritmo constante. Ten, como buen alfa, tenía una gran estamina que le servía para ser una gacela en carreras cortas, pero en resistencia aún dejaba mucho que desear. Cuando llegaban, Kun era el primero en bañarse, porque ya había aprendido con sus compañeros que luego una actividad física extenuante quedaba un denso olor a alfa en el baño que tardaba varios minutos en irse y Kun no podía sentirse aún del todo cómodo con el pesado olor a menta de Ten. Incluso se sorprendía lo bien que lo había llevado Yangyang, como único omega presentado del grupo.
Mientras espera a que Ten se duchara, Kun prepara dos cafés, uno suave y amargo, otro intenso y con un dulzor que ya le quita años de vida con sólo olerlo. Aún mantiene su promesa de leer un capitulo al día, pero sus lecturas ahora son acompañadas de ligeros tipeos del alfa, quien debe preparar sus próximas agendas. El silencio se rompe de manera ocasional, porque Ten parece disfrutar escuchar a Kun hablar sobre lo que está leyendo y pronto se convierte en una costumbre que Ten escuche los resúmenes que Kun le hace sus lecturas.
Hace dos meses que Ten está en el departamento con ellos, y está bien. Yangyang le ha aceptado más rápido de que lo Kun hubiera esperado, se repite. Lucas y Winwin no parecen para nada territoriales con el alfa extraño e incluso los cachorros, Hendery y XiaoJun, se han acoplando rápidamente a la nueva rutina.
Está bien, piensa Kun. Ten lo está haciendo bien.
Pero aun así no puede evitar sentirse un poco incomodo con la situación.
Ten le cae bien, posiblemente es el manager más responsable que han tenido desde que debutaron, y es amable y cálido con todos ellos, pero hay algo en Ten que no termina de convencerle. Cada tanto, Kun cree ver reflejos de ese muchacho que lloró comiendo un pastelito y de pronto desaparece y es reemplazado por esa sonrisa políticamente correcta que nunca termina de llegar a sus ojos.
Está bien, piensa Kun. Simplemente Kun debería dejar de pensar tanto, porque mientras que Ten haga bien su trabajo, su vida personal no es de su inconveniencia.
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Pastelito de gatito (WayV-Omegaverse-Gay)
Fanfiction(Donde Ten necesita olvidar a Johnny, pero Kun hornea pastelitos para el desayuno.) Advertencias: CONTENIDO HOMOSEXUAL. TenManager!AU TenAlfa!AU WayV6!AU Omegaverse. Poliamor. (WayV x WayV) (Mención Johnny x Ten)