Abril a Lettuce:
“no me lo digas dos veces”
“necesito amor en mi vida, mañana me iré a ligar”
Lettuce a Abril:
“Espérate a verme”
“Te daré lo que necesitas ;)”
Abril a Lettuce:
“eres una pobre lechuga, ew”
“no puedo ni imaginarlo”
Lettuce a Abril:
“Eres tonta”
Abril a Lettuce:
“me adoras”
“no sabrías qué hacer sin mí”
Dejé el móvil a un lado y me dispuse a volver a la conversación, entonces me di cuenta de que todo el mundo estaba dormido y yo no me podía quedar dormida porque estaba muy emocionada por haber hablado con Michael.
Salí de mi habitación a hurtadillas con el móvil en la mano y me dispuse a ir al comedor, mis padres estaban mirando una película así que me senté a su lado y apoyé mi cabeza en el hombro de mi madre.
-¿Cómo estás, princesa? –me preguntó.
-Bien, ¿y tú?
Mi madre sonrió con franqueza.
-Mejor que bien, ahora puedes decirme la verdad cariño –rió.
-En serio estoy bien –me quejé. –Pero es raro… Siento que le echo de menos.
-¿Os acostasteis? –preguntó en un susurro, mi padre estaba dormido a su lado pero en este tema era tan sensible que estaba segura de que incluso durmiendo sería capaz de despertarse para decir que no quería saber nada y que era demasiado joven para cualquier relación sexual.
-¡Mamá!
-Eso solo me da a pensar que sí.
-Pues no –murmuré.
-¿Querías?
Me encogí de hombros. Si me hubiera preguntado eso antes de conocerle probablemente todo lo que hubiera pensado hubiera sido en Luke –eso no significaba que dejara de tenerle en mente y aunque siempre había tenido una debilidad hacia Michael, Laia me prohibía tenerla-, pero ahora que les conocía y después de todo lo que había pasado con Mike… No era que me gustara, pero no podía evitar sentirme confundida de alguna manera.
-No lo sé…
-Vi cómo te miraba –rió ella dulcemente, la miré frunciendo el ceño.
-Es un chico que tiene millones de tías detrás, ¡no me jodas!
-Soy tu madre, cuida esas confianzas.
-Eso debería decirte yo a ti cada vez que me preguntas si he follado.
-¡Quiero saber cuándo pierdes la virginidad! Te compraré condones y esas cosas divertidas…
-No eres una madre normal –suspiré.
-Por eso me adoras –sonrió abrazándome. –Pero lo que te decía es que puede ser famoso y tener millones de tías y puede ser que ahora esté conociendo a otra chica o en la cama con ella pero te miraba de una manera especial. Quizá no enamorado, pero le gustas algo al igual que él te gusta a ti y no solo porque sea uno de tus cantantes favoritos. Lo sabes –me dijo, suspiré porque muy en el fondo tenía razón pero seguía sin creer lo de la supuesta mirada y seguiría así lo que me quedaba de vida.