Para cuando llegamos al hotel, todas las ganas de irme de fiesta se me habían ido. Solo quería volver al concierto y tener a Matty tan cerca de nuevo. Realmente, mientras cantaba “Sex” se acercó mucho a mí y fue como la gloria bendita.
-Yo estoy muy cansada –dije tumbándome en la cama, mi móvil vibró de nuevo pero no le tomé importancia. Ni siquiera lo miré. –No voy a salir.
-Yo también estoy cansada –me apoyó Andrea, nos sonreímos.
-¡No! –chilló Laura. –Moved vuestros putos culos ahora, mira… No iremos a una discoteca. Vamos a un pub que hay aquí alrededor.
-No. Si salimos, salimos bien –dije cruzando los brazos debajo de mi pecho.
-Mira, Murray. Cámbiate ya de ropa y arréglate o te mato –esa fue Laia saliendo del baño ya duchada.
Reí por lo bajo y me metí en la ducha con Laura, habíamos decidido ducharnos juntas para no perder tanto tiempo ya que los pubs solían cerrar un poco antes que las discotecas. Mi pregunta era qué íbamos a hacer tras el pub.
-Tengo ganas de ver a Ashton –murmuró Laura, después de haber estado cantando canciones de The 1975 en la ducha a pleno pulmón conmigo.
-Lo sé –dije y le acaricié el brazo en un intento de reconfortarla aunque sabía que no iba a ser de mucho.
Nos secamos el pelo y yo me puse un vestido negro ajustado pero que a partir de la cintura caía en cascada hasta la mitad del muslo. Los tacones que me puse también eran negros –ese día le iba a hacer justicia a la canción de “Chocolate” de The 1975 cuando decía “we’re dressed in black from head to toe”.
Andrea fue la última en ducharse, nosotras pusimos música mientras la esperábamos y yo saqué un paquete de oreos para comer porque me moría de hambre.
-Parece que no hayamos comido en años –murmuré, Laura y Laia negaron con la cabeza y soltaron una risita. Yo me encogí de hombros y seguí comiendo.
Andrea se arregló bastante rápido, Laia estuvo con ella y cuando se colocó las gafas salimos por la puerta.
-Espero que nos lo pasemos bien, porque estoy cansada –dije resignada, aunque el hecho de haber estado cantando en la ducha con mi mejor amiga me había subido bastante los ánimos y eso era algo bueno.
Mi móvil volvió a vibrar repetidas veces, pero no me apetecía cogerlo. Solo quería lanzarlo contra el mar o algo, o contra el suelo y que reventara en mil pedacitos pero simplemente borré eso de mi cabeza ya que seguramente podría quedarme sin móvil tras eso durante unos cuantos meses y lo iba a necesitar.
Entramos en el pub, había bastante gente y casi todos iban ya borrachos cosa que no molaba. En España a estas horas nosotras todavía estaríamos en casa preparándonos para salir porque todavía no era una hora decente.
-¡Vamos a bailar! –dije después de tener mi ron con limón en la mano. Le di tres tragos rápidos deseando que me hiciera efecto rápido para no tener tanta vergüenza al bailar, pero pronto se me pasó.
-¡Te dije que no bailaras sin mí! –se quejó Calum.
Me giré con una sonrisa en la cara y casi me abalancé sobre él para abrazarle. Calum rió negando con la cabeza. Sin querer, empecé a buscar a Michael por el local pero no logré verle y para que no se me notara mucho agarré a Calum de la mano y le llevé al centro de la pista. Así también me iba a ahorrar estar mirando a la puerta cada dos por tres.
-Ojalá hubierais venido hoy –dijo Calum. -¿Cómo ha ido?
-Bien, bien. Ha sido alucinante –reí. -¿Cómo habéis llegado tan pronto?