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-"Buenos días, princesa"

Escuchaste una voz algo ronca y sentiste un beso en tu frente junto con unos fuertes brazos sujetandote de la cintura y tu espalda, apegandote a un pecho cálido.

No pudiste evitar sonreír ante tanta dulzura y calidez que sentías en ese momento.

Abriste lentamente tus ojos para encontrarte con unos orbes dorados que te miraban con atención y adoración.

-"Qué hora es?" preguntaste en un bostezo

-"Son las 10:30!" dijo con una sonrisa "quiero aprovechar lo más que pueda el día contigo! Pero tampoco quería despertarte muy temprano!" dijo al final en un leve quejido mientras escondía su cabeza en tu cuello

Reiste levemente y acariciaste su cabello.

-"Está bien, podemos comer algo ligero e ir a pasear no muy lejos, y luego volver aquí para almorzar un poco tarde"

-"Podemos intentar buscar a Shiroi?? Quiero volver a verla antes de irnos..." te miro haciendo un leve puchero

-"Claro, si no la encontramos en el día podemos intentar de nuevo a la noche antes de que nos vengan a buscar"

Notaste la alegría en sus ojos y luego en su ligera risa, él se levantó de la cama y te espero en la puerta a que tu también lo hagas y lo acompañes.

Ambos tomaron un desayuno algo ligero pero lo suficiente para tener energías para pasear un rato.

-"Por aquí estoy seguro de que hay un pequeño prado con flores muy bonitas! Oh seguro te va a encantar!" decía él mientras caminaban juntos

Y en poco tiempo llegaron, empezaron a ver unas flores blancas al principio y luego muchas más de varios colores.

Sonreíste entusiasmada al ver todos los colores que tenían las flores, hasta que notaste una un poco inusual.

Te acercaste a una de las pequeñas rosas la cual parecía estar teñida con algunas gotas de un color el cual no le pertenecía.

Sentiste terror cuando te diste cuenta de que eso era sangre.

-"(T/n)-chan..."

Escuchaste la voz quebrada de parte de Bokuto, cuando volteaste a verlo notaste que estaba arrodillado entre las flores dándote la espalda, por lo cual no podías ver su rostro.

-"Kou qué pasó?" preguntaste acercándote a él

De nuevo el terror te inundó al notar las cantidades de dan tres en la ropa de Bokuto y en sus manos.

-"Shiroi no se mueve..."

Él te miraba con tristeza y algo de desesperación, esperando que digas algo para hacerle sentir bien.

En sus brazos se encontraba a la pequeña amiga que habían hecho la noche anterior, cubierta de sangre e inmóvil, y carecía de sus alas.

-"Kou..." fue lo único que pudiste soltar

-"Por qué le hicieron esto? Ella no hizo nada malo, le hicieron daño!"

Los ojos de ambos se estaban llenando de lágrimas.

Colocaste tus manos en sus hombros y luego acariciaste su cabello lentamente.

-"Podemos... Podemos hacerle una pequeña tumba si gustas... Podemos decorarla con flores... Y darle nuestro respeto" dijiste suave

Bokuto asintió sorbiendo su nariz y se levantó de su lugar cargando al animal en brazos como si fuese un bebé, tomaste varias flores que había allí desde la raíz, para luego poder plantarlas en su tumba.

Decidieron hacer la pequeña tumba algo cerca de la cabaña, allí adornaron la misma con algunas rocas y plantaron la flores a su alrededor.

-"No merecias eso... Ojala seas feliz y libre de dolor en donde estas ahora..." Bokuto dijo mirando la tumba

Palmeaste levemente su espalda.

-"Ella seguro está muy feliz por tus palabras.... Vamos adentro, debes darte un baño..." mencionaste mirando su camisa cubierta de sangre

-"Si..." dijo sin mucha vuelta y se levantó para ir dentro de la cabaña e ir a ducharse

Cuando te levantaste y estabas por ir dentro también escuchaste un pequeño ruido, te volteaste y juraste ver una sombra detrás de unos árboles.

Te pusiste nerviosa, si que eras del tipo de personas que se ponía paranoicas, comenzaste a jugar con tus dedos y entraste rápido a la cabaña, cerrando todo lo que podías de la misma, puertas y ventanas.

Lo cual parece que poco sirvió.

Escuchaste un disparo y un vidrio partiéndose, te agachaste por el miedo, no queriendo recibir un disparo.

-"Hace mucho no veo una linda chica por aquí~ nos vamos a divertir mucho!"

Estabas escondida debajo de uno de los sofás en la sala, escuchaste la voz desconocida y el miedo te aturdió.

¿Me están buscando a mi? ¿Qué es lo que quieren? ¿Por qué pasa esto? ¿Quiénes son ellos? ¿Me harán daño? ¿Le harán daño a Koutarou?

Mil preguntas pasaban por tu cabeza.

-"Hey! La encontré!"

-"No-!" fue lo único que dijiste cuando tomaron tu muñeca y uno de los dos sujetos te sacó de tu escondite con fuerza

-"Tiene linda cara" uno mencionó sujetando tu mandíbula y obligandote a verlo, él te dio una mirada de arriba a abajo y sonrió "nada mal de cuerpo"

-"Dónde está el sujeto? Hay que acabarlo antes de que se quiera hacer el héroe y solo fastidie" dijo el otro sujeto mientras cargaba su rifle

Miraste al sujeto del arma, y notaste en su cinturón una colección de alas de distintas aves que habías visto en esta montaña, junto con unas familiares, las de Shiroi.

-"Tal vez era de esos cobardes y huyó cuando oyó el disparo! Eso hace nuestro trabajo más fácil!" rió a carcajadas el que te sujetaba

No querías creer que lo decían era verdad, pero tus inseguridades no te impedían pensar que lo fuese.

Es verdad, me dejó, yo no le importo, no soy nada.

Pensabas hasta que un sonido de regurgitar del otro sujeto con el rifle te llamó la atención.

Se estaba ahogando con su propia sangre y de su garganta salía la punta de un cuchillo.

-"Sueltala" Bokuto era él que estaba parado detrás de ese hombre

Sacó con rabia el cuchillo cubierto de sangre de su cuello, haciendo que el color rojo de la misma empiece a salpicar por todos lados.

Sus ojos eran los de un depredador.

-"Hijo de perra-"

Quien te sujetaba buscó rápido en su bolsillo sacando otro cuchillo, el cual tenía sangre seca, probablemente de aquellas aves a las cuales le arrancó cruelmente las alas.

Pensaste que iba a ir contra Bokuto, temías que lo hiriera, pero tu cabeza quedó un blanco una vez sentiste una punzada en tu estómago.

-"Jeje... La querías tanto a está pequeña niña, no es así?"

Sentías como torcia con lentitud el filo del arma blanco dentro de tu carne.

Querías gritar, pero tenías tanto miedo que tu voz había quedado atorada en tu garganta.

El miedo, el mareo, tu corazón latiendo con rapidez, el dolor. Todo ese conjunto hizo que terminases colapsando.

Viendo todo negro. 

My dolly - Lectora x Bokuto (Yandere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora