My dolly - Lectora x Bokuto (Yandere)

1

-"Por favor sal conmigo!"

Dijo el chico de cabello grisáceo con raíces negras haciendo una reverencia frente a ti, sus puños apretados y sus ojos fuertemente cerrados.

Estaban todos observando esa situación, tú lo quedaste mirando a él y jugaste nerviosa con tus manos sin saber qué responder.

No lo conocías para nada.

-"Am...puedes...puedes acompañarme a otra parte?"

Dijiste mientras hacías que se ponga derecho y tomaste su mano para luego huir de la ola de miradas juntos.

Llegaron a un pasillo casi completamente vacío.

Bokuto Koutaro había decidido declararse el primer día de su tercer año, cuando ya las campanas habían tocado y todos se estaban marchando, en medio de los pasillos donde la gente estaba acumulada.

Lo miraste y suspiraste un poco, buscaste las palabras correctas para responder a su propuesta.

-"Escucha...no te conozco de nada... Seguro eres un chico muy agradable, pero-"

Tus palabras fueron interrumpidas.

-"Soy Bokuto! Bokuto Koutaro! De quién has hablado con Akaashi Keiji, tu compañero de clase..."

El dijo jugando con sus dedo algo ansioso queriendo una respuesta directa de tu parte.

Tú eras compañera de clase de Akaashi Keiji, se conocían desde antes y decidieron entrar a Fukurodani el año pasado.

En este día habías empezado tu segundo año junto con él.

Recordabas algunas conversaciones donde él mencionaba a sus compañeros en el equipo de volley.

-"Bueno... Está bien...si, Akaashi me habló de ti pero nunca tuvimos una conversación directamente o..."

Otra vez fuiste interrumpida.

-"No te gustó para nada?"

-"N-no es eso lo que estoy diciendo! No puedo decirlo ya que yo-"

Otra vez.

-"Entonces si te gusto al menos un poco por lo que has escuchado de Akaashi! Puedes darme una oportunidad??"

Mordiste tu labio, tus nervios no te permitían pensar con claridad.

Solo querías irte a casa.

-"Solo una oportunidad! Si no te agrado puedes dejarme!"

Dijo acercándose aún más a ti y nublando más tu cabeza.

-"O-okay..."

Aceptaste para que te dejase en paz finalmente.

Él sonrió con gran amplitud y te dio un fuerte abrazo mientras repetía "gracias", para luego soltarte y besar tu mejilla.

-"No te arrepentirás"

Una vez dicho eso se fue casi dando brincos por haber conseguido lo que quería.

Tú aún seguías parada en tu lugar respirando con algo de dificultad y con tus piernas temblando intentando calmarte por la situación que acababas de ocurrir.

Una vez pudiste respirar con tranquilidad, te dirigiste a tu hogar.

No tenías idea en donde te habías metido.